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DIARIO DE TERUEL regala este lunes la Cartilla Turolense dedicada a la cerámica DIARIO DE TERUEL regala este lunes la Cartilla Turolense dedicada a la cerámica
Portada de la Cartilla Turolense, que este lunes se entregará con DIARIO DE TERUEL de forma gratuita

DIARIO DE TERUEL regala este lunes la Cartilla Turolense dedicada a la cerámica

Isabel Álvaro analiza su evolución desde sus orígenes hasta el siglo XX
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DIARIO DE TERUEL obsequiará  este lunes a sus lectores con un ejemplar gratuito de la Cartilla Turolense editada por el Instituto de Estudios Turolenses titulada La cerámica de Teruel, escrita por María Isabel Álvaro Zamora, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza.

La primera edición de esta publicación data del año 1987 y es el número 8 de la colección. Posteriormente, hubo una segunda edición ampliada en 1995.

Las Cartillas Turolenses ponen al alcance de todos la compleja y varia realidad de la provincia. Están escritas por especialistas, en lenguaje sencillo y actual, y abordan con profundidad y rigor todos los temas básicos turolenses. 

Estas Cartillas pretenden ser un instrumento útil y directo, incluso a nivel escolar, para un mejor conocimiento de Teruel.  

En este número Isabel Álvaro analiza la historia de la cerámica de Teruel, la técnica y la producción, desde la etapa mudéjar hasta el siglo XX. En la introducción la autora llama la atención sobre el hecho de que hoy en día la cerámica se ve de un modo que no corresponde a su realidad pasada: “La razón está en los cambios de vida que han ido sucediéndose desde siglos pasados al actual y que han determinado que su muy variada utilidad se fuese perdiendo y que, con ello, su valor real se fuese desdibujando de la memoria de las gentes hasta olvidarse”.

Álvaro hace notar así que en el pasado la cerámica era fundamental para la población en todas las etapas de su vida bajo muy diversas formas, las cuales se fueron adaptando a funcionalidades concretas y una vez lograda la forma más idónea iba pasando de generación en generación.

Frágil y fuerte a la vez la cerámica ha ido pasando de generación en generación hasta el presente para recordar cómo fue la vida aragonesa en el pasado, porque -como recuerda esta catedrática de Historia del Arte- la cerámica decorada de la capital turolense es solo “una pequeña parte de la abundantísima producción de barro aragonesa”.

La cartilla se centra en la cerámica decorada tradicional turolense desde sus orígenes. Arranca de los siglos XIII-XIV, pero desde una base anterior. Surge entonces la cerámica mudéjar cuya evolución se vio interrumpida en 1610 con la expulsión de los moriscos. Finalizaba así una primera etapa, que continuaría con la llegada de nuevos artífices que prosiguieron una industria imprescindible en el  día a día.

Aunque en todo Aragón los nuevos alfareros trajeron un tono “más moderno y europeo”, en el caso de Teruel perduró la estética mudéjar en su cerámica verde y morada. Esta segunda etapa se extendería hasta principios del siglo XX, momento en el cual se extinguió hasta resurgir de nuevo como una imitación del pasado con fines decorativos y no funcionales.

Álvaro trata de demostrar en este libro la temprana iniciación de la producción cerámica en Teruel y su vinculación a los orígenes de la villa en 1176. Su fabricación ya aparece en el Fuero de Teruel, donde se menciona a los “maestros de tejas y ladrillos” y “maestros de ollas y cántaros”.