De la Residencia de Estudiantes a la Movida Madrileña: homenaje a Maruja Mallo
Alumnos de Bellas Artes exponen pinturas inspiradas en la serie ‘Naturaleza Viva’ de la gallegaPese a que por su naturaleza femenina su nombre trascendió menos al paso del tiempo, fue igualmente uno de los más destacados del surrealismo español y la generación del 27. La gallega Maruja Mallo formó parte del grupo de estudiantes de la Residencia que experimentaron con los extremos del arte, colaboró en numerosos proyectos con diferentes artistas, especialmente Rafael Alberti, y cincuenta años después fue una de las musas inspiradoras de la explosión pop de la Movida Madrileña de los 80.
A su particular modo de entender la vida y la pintura está dedicada la exposición Naturaleza Viva. Homenaje a Maruja Mallo. En ella se plasma el proceso de investigación y creación que en torno a su figura han realizado una serie de estudiantes de Bellas Artes. La muestra se inauguró ayer y permanecerá abierta hasta el 31 de mayo, en el vestíbulo y la sala de exposiciones del Edificio de Bellas Artes de Teruel.
Se trata de la exposición que cierra el curso 2021-22 en el ámbito de Color I, la asignatura que imparte la artista turolense Carmen Martínez Samper, En ella se trabaja el tema del bodegón con una perspectiva contemporánea del mismo. Parte de las clásicas naturalezas muertas, tratadas con una visión renovada e inspirada en la serie Naturaleza Viva de Maruja Mallo, que creadora de una estética de flores imaginarias y composiciones que reivindican la sexualidad femenina a través de composiciones plásticas que recuerdan al aparato reproductor de la mujer y de numerosas metáforas visuales.
Lo más definitorio de la obra de Maruja Mallo es la originalidad y la sorpresa, y en ello han insistido los más de 40 estudiantes que participan en la exposición colectiva. Se reúnen un conjunto de obras en las que se interpreta la serie que marcó la pauta principal de la exposición. Simetría, color y un toque marino son sus principales características. Y como núcleo central de la misma un gran retrato de la pintora, realizado en varios lienzos (reciclados) que hacen hincapié en la idea de obra colectiva en torno a un mismo tema y personaje. De esta forma, Maruja Mallo preside el evento en todo momento.
Adrián Sánchez, uno de los estudiantes que participan en la exposición, asegura que “las vanguardias me parecen un tema de gran interés artístico, y abordarlo desde una perspectiva feminista, poco visibilizada, ha sido novedoso, excitante y un modo de adentrarse en la revolución artística y cultural del siglo XX. Maruja Mallo, aparte de ser una mujer empoderada e independiente, fue una genial artista y uno de los mayores exponentes del surrealismo”, asegura el estudiante.
Por su parte, Laura Úcar aprecia el interés de trabajar la figura de Mallo tanto desde el punto de vista pictórico como histórico: “Hemos apreciado de cerca la escasa visibilidad que se le ha dado a lo largo de la historia a las artistas españolas de renombre en comparación con sus coetáneos masculinos. Sus composiciones surrealistas y su estilo característico han sido fuente de inspiración para miles de personas y artistas conocidos como Salvador Dalí en la pintura y Federico García Lorca en la literatura. Fue una pionera en la pintura, innovando tanto en la técnica como en la temática. Fue sin duda una mujer adelantada a su tiempo que merece ser recordada”.
De la guerra a la Movida
Maruja Mallo nació en Vivero (Lugo) en 1902 y murió en Madrid en 1995. Ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando donde conoció a Salvador Dalí y, a través de él, a su pandilla de la Residencia de Estudiantes, entre quienes se encontraban Federico García Lorca y Luis Buñuel, el Bruto Buñuel, como decía que le conocían dado que “era el más tosco y hercúleo”, explicaba la pintora. Junto a Buñuel, Lorca y la también la pintora Margarita Manso contaba la anécdota que en una ocasión se quitaron el sombrero paseando por la Puerta del Sol de Madrid y fueron apedreadas e insultadas, pues eso era tomado como un acto vandálico y desafiante. Al grupo de mujeres artistas vinculadas al surrealismo se las conocería después como las sinsombrero.
La fama de Mallo durante los años 20 traspasaron las fronteras españolas y tras la Guerra Civil se exilió durante 25 años, regresando a España en 1962 como una pintora consagrada internacionalmente. Y a la muerte de Franco, pese a los 73 años que contaba ya, comenzó a ser reivindicada con fuerza por su vigor, su feminismo activista, su aspecto y modos excéntricos y sobre todo su afán y espíritu rompedor, vanguardista y pionero, hasta el punto de que fue un referente para la cultura de la Movida Madrideña.
Su figura fue reivindicada tanto en su Galicia natal como en numerosos países de América latina, donde desarrolló su trabajo.
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