Cosas increíbles que suceden cuando prende la mecha del arte

A falta de que los organizadores faciliten las cifras definitivas, este jueves concluyó DANArt, la exposición colectiva en la que durante dos días se han vendido obras donadas por 70 artistas turolenses, en la Escuela de Arte de Teruel, con el objetivo de recaudar dinero para los afectados por la riada en Valencia a través de Fundación l’Horta Sud. La organización manifestó su satisfacción por la buena acogida entre el público, y espera que se superen los 5.000 euros de recaudación, aunque la cifra oficial se facilitará este viernes. Ha sido la tercera ocasión en la que la comunidad artística turolense se pone en marcha en tiempo record para recaudar dinero por una buena causa -las anteriores fueron en 2016 por los refugiados de Siria y en 2022 por los de Ucrania-.
 

Obras supervivientes

DANArt ha dado de sí además alguna historia curiosa, con obras de arte rescatadas de la riada, que se reencuentran con su autora veinte años después y que vuelven a la vida ayudando a quienes lo han perdido casi todo.

La artista Remedios Clérigues, valenciana de nacimiento y turolense de adopción, estuvo trabajando con una de las cuadrillas de voluntarios para limpiar bajos, casas y garajes afectadas por el paso de la dana. Anduvo por la localidad de Albal y, quitando el fango de un bajo, se tropezó en la calle, en un montón de escombro frente a la puerta, con unas pequeñas piezas artísticas en forma de marcos de madera, muy características, con lápices creando formas. Formaban parte de los restos destruidos por la riada que esperaban a que alguien decidiera dónde debían ir a parar para despejar el paso de la calle. Clérigues pidió permiso para llevárselas y decidió donarlas a la exposición DANArt, donde se colgarían con la cartela Autor desconocido. Le pareció buena idea -con buen criterio- que unas piezas casi destruidas por la dana contribuyeran a paliar los daños ocasionados y encontraran en Teruel un nuevo hogar.

Casi al mismo tiempo, un par de días antes, la pintora y profesora de Bellas Artes en Teruel Marta Marco coincidió con algunos de sus antiguos compañeros de facultad durante un cumpleaños. Una de ellas era Beatriz Díaz Ceballos, una vieja amiga a la que no veía desde hacía una década. Se pusieron al día, recordaron los viejos tiempos, como aquella ocasión en la que Beatriz expuso en la Cámara de Comercio de Teruel Historias de un planeta gris en marzo de 2005, se intercambiaron los teléfonos y se hicieron la habitual promesa de mantener el contacto.

No imaginaban que iba a ser tan pronto. Durante el montaje de DANArt Marta Marco vio las piezas rescatadas y colgadas por Clérigues en la pared de la Escuela de Arte de Teruel, e inmediatamente, quizá gracias al reciente reencuentro, le vino a la cabeza el estilo y el tipo de obra que solía hacer su amiga. Le envió algunas fotos y le preguntó si eran suyas, y para sorpresa de ambas efectivamente, esas obras habían sido creadas -y de hecho estaban firmadas- por la artista hace casi dos décadas.
 

Las piezas habían sido compradas en torno a 2007 por el marido -ya fallecido- de Ángeles, la propietaria del bajo que ayudaba a limpiar Remedios Clérigues cuando las encontró. Impresionada por el hallazgo y la coincidencia, el miércoles Beatriz Díaz acudió a la inauguración de DANArt, y trajo con ella una pieza que también donó a la exposición para recaudar fondos, además de otras dos para hacérselas llegar a la propia Ángeles. “Para un artista el hecho de que alguien venga a tu casa y te compre algo, que se deje su dinerito, es muy importante. Así que me apetece reparar esa pérdida”, explicaba este jueves Díaz. “Pensamos siempre en los coches y en cosas muy costosas que se han perdido, pero la inmensa mayoría de los objetos destruidos son pequeños, íntimos, quizá con poco valor material pero con muchísimo valor personal. Y en este caso al menos yo puedo hacerle el pequeño regalo de devolverle unas piezas que, aunque no son las mismas, pertenecen a la misma serie”.

A Beatriz Díaz, asturiana de nacimiento pero afincada desde hace tiempo en Valencia, no le sorprendió que las piezas hubieran sido encontradas en un montón de escombro, llenas de barro y a punto de ser tiradas. “Yo he estado allí y he comprobado que la gente se está deshaciendo de muchas cosas sin pensárselo, hay demasido qué hacer, y se están quitando de enmedio muchos objetos personales porque es muy duro ver tus cosas destrozadas”.

Beatriz Díaz se reencontró el miércoles en la inauguración de DANArt con Marta Marco y conoció a Remedios Clérigues, en una jornada “emocionante” para ella. “Una nunca espera reencontrarse con sus piezas cuando las vende”, explicaba Beatriz Díaz, todavía sin dar crédito a la serie de coincidencias que se habían dado. “Pero mucho menos en estas circunstancias, veinte años después de haberlas hecho, después de un desastre terrible que ha estado a punto de acabar con ellas, en una exposición con carácter benéfico y en Teruel, que no deja de ser una ciudad fuera de mi entorno habitual”.

Tras la inauguración de la exposición las obras de Beatriz Díaz fueron de las primeras en venderse. La propia artista fue quien compró una de ellas, para que, cerca de veinte años después de salir de su taller, llena de barro y de historia, regrese a él.