Bárbara López (centro), junto al resto de músicos que forman Mafalda. Guillem Garay
Bárbara López, cantante de Mafalda: “No tenemos un estilo definido porque, al fin y al cabo, somos nueve personas diferentes”
La propuesta insurgente y virtuosa de Mafalda sonará el sábado en el Festival Contra la Despoblación de Allepuz
Bárbara López de Mota es cantante de Mafalda, una de las bandas más sui generis del panorama independiente español. Sus canciones son pura reivindicación social y su música contiene tanta fusión que resulta imposible de encajonar bajo una sola etiqueta. Este sábado (24 horas) sonarán por primera vez en la provincia de Teruel, durante el quinto Festival Contra la Despoblación de Allepuz.
-Su sonido va del ska al hardcore, pasando por el punk, el guitarreo eléctrico y con sintetizadores sonando por ahí... ¿qué clase de banda es Mafalda?
-Bueno, el ska y el reggae ya no lo tocamos tanto porque últimamente tenemos un sonido más rock o hardcore. A final somos nueve personas sobre el escenario, catorce en ruta, y hemos ido creciendo a partir de las influencias que con tantas personas son muy variadas. Por eso no tenemos un estilo único definido, porque al fin y al cabo somos nueve personas diferentes.
-¿Se trata de una fusión consciente, o simplemente surge?
-Yo diría que es bastante espontánea, tocamos lo que cada uno lleva dentro y todo se fusiona sin querer. También es verdad que determinadas melodías nos llevan a determinados estilos, y que en ocasiones cambiamos de camino porque algunas cosas no funcionan.
-Personalmente ¿qué influencias musicales tiene?
-Ufff... cuando me preguntan cuál es mi grupo favorito nunca sé qué decir, porque seguramente no lo tengo. Me gusta Red Hot Chilli Peppers; Rihanna, Beyoncé y el poperío extremo me encanta, ahora estoy escuchando Tanxugueiras, Belako o No Te Va a Gustar, y muchos grupos valencianos actuales que hacen una fusión muy chula, casi experimental... Escucho música muy diferente.
-Su último trabajo, Les infelices, está íntegramente cantado en castellano, aunque tienen temas en varias lenguas...
-Nos gusta hacer canciones en valenciano por integrar y proteger esta lengua, también en euskera, porque el País Vasco es nuestro país hermano, nos encontramos muy a gusto ahí y nos gustan mucho sus formas de hacer las cosas. En inglés también tenemos algo, aunque más bien son pinceladas, y en este caso el disco está en castellano pensando un poco también en Latinoamérica, donde tenemos un público muy fiel.
-Mafalda está radicado en Valencia pero usted tiene muchos vínculos con Manzanera...
-Sí... fue mi pueblo de verano desde que mi madre era pequeña, me pegaba allí cuatro meses en verano y sigo estando bastante conectada a él.
-¿Eso ha tenido alguna repercusión a nivel artístico?
-Bueno, desde que era muy pequeña recuerdo a mi abuelo cantando jotas en el pueblo, y yo las cantaba también. Supongo que algo habrá tenido que ver.
-Sus canciones son reivindicativas en clave feminista, social o de clase, pero no sé si la despoblación está dentro de su universo compositivo?
-No es algo de lo que hablemos en concreto en nuestras canciones, pero lo tenemos presente, porque hay luchas, y esta es una de ellas, que se integran o están muy próximas a otras. Por otro lado cada lugar donde tocamos tiene problemáticas diferentes y de todas tratamos de empaparnos e incorporarla a nuestro discurso. Y yo misma he visto como Manzanera se ha ido vaciando, como la gente se marchaba a medida que crecía porque no tenía alternativas reales para seguir ganándose la vida allí. Los yayos se van muriendo y, en la calle donde vivían mis abuelos, ya prácticamente no queda nadie.
-La gira del disco ‘Les infelices’ está en su recta final... ¿han empezado a trabajar en lo que será su próximo disco?
-Nos queda Allepuz y El Castañazo, que es un festival en Luga, y ya a pensar en el próximo año. Habrá noticias y novedades, pero preferimos mantener un poco más el misterio.
-En una ocasión dijeron en una entrevista que en este negocio se ‘palma’ tanta pasta que, más que vivir de la música, era la música la que vivían de ustedes. Pero tienen algunas canciones que sobrepasan los dos millones de escuchas en Spotify, y eso es otra liga...
-Esa es una forma de decir que somos muchas personas en ruta, catorce en total, y aunque tenemos ingresos porque tenemos un público muy fiel, pero también hay muchísimos gastos invisibles, los que conlleva mover a tanta gente en cada gira o concierto.
Y se hace pesado estar siempre luchando así, porque al final somos un grupo autogestionado, nos autoabastecemos a nosotras mismas y contamos con muy poquita ayuda de nuestra productora. Y ahí estamos, viviendo como podemos y, a pesar de ello, muy felices.
-Su sonido va del ska al hardcore, pasando por el punk, el guitarreo eléctrico y con sintetizadores sonando por ahí... ¿qué clase de banda es Mafalda?
-Bueno, el ska y el reggae ya no lo tocamos tanto porque últimamente tenemos un sonido más rock o hardcore. A final somos nueve personas sobre el escenario, catorce en ruta, y hemos ido creciendo a partir de las influencias que con tantas personas son muy variadas. Por eso no tenemos un estilo único definido, porque al fin y al cabo somos nueve personas diferentes.
-¿Se trata de una fusión consciente, o simplemente surge?
-Yo diría que es bastante espontánea, tocamos lo que cada uno lleva dentro y todo se fusiona sin querer. También es verdad que determinadas melodías nos llevan a determinados estilos, y que en ocasiones cambiamos de camino porque algunas cosas no funcionan.
-Personalmente ¿qué influencias musicales tiene?
-Ufff... cuando me preguntan cuál es mi grupo favorito nunca sé qué decir, porque seguramente no lo tengo. Me gusta Red Hot Chilli Peppers; Rihanna, Beyoncé y el poperío extremo me encanta, ahora estoy escuchando Tanxugueiras, Belako o No Te Va a Gustar, y muchos grupos valencianos actuales que hacen una fusión muy chula, casi experimental... Escucho música muy diferente.
-Su último trabajo, Les infelices, está íntegramente cantado en castellano, aunque tienen temas en varias lenguas...
-Nos gusta hacer canciones en valenciano por integrar y proteger esta lengua, también en euskera, porque el País Vasco es nuestro país hermano, nos encontramos muy a gusto ahí y nos gustan mucho sus formas de hacer las cosas. En inglés también tenemos algo, aunque más bien son pinceladas, y en este caso el disco está en castellano pensando un poco también en Latinoamérica, donde tenemos un público muy fiel.
-Mafalda está radicado en Valencia pero usted tiene muchos vínculos con Manzanera...
-Sí... fue mi pueblo de verano desde que mi madre era pequeña, me pegaba allí cuatro meses en verano y sigo estando bastante conectada a él.
-¿Eso ha tenido alguna repercusión a nivel artístico?
-Bueno, desde que era muy pequeña recuerdo a mi abuelo cantando jotas en el pueblo, y yo las cantaba también. Supongo que algo habrá tenido que ver.
-Sus canciones son reivindicativas en clave feminista, social o de clase, pero no sé si la despoblación está dentro de su universo compositivo?
-No es algo de lo que hablemos en concreto en nuestras canciones, pero lo tenemos presente, porque hay luchas, y esta es una de ellas, que se integran o están muy próximas a otras. Por otro lado cada lugar donde tocamos tiene problemáticas diferentes y de todas tratamos de empaparnos e incorporarla a nuestro discurso. Y yo misma he visto como Manzanera se ha ido vaciando, como la gente se marchaba a medida que crecía porque no tenía alternativas reales para seguir ganándose la vida allí. Los yayos se van muriendo y, en la calle donde vivían mis abuelos, ya prácticamente no queda nadie.
-La gira del disco ‘Les infelices’ está en su recta final... ¿han empezado a trabajar en lo que será su próximo disco?
-Nos queda Allepuz y El Castañazo, que es un festival en Luga, y ya a pensar en el próximo año. Habrá noticias y novedades, pero preferimos mantener un poco más el misterio.
-En una ocasión dijeron en una entrevista que en este negocio se ‘palma’ tanta pasta que, más que vivir de la música, era la música la que vivían de ustedes. Pero tienen algunas canciones que sobrepasan los dos millones de escuchas en Spotify, y eso es otra liga...
-Esa es una forma de decir que somos muchas personas en ruta, catorce en total, y aunque tenemos ingresos porque tenemos un público muy fiel, pero también hay muchísimos gastos invisibles, los que conlleva mover a tanta gente en cada gira o concierto.
Y se hace pesado estar siempre luchando así, porque al final somos un grupo autogestionado, nos autoabastecemos a nosotras mismas y contamos con muy poquita ayuda de nuestra productora. Y ahí estamos, viviendo como podemos y, a pesar de ello, muy felices.
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