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“Afortunadamente la fiesta ha evolucionado y ya no es como era hace veinte años” “Afortunadamente la fiesta ha evolucionado y ya no es como era hace veinte años”
Chema López, autor del libro, en una fotografía vaquillera que incluye en la obra que presenta mañana

“Afortunadamente la fiesta ha evolucionado y ya no es como era hace veinte años”

Chema López Juderías presenta este jueves su libro ‘La Vaquilla es nuestra’
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“La Vaquilla es vuestra” es la frase que tradicionalmente pronuncia el alcalde de Teruel desde el Ayuntamiento en el acto del Campanico, instantes antes de que se coloque el pañuelo al Torico. Hay cierto paternalismo en ella, y por eso Chema López Juderías -por eso y porque no es alcalde- cruza la línea y se sitúa en el margen de quienes la disfrutan como si no hubiera un mañana. La Vaquilla es nuestra es un relato vivencial, una anticrónica apócrifa y transgresora de los cuatro días más sonados de la capital y una colección de anécdotas que valen su peso en oro, y que en realidad las ha podido vivir cualquiera que en julio haya empezado el día de blanco y lo haya terminado quién sabe de qué color. El Jardín de San Pedro acogerá este jueves, a partir de las 20.00 horas, la presentación del libro La Vaquilla es nuestra, de Chema López.

La obra es un repaso no exhaustivo de lo más importante que ha ocurrido durante la fiesta en las últimas cuatro décadas, no desde el punto de vista de la crónica documental ni de ensayo histórico, “porque eso ya se ha escrito, y además muy bien”, asume el autor, sino más bien desde el relato vivencial de un vaquillero irredento. “Cuento las cosas más importantes que han sucedido y que la mayor parte de la gente recordará, pero también de mil anécdotas y recuerdos que me ocurrieron a mí, pero que evocarán a muchos turolenses la Vaquilla que ellos mismos han vivido”.

Con grandes dosis de sentido del humor y una narración sorprendente, que alterna diferentes estilos e incluso textos de ficción casi sin solución de continuidad, la obra trata de no dejarse casi nada de lo que, de julio en julio, ha pasado a formar parte del imaginario colectivo de la ciudad: “Hablo de la Vaquilla del asesinato de Miguel Ángel Blanco, de aquella que hizo tanto frío que mucha gente bautizó como la Vaquilla de los Peruanos, porque todo el mundo acabamos comprando ropa de abrigo en los puestos; el año del Mundial de Fútbol, de la polémica que ha existido siempre con la plaza de Toros y la falta de espacio para las peñas, de cómo el acto del Campanico, que en su día fue importantísimo, fue cediendo protagonismo al pañuelico...”.

Chema López, que además es el autor del cartel anunciador de las Fiestas del Ángel 2024, no esquiva las polémicas porque en esos días no todo son remojones y charangas. Además de la reciente Vaquilla sin Torico tras su caída de la columna o los años de la pandemia, una de las polémicas que explica en detalle fue la crisis política que generó el lanzamiento de garrafas durante el acto del Campanico. “En una ocasión con Javier Velasco de alcalde se lanzó una garrafa al balcón del Ayuntamiento, y un concejal del PP la devolvió. Entonces la gente comenzó a lanzar garrafas de forma indiscriminada, a dar. Hubo una gran polémica porque Velasco, al día siguiente, acusó a ese concejal de estar detrás de eso, de animar a la gente a lanzarle garrafas al alcalde porque al año siguiente había elecciones... Se montó una buena y durante los años posteriores se mantuvo la tradición, hasta el punto de que Manuel Blasco llegó a advertir que ese acto podría desaparecer si la gente no dejaba de hacer eso”.

Cada cual tiene su propia receta para que la Vaquilla siga siendo la mejor fiesta del mundo, y no todas coinciden. Entre los acérrimos defensores de la tradición y quienes advierten que no renovarse es morir, Chema López se sitúa en un punto intermedio porque, en su opinión, en cada Vaquilla siguen cabiendo infinitas Vaquillas. “Yo soy muy pragmático. La fiesta me gusta mucho y estoy convencido de que la evolución de la fiesta ha sido para bien. Afortunadamente no es como hace 20 años, cuando era absolutamente insalubre. Seguimos recogiendo 130 toneladas de basura, algo que es insostenible, pero todo ha mejorado con los años”. Uno de los capítulos del libro está dedicado a la música, otro de los elementos que más controversia genera. “Mucha gente se queja de que el espíritu de la Vaquilla se ha perdido porque algunas peñas la han convertido en un festival de música. Pero yo creo que eso está muy bien, porque hay 21 peñas en Teruel y las hay para todos los gustos, desde la que mantiene la orquesta de cualquier 15 de agosto, que está muy divertido, a la que trae a músicos de primera línea, tributos o DJ's de música electrónica. Creo que hay equilibrio y cada turolense puede elegir dónde quiere estar y qué clase de fiesta quiere hacer”.

En ese sentido sí que reivindica que, durante la Vaquilla pero también el resto del año, la programación musical y cultural sigue estando al albur de las peñas y asociaciones culturales. “No tenemos una programación excesivamente interesante en la ciudad y por eso hay que valorar todavía más el esfuerzo de las peñas, que traen grupos muy interesantes. Es verdad que todos se concentran en la Vaquilla y no te da tiempo a verlo todo, pero entre unas y otras la oferta en suficientemente grande para lo que es la ciudad”.

El objetivo de Chema López al escribir La Vaquilla es nuestra era “traer a la memoria de la gente cosas que muchas personas hemos vivido desde diferentes puntos de vista, que se riera y se emocionara”. El periodista tenía en marcha el proyecto desde 2017 aunque por motivos laborales permaneció mucho tiempo dentro de un cajón. “Ahora que tengo tiempo me he puesto a escribir, y realmente ha sido un proceso muy rápido, prácticamente en tres meses”.

Chema López Juderías ha contado con la colaboración de Javier Millán, que aporta un relato de ficción incluido en el libro libro; Eva Fortea, con un artículo sobre las ferias para los niños; y Natalia Caparroso, una correctora de Pamplona “que ha sido muy estricta cotejando mis recuerdos con las fechas reales, a través de las hemerotecas”. “Sin embargo no hay que olvidar que el libro nace de mi experiencia y de mis recuerdos”, advierte López Juderías, “así que habrá gente que leerá cosas que yo cuento y las recordará de otra manera”. Teniendo en cuenta que La Vaquilla no es el momento más lúcido del año, eso se puede perdonar.

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