Zarragones, madamas y diablos visitarán este sábado Luco del Jiloca

Luco del Jiloca se prepara para que mañana, sábado, salgan a la calle más de 70 zarragones, diablos y las madamas para celebrar el carnaval mientras los esquilos que llevan atados a la cintura estos personajes ancestrales resuenen sin parar.

La fiesta, recuperada por los vecinos de esta pedanía calamochina, se recuperó en el año 2000, basándose en los relatos que habían escuchado de sus padres y abuelos, recuperar este carnaval que data de principios del siglo pasado, pero que se vio interrumpido por la Guerra Civil. Este grupo de vecinos se dedicó a investigar y recopilar tanta información como le fue posible hasta que en 2003 se volvió a celebrar la fiesta en Luco del Jiloca que ahora se conoce por el nombre de uno de sus personajes.

Los personajes

Los zarragones son personajes grotescos que visten ropas de saco o arpillera, llevan chaquetas sobre grandes chepas y esquilos asidos a la cintura, así como trancas y horcas. Cubren su cara con máscaras y su cometido es infundir miedo y correr detrás de los más jóvenes.

Los diablos son los personajes más siniestros de la comparsa. Visten un blusón blanco y sayas negras en la parte inferior y llevan la cara deformada c con dientes de patata y tiznada de negro. Asustan a los pequeños co el sonido de sus tijeras de podar.

Las madamas se dividen entre las ricas y las pobres. Las madamas ricas visten sayas y mantones elegantes y ocultan su rosto mediante antifaces y velos y llevan una cestilla sobre la cabeza. Se remiten a las casas pudientes de Luco del Jiloca. Por su parte, las madamas pobres se refieren al pueblo llano y llevan una silla sobre su cabeza y, sobre ella, una colcha o una tela grande que les cubre totalmente.

“La gente se ha ido implicando y cada uno un poco se disfraza con lo que tiene más a mano, con lo que puede, con lo que quiere”, explicó Luis Tartaj, miembro de la organización de los Zarragones, que explica que los vecinos tienen, incluso, trajes de distintos personajes de la fiesta. “Estos días ya se escuchan el sonido de los esquilos saliendo de los graneros o se ve como se realizan ingenios para mejorar el traje de madama pobre. Cada vecino se disfraza del personaje que quiere, según el material que dispone en casa, según su cuadrilla o familia empezó con uno u otro disfraz”, relató Tartaj