Zarragones, madamas y diablos se adueñan de las calles de Luco del Jiloca

Más de 60 personajes, entre zarragones, diablos y madamas recorrieron este sábado las calles de Luco del Jiloca en una nueva edición de la recuperación de la tradición revisada del carnaval. Los personajes, antaño terroríficos, se han convertido en un objeto de tradición y de divertimento y ahora dan menos miedo.

La fiesta, que se recuperó en 2003 después de que un grupo de vecinos curiosos se interesase por los recuerdos de sus mayores previos a la Guerra Civil, se celebró este año 2025 el 1 de marzo, el mismo día en el que la fiesta volvió a salir a la calle y los vecinos se caracterizaron de nuevo con estos atuendos. Cientos de personas acudieron a este núcleo del municipio de Calamocha para asistir al desfile y visitar el mercadillo artesano que se dispuso en las inmediaciones de la iglesia parroquial.

La jornada arrancó a mediodía con la apertura oficial de los puestos ambulantes. A la misma hora arrancó la gincana infantil en la que los participantes debían acudir disfrazados, con premio a las mejores caracterizaciones.

Antes de que la Asociación de Amas de Casa comenzase a servir la comida popular, con un menú rico y seguro compuesto por un picoteo, judías blancas con morro y postre, se compartió un vermú en la calle de la iglesia como colofón a las pruebas infantiles.

La sobremesa estuvo amenizada por el bingo, que permitió dar rienda suelta a los impulsos jugadores de los asistentes y que sirvió de preámbulo para la actuación musical de los artistas locales Guiletta y Federico y su espectáculo Cancioni italiane per tutti.

Cuando los últimos rayos de sol dejaron de iluminar Luco del Jiloca llegó el turno del pasacalles con los personajes tradicionales, que desfilaron y bailaron al ritmo de los Dulzaineros del Bajo Aragón en un recorrido con dos paradas para reponer fuerzas escuchando un romance de ciego. Por la noche, la fiesta continuó con una cena de hermandad junto a la hoguera, en la plaza Mayor, y todavía se prolongó más para los noctámbulos con la discomóvil que amenizó la fiesta de disfraces convocada en el pabellón.

Los papeles

Los zarragones son personajes grotescos que visten ropas de saco o arpillera, llevan chaquetas sobre grandes chepas y esquilos asidos a la cintura, así como trancas y horcas. Cubren su cara con máscaras y su cometido es infundir miedo y correr detrás de los más jóvenes.

Los diablos son los personajes más siniestros de la comparsa. Visten un blusón blanco y sayas negras en la parte inferior y llevan la cara deformada c con dientes de patata y tiznada de negro. Asustan a los pequeños con el sonido de sus tijeras de podar.

Los personajes de las madamas se dividen entre las ricas y las pobres.

Las madamas ricas visten sayas y mantones elegantes y ocultan su rosto mediante antifaces y velos y llevan una cestilla sobre la cabeza. Se remiten a las casas pudientes de Luco del Jiloca.

Por su parte, las madamas pobres se refieren al pueblo llano y llevan una silla sobre su cabeza y, sobre ella, una colcha o una tela grande que les cubre totalmente.