La investigadora Herminia de la Varga, durante la ponencia que ofreció en el Curso de Truficultura en Mora
La reproducción sexual de las trufas se logra con laboreo y aportes de esporas
Herminia de la Varga ofrece pautas para mejorar el manejo de las explotaciones
La reproducción sexual en las explotaciones truferas es fundamental para garantizar la cosecha y se logra con los aportes de esporas en los nidos, que suponen sumar individuos paternos a la finca, donde los maternos están garantizados, y el laboreo, que favorece la mezcla entre individuos. La doctora en Biología y directora de proyectos de Térvalis, Herminia de la Varga, ofreció una ponencia en el VII Curso de Truficultura Práctica sobre la sexualidad de la trufa en la que analizó la importancia que tiene contar con los individuos masculinos y femeninos MATT1 y MATT2 para garantizar la producción en campo y ofreció pautas para garantizar su existencia en campo.
La sede de la Comarca de Gúdar-Javalambre acogió esta semana una nueva edición del Curso de Truficultura Práctica, que tras un año de parón ha regresado con gran demanda por parte de los truficultores. Así, no solo se han cubierto las 50 plazas disponibles sino que ha quedado mucha gente en lista de espera.
Los aportes esporales son fundamentales para mejorar y garantizar la producción trufera ya que son las que principalmente aportan el ADN paternal, mientras que el maternal está en el micelio y se necesitan ambas para la reproducción sexual. Los efectos de los pozos se notan especialmente en el segundo año, aunque a veces también se detecta en el primero o se extiende al tercero o cuarto, según apuntó la investigadora.
Planteó la conveniencia de promover la mezcla de sexos, algo que se logra labrando el suelo porque favorece la mezcla de micelio y esporas entre un punto y otro. Reconoció que el micelio se ve afectado con el laboreo del suelo, pero al cabo de una semana empieza a crecer. De la Varga recomienda labrar a finales de marzo o comienzos de abril porque es en primavera cuando comienza la reproducción sexual. No obstante, señaló que aunque si no están los dos individuos no hay trufa, se puede dar el caso de que estén y tampoco la haya.
A su juicio, es recomendable labrar todos los años y no solo por expandir el micelio, sino porque favorece el aireado del suelo, y ayuda a eliminar las malas hierbas y los topillos. En cuanto a la profundidad señaló que, aunque depende del tipo de suelo, lo conveniente es que sea superficial, de entre 10 y 15 centímetros.
El micelio es fundamental en la producción trufera puesto que a través de sus filamentos le llegan los nutrientes y todos los aportes que necesita para crecer y desarrollarse. La experta en sexualidad de la trufa señaló que este hongo “siempre crece unido a las raíces del árbol huesped”. Detalló que uno de los principales nutrientes que necesita la trufa es el carbono, que lo recibe exclusivamente del árbol.
La venta de trufa en negro es cada vez más infrecuente y prueba de ello es que una de las charlas que más interés despertó durante el VII Curso de Truficultura Práctica fue la del gestor Santos Alcalá. El experto dedicó la ponencia a hablar de las diferentes formas jurídicas que se pueden utilizar con la trufa, así como los tipos de IVA y retenciones que afectan al producto.
Detalló que para darse de alta en el régimen agrario es necesario tener tierras en propiedad o arrendadas, no facturar más de 250.000 euros y dedicarse prácticamente en exclusividad a la agricultura. Aconsejó utilizar este régimen para los productores de trufa siempre que no haya más socios.
Comentó que otra opción es presentar el IVA y recordó que es algo que se debe hacer incluso en los meses en los que no se vende trufa, aunque el importe sea cero. También detalló que para la emisión de facturars a otros países se necesitan unos trámites y formulaios específicos.
Especificó que entre el régimen especial agrario y el de trabajadores autónomos hay una diferencia importante y es que al no presentar IVA no se pueden deducir las compras, aunque sí las amortizaciones de los bienes de inversión.
Otra fórmula son las sociedades, que aconsejó para aquellos truferos que tienen las explotaciones en colaboración con otras personas.
La trufa es un producto del sector primario, un alimento fresco que tiene un IVA del 4%, aunque siempre que no esté manipulada. Una de las preguntas fue sobre si lavar la trufa afecta al tipo de IVA, a lo que Alcalá señaló que no al no considerarse una transformación alimentaria.
Una de las dudas más frecuentes entre sus clientes es sobre la forma de hacer facturas, que tienen que tener número de serie, fecha de emisión y nombre y apellido y domicilio fiscal tanto del emisor como del receptor. En las facturas pueden ir productos a diferente tipo impositivo, pero todo ello tiene que ir desglosado y diferenciado. El gestor puso diferentes ejemplos de los tipos impositivos y las retenciones en función del perfil de comprador y vendedor.
Además, los responsables de la asesoría aconsejaron a los truficultores “hacer las cosas bien” y alertan de que las inspecciones a esta actividad económica son continuas debido a que en el pasado el sector movió mucho dinero en negro, algo que ahora, reconocieron se ha reducido sustancialmente.
La sede de la Comarca de Gúdar-Javalambre acogió esta semana una nueva edición del Curso de Truficultura Práctica, que tras un año de parón ha regresado con gran demanda por parte de los truficultores. Así, no solo se han cubierto las 50 plazas disponibles sino que ha quedado mucha gente en lista de espera.
Los aportes esporales son fundamentales para mejorar y garantizar la producción trufera ya que son las que principalmente aportan el ADN paternal, mientras que el maternal está en el micelio y se necesitan ambas para la reproducción sexual. Los efectos de los pozos se notan especialmente en el segundo año, aunque a veces también se detecta en el primero o se extiende al tercero o cuarto, según apuntó la investigadora.
Planteó la conveniencia de promover la mezcla de sexos, algo que se logra labrando el suelo porque favorece la mezcla de micelio y esporas entre un punto y otro. Reconoció que el micelio se ve afectado con el laboreo del suelo, pero al cabo de una semana empieza a crecer. De la Varga recomienda labrar a finales de marzo o comienzos de abril porque es en primavera cuando comienza la reproducción sexual. No obstante, señaló que aunque si no están los dos individuos no hay trufa, se puede dar el caso de que estén y tampoco la haya.
A su juicio, es recomendable labrar todos los años y no solo por expandir el micelio, sino porque favorece el aireado del suelo, y ayuda a eliminar las malas hierbas y los topillos. En cuanto a la profundidad señaló que, aunque depende del tipo de suelo, lo conveniente es que sea superficial, de entre 10 y 15 centímetros.
El micelio es fundamental en la producción trufera puesto que a través de sus filamentos le llegan los nutrientes y todos los aportes que necesita para crecer y desarrollarse. La experta en sexualidad de la trufa señaló que este hongo “siempre crece unido a las raíces del árbol huesped”. Detalló que uno de los principales nutrientes que necesita la trufa es el carbono, que lo recibe exclusivamente del árbol.
La venta de trufa en negro es cada vez más infrecuente y prueba de ello es que una de las charlas que más interés despertó durante el VII Curso de Truficultura Práctica fue la del gestor Santos Alcalá. El experto dedicó la ponencia a hablar de las diferentes formas jurídicas que se pueden utilizar con la trufa, así como los tipos de IVA y retenciones que afectan al producto.
Fiscalidad
Detalló que para darse de alta en el régimen agrario es necesario tener tierras en propiedad o arrendadas, no facturar más de 250.000 euros y dedicarse prácticamente en exclusividad a la agricultura. Aconsejó utilizar este régimen para los productores de trufa siempre que no haya más socios.
Comentó que otra opción es presentar el IVA y recordó que es algo que se debe hacer incluso en los meses en los que no se vende trufa, aunque el importe sea cero. También detalló que para la emisión de facturars a otros países se necesitan unos trámites y formulaios específicos.
Especificó que entre el régimen especial agrario y el de trabajadores autónomos hay una diferencia importante y es que al no presentar IVA no se pueden deducir las compras, aunque sí las amortizaciones de los bienes de inversión.
Otra fórmula son las sociedades, que aconsejó para aquellos truferos que tienen las explotaciones en colaboración con otras personas.
La trufa es un producto del sector primario, un alimento fresco que tiene un IVA del 4%, aunque siempre que no esté manipulada. Una de las preguntas fue sobre si lavar la trufa afecta al tipo de IVA, a lo que Alcalá señaló que no al no considerarse una transformación alimentaria.
Una de las dudas más frecuentes entre sus clientes es sobre la forma de hacer facturas, que tienen que tener número de serie, fecha de emisión y nombre y apellido y domicilio fiscal tanto del emisor como del receptor. En las facturas pueden ir productos a diferente tipo impositivo, pero todo ello tiene que ir desglosado y diferenciado. El gestor puso diferentes ejemplos de los tipos impositivos y las retenciones en función del perfil de comprador y vendedor.
Además, los responsables de la asesoría aconsejaron a los truficultores “hacer las cosas bien” y alertan de que las inspecciones a esta actividad económica son continuas debido a que en el pasado el sector movió mucho dinero en negro, algo que ahora, reconocieron se ha reducido sustancialmente.
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