Finca trufera en Sarrión donde se han colocado los testigos con nematodos
La investigación con nematodos en plantaciones de trufa continúa esta campaña por la falta de resultados
La toma de muestras en la temporada pasada no fue concluyente por la sequía
Los investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) continúan a lo largo de la presente temporada trufera con la investigación en semicampo con el fin de comprobar la efectividad de los nematodos entomopatógenos para matar al Leiodes cinnamomeus.
Durante la pasada campaña se realizaron ya las pruebas de campo, pero la escasez de trufa impidió que se recabaran datos estadísticamente significativos, según explica el responsable del proyecto, Fernando García del Pino. La pésima cosecha incluso en las fincas de regadío complicó la toma de datos fiables y este año se va a repetir la aplicación de los nematodos.
Para lograr que las muestras arrojen resultados concluyentes, se ha casi triplicado el número de unidades experimentales. Así, mientras que en la anterior campaña se seleccionaron unas 70 localizadas en dos fincas diferentes, este año la muestra se ha ampliado a 200 unidades de tres campos diferentes.
El objetivo de obtener ya unos resultados que permitan establecer conclusiones, según dice García del Pino. Los investigadores han contado con la colaboración de varios productores de trufa de Sarrión, que han permitido la colocación de los nematodos en sus parcelas.
Este proceso de semi campo consiste en la aplicación del producto en la parcela, pero en una situación totalmente controlada para evitar injerencias externas. El proyecto de investigación se inició hace ya algunos años y el primer paso fue aislar las cepas de nematodos de Teruel y analizar cuál era la más letal con el escarabajo. Estos gusanos microscópicos parasitan en insectos y se alimentan de ellos. Aunque en el campo de la truficultura están en proceso de prueba, el uso de los nematodos es habitual en agricultura para el control de plagas.
Junto a García del Pino en el proyecto está el doctorando Iván Julià, que es el que se ha ocupado de la realización del trabajo de campo en las zonas truferas turolenses.
El Leiodes cinnamomeus está causando estragos en las plantaciones de trufa, con graves pérdidas para todo el sector. Además, las elevadas temperaturas de este invierno han propiciado que la plaga sea todavía más dañina puesto que, en anteriores campañas, las bajas temperaturas contribuían a su desaparición.
El escarabajo de la trufa se ha extendido en esta campaña incluso a fincas y zonas en las que hasta ahora no había entrado. La presencia de gusanos o las galerías dejadas por ellos hace que las piezas pierdan un gran valor en el mercado. Además, en algunas de ellas las larvas causan tales daños que acaban pudriéndolas.
Durante la pasada campaña se realizaron ya las pruebas de campo, pero la escasez de trufa impidió que se recabaran datos estadísticamente significativos, según explica el responsable del proyecto, Fernando García del Pino. La pésima cosecha incluso en las fincas de regadío complicó la toma de datos fiables y este año se va a repetir la aplicación de los nematodos.
Para lograr que las muestras arrojen resultados concluyentes, se ha casi triplicado el número de unidades experimentales. Así, mientras que en la anterior campaña se seleccionaron unas 70 localizadas en dos fincas diferentes, este año la muestra se ha ampliado a 200 unidades de tres campos diferentes.
El objetivo de obtener ya unos resultados que permitan establecer conclusiones, según dice García del Pino. Los investigadores han contado con la colaboración de varios productores de trufa de Sarrión, que han permitido la colocación de los nematodos en sus parcelas.
Este proceso de semi campo consiste en la aplicación del producto en la parcela, pero en una situación totalmente controlada para evitar injerencias externas. El proyecto de investigación se inició hace ya algunos años y el primer paso fue aislar las cepas de nematodos de Teruel y analizar cuál era la más letal con el escarabajo. Estos gusanos microscópicos parasitan en insectos y se alimentan de ellos. Aunque en el campo de la truficultura están en proceso de prueba, el uso de los nematodos es habitual en agricultura para el control de plagas.
Junto a García del Pino en el proyecto está el doctorando Iván Julià, que es el que se ha ocupado de la realización del trabajo de campo en las zonas truferas turolenses.
Graves daños por el calor
El Leiodes cinnamomeus está causando estragos en las plantaciones de trufa, con graves pérdidas para todo el sector. Además, las elevadas temperaturas de este invierno han propiciado que la plaga sea todavía más dañina puesto que, en anteriores campañas, las bajas temperaturas contribuían a su desaparición.
El escarabajo de la trufa se ha extendido en esta campaña incluso a fincas y zonas en las que hasta ahora no había entrado. La presencia de gusanos o las galerías dejadas por ellos hace que las piezas pierdan un gran valor en el mercado. Además, en algunas de ellas las larvas causan tales daños que acaban pudriéndolas.
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