Albarracín cataloga y almacena en la sala capitular 692 bienes muebles de la Catedral

Albarracín por fin tiene catalogados, documentados y ordenados los 1.000 bienes muebles pertenecientes al patrimonio de la Catedral. La mayor parte de ellos, un total de 692, están ya perfectamente conservados y organizados en la sala capitular del templo, que se ha convertido en almacén y habilitado con el mobiliario necesario para garantizar un perfecto mantenimiento de las piezas. El jueves tuvo lugar una jornada de puertas abiertas en el marco de la celebración de los actos en torno a la patrona de Albarracín, Santa María de Oriente.

El gerente de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, especificó que casi 700 de los 1.000 objetos de diferentes épocas pertenecientes a la Catedral ya están en el que será su almacén definitivo, situado en la sala capitular. A ellos se suman en torno a 160 piezas que están expuestas en el museo y el resto de los bienes se encuentran actualmente en las salas de almacenaje que hay bajo el coro del templo a la espera de realizar en ellos los tratamientos adecuados para trasladarlos al almacén.

Durante la visita guiada por los espacios donde se ubican los bienes, Jiménez precisó que todas las piezas que se han llevado a la sala capitular han sido sometidas a un proceso de anoxia para la eliminación de cualquier tipo de parásito mediante su introducción en bolsas plásticas de las que se extrae el aire.

Lo que no se ve

Jiménez recordó que la restauración del interior de la Catedral concluyó en el año 2019 y que desde entonces se ha hecho un arduo trabajo para catalogar todos sus bines muebles. “Albarracín es lo que se ve y lo que no se ve”, dijo en referencia a las numerosas piezas que están almacenadas. Indicó que todas se encuentran ya inventariadas de forma que cualquier investigador puede acceder a ellas desde el catálogo digitalizado.

Señaló que era una necesidad conocer al detalle los bienes de la Catedral y recordó que recientemente se localizó en uno de los almacenes con piezas sin catalogar un retablo del siglo XVI del que no había constancia.

A la presentación de este nuevo espacio habilitado por la Fundación Santa María acudió el presidente del patronato de la entidad, José Ángel Biel, quien alabó el gran trabajo desarrollado por la entidad en materia de restauración: “Tenemos que sentirnos orgullosos del centro de restauración de Albarracín” tanto por su buen trabajo como por el número de intervenciones realizadas, que cifró en 32 restauraciones en monumentos y 1.600 de bienes muebles.

El presidente del Patronato recordó que de los 26 años que tiene la Fundación él ha sido su presidente durante un total de 19 y, anunció con una frase que sonó a despedida, que aunque deje de estar al frente de la entidad seguirá yendo a Albarracín. “Me siento tan feliz aquí, he venido desde que era estudiante y he traído a alguna novia”, confesó José Ángel Biel.

Aseguró que de todos los cargos que ha tenido a lo largo de su vida, el ser presidente de la Fundación Santa María es el que más le ha enorgullecido y, comentó haciendo reír a los asistentes al acto, que “es el único cargo civil de España que tiene de segundo de a bordo a un obispo”, dijo.

Para dejar clara la importancia que ha tenido Albarracín en su vida desveló que de los 28 capítulos que tienen sus memorias, que ya ha escrito, uno de ellos está dedicado a esta ciudad.

El obispo de Teruel y Albarracín y vicepresidente del patronato, José Antonio Satué, ofició la misa y presidió la procesión. En los actos también estuvieron el presidente de la Diputación de Teruel, Manuel Rando, y el alcalde de Albarracín, Michel Villalta, así como otros representantes de las instituciones locales, comarcales, provinciales y autonómicas.