

Una veintena de personas descubren el valor de la piedra seca en La Codoñera
La asociación que cuida este material busca financiación para sus proyectosTorrecilla de Alcañiz recupera su patrimonio con la Asociación Amig@s de la Piedra Seca
Alcaine demuestra que construir en piedra seca no es sencillo, pero sí muy enriquecedor
Una reunión de viejos conocidios (o nuevos por conocer), junto con una andada por el campo y una comida de brasas al acabar, dieron este fin de semana el momento idóneo para el I encuentro de la Asociación de Amig@s de la Piedra Seca del Mezquín. Y es que, la recuperación y puesta en valor de las construcciones de piedra seca sigue avanzando en la comarca del Mezquín. Este domingo, una veintena de miembros de la asociación y acompañantes se reunieron en La Codoñera para recorrer algunas de estas construcciones tradicionales en la zona. El encuentro sirvió para conocer de cerca el estado de estas estructuras, ponerlas en valor e intercambiar conocimientos entre los presentes.
Entre historia y restauración
La jornada comenzó el domingo a las 10:30 horas en la Cooperativa del Mezquín, desde donde los asistentes se dirigieron a la caseta de Luis Gracia, recien restaurada. Allí, el presidente de la asociación, José Manuel Velilla, dio la bienvenida a los participantes y expresó su gran satisfacción por el buen camino que está tomando la asociación y por la buena acogida del evento. Destacó además que, aunque el trabajo es complicado, confían en seguir adelante. “Nos está costando un poco, pero haremos lo que podamos y hasta donde podamos llegar”, afirmó, recordando que ya están buscando financiación a través del Ayuntamiento de Torrecilla de Alcañiz y la DGA.
Seguidamente, uno de los socios, Luis Gracia tomó el relevo del presidente durante la bienvenida y explicó a todos los presentes el proceso de restauración de su caseta, detallando los trabajos realizados para evitar su derrumbe. La estructura, que presentaba una grieta en el arco de la puerta, amenazaba con desmoronarse debido a la pérdida de presión en la piedra. Para solucionarlo, Gracia construyó una especie de contrafuerte que ha permitido estabilizar la construcción. “Aquí había una grieta que ya no está. Esto se empezaba a abrir y, si se abre, el arco se cae”, señaló, mostrando las mejoras realizadas.
El proceso de restauración ha requerido meses de trabajo en sus ratos libres. Gracia contó que, además de reconstruir las partes dañadas, tuvo que trasladar piedras desde otros puntos, ya que en el lugar apenas quedaban materiales disponibles. Además, limpió la maleza y creó un canal para evitar que el agua de lluvia se filtrase en el interior. “Antes, toda el agua bajaba y entraba dentro de la caseta, así que hice un bajador para que se desviara fuera”, detalló.
La pasión de Gracia por la piedra seca viene de familia, pues sus abuelos y su padre ya trabajaban con este tipo de construcciones. “Mis abuelos hacían casetas, pozos y muros de piedra. Mi padre aprendió de ellos, y yo, de mi padre”, contó, subrayando la importancia de transmitir este conocimiento para evitar que se pierda con el tiempo.

Tras conocer la historia de la caseta restaurada, los asistentes recorrieron unos cinco kilómetros por los alrededores de La Codoñera, acompañados por Jesús Pallarés, quien guió la visita a otras construcciones de piedra seca. Entre ellas, se pudieron conocer una pequeña caseta cuya estabilidad está en peligro debido al desplazamiento de una de las piedras de su base, lo que podría provocar un efecto dominó y el colapso de toda la estructura. También visitaron una balsa construida por cazadores para proporcionar agua a los animales y dos pozos de 6 metros de profundidad, los dos equipados con una noria utilizada antiguamente para regar los huertos.
Durante la caminata, se explicó que en Torrecilla de Alcañiz las casetas suelen estar “más trabajadas”. El grupo reflexionó también sobre cómo se conseguían las piedras necesarias para estas construcciones. En el pasado, el primer paso era limpiar el monte mediante la quema controlada de la vegetación. Después, se recogían las piedras esparcidas por el terreno y se organizaban para levantar terrazas y muros, rellenando la altura con tierra antes de proceder a la plantación de cultivos. Este método se utilizó durante siglos, y hasta los años 70 apenas había árboles en la zona, ya que la cebada y el trigo eran los cultivos predominantes. No fue hasta entonces cuando se empezó a plantar almendros, cambiando por completo la fisonomía del paisaje.
En el caso de las casetas de piedra seca, tenían diversas funciones, desde refugios para los agricultores hasta establos para las caballerías. Algunas, como la pequeña construcción visitada durante la ruta, carecían de chimenea, ya que se usaban principalmente en verano y no se necesitaba fuego para calentarse. En su interior, los agricultores guardaban herramientas, comida y otros enseres mientras trabajaban en el campo. Como explicó Pallarés, “siempre se construían cerca de un punto de agua, ya que los animales no podían estar sin acceso a una balsa o un pozo cercano”.
Por último y antes de la comida, se visitaron dos pozos de unos 6 o 7 metros de altura, ya inutilizados, los cuales, en su día tuvieron la función de llevar el agua a la balsa. En ellos se encontraba una pequeña noria. Estas eran utilizadas para encontrar agua, ya que en muchas ocasiones era una tarea un tanto complicada por el clima y, de esta forma profundizar hasta más metros, donde sí podría encontrarse.
La jornada finalizó con una comida de alforja donde todos los presentes se sentaron alrededor de la caseta de Luis para comentar acerca de todo lo aprendido durante el día y degustar unos chorizos de jabalí, hechos a la brasa dentro de la propia caseta.
Pensando en el futuro
El éxito del primer encuentro de la Asociación Amig@s de la Piedra Seca del Mezquín demuestra que el interés por este patrimonio sigue creciendo. En apenas cinco meses, la entidad ha pasado de contar con ocho socios fundadores a 25 miembros activos, lo que refleja la importancia de esta arquitectura en la identidad de la comarca. Sin embargo, la falta de financiación sigue siendo un obstáculo importante para la restauración de las casetas y muros en peligro de derrumbe. Desde la asociación confían en que las administraciones comprendan la relevancia de este legado y faciliten los recursos necesarios para su conservación. “Estamos dando los primeros pasos, pero queremos que esto vaya a más. La piedra seca es parte de nuestra historia y merece ser conservada”, señaló Velilla, insistiendo en la necesidad de apoyo económico para evitar que estas construcciones desaparezcan.
- Bajo Aragón viernes, 28 de mayo de 2021
Arde media hectárea en La Codoñera por una quema de olivar
- En la última jueves, 2 de mayo de 2024
Tomás Bosque, cantautor de La Codoñera: “No sé dónde estaban hace cuarenta años los que ahora dan tanta guerra con el chapurriau”
- Bajo Aragón lunes, 10 de febrero de 2025
La Asociación de la Piedra Seca crece hasta los 25 miembros y avanza con nuevas iniciativas
- Bajo Aragón viernes, 13 de diciembre de 2024
Valdealgorfa y La Codoñera recuperan la potabilidad del agua de grifo