Un nuevo ataque compatible con lobo mata 33 ovejas de dos ganaderías en Castelserás

Un total de 33 ovejas muertas y 14 heridas es el balance que dejan dos ataques compatibles con lobo producidos en los últimos días en sendas explotaciones ganaderas de Castelserás.

Así lo confirman las necropsias realizadas por el Gobierno de Aragón en el centro de recuperación de fauna silvestre de La Alfranca (Zaragoza), por lo que después de una temporada sin incidencias los pastores vuelven a temer los daños a los animales y económicos que representa esta especie protegida.

Uno de los ataques se produjo en la noche del jueves al viernes en el paraje de la Coscollosa, cerca del límite municipal entre Castelserás y Calanda. Allí, a cuatro kilómetros del corral, tiene a las ovejas con pastor eléctrico bajo Marta Biel, que se encontró una estampa con 22 ovejas muertas y 14 heridas. El segundo incidente, en la madrugada del martes, dejó 11 cabezas fallecidas y cuatro desaparecidas en otra explotación. En este caso, el pastor eléctrico tampoco estaba a 1,80 metros, lo recomendado para que no existan ataques.

“Es la primera vez que nos ocurre, aunque en Castelserás hace unos años ya hubo otro ataque. Las teníamos en un vallado eléctrico y nos mató 22 ovejas e hirió a 14, y el resto quedaron muy desperdigadas: 50 aquí, 20 allá... Unas están muertas y comidas por los buitres. Otras están preñadas y a punto de parir, a falta de 15 días. Algunas abortarán. Otras tienen miedo y están estresadas, desde el viernes estamos echándoles de comer en casa”, detalló Biel.

“Al perro lo conocen bien, pero así como aparece se van a la otra punta. Con cualquier cosa se genera una estampida”, indicó. “Y luego es que ves el estrapalucio que han hecho y se te cae el alma a los pies. Llevan unos mordiscos importantes. Una iba con la tripa fuera y estaba viva, por lo que el sufrimiento que llevaba ese animal es grande”.
 

Pese a que el pastor no es el recomendado, “nos había pasado nunca, nunca se nos habían ido las ovejas ni nos habían entrado nunca perros”, dijo la ganadera. Ella tiene un mastín en el campo, junto a un camino por el que pasa gente andando, corriendo o en bicicleta. “Si se asusta el perro y les muerde o algo tenemos otro problema. Si el mastín protege a las ovejas, ¿quién protege al mastín?”, se preguntó.

Con todo, “quedamos pocos ganaderos y aún vamos a quedar menos”, analizó. “El lobo está protegido, con lo cual no se le puede tocar y no se puede hacer nada. Y a nosotros la gente nos trata como delincuentes. Que si hemos abandonado el ganado. Pues no, tenemos una vida y otras tareas de la profesión, no podemos estar las 24 horas con las ovejas”.

La explotación de Biel consta de 400 reses, de las que 300 estaban en el pastor eléctrico cuando ocurrió el ataque.

El segundo incidente se produjo el martes de madrugada, en una cabaña de 340 ovejas de las que cuatro permanecían este miércoles desaparecidas y que dejó 11 víctimas mortales.

Tras las pesquisas iniciadas por los Agentes para la Protección de la Naturaleza (APN) del Gobierno de Aragón, las muestras se envían a La Alfranca, donde otros expertos analizan las causas de los ataques.

Los propios APN se encargan de seguir el rastro de los lobos. En este momento solamente tienen un ejemplar detectado en el Bajo Aragón, un macho itálico. Su pareja, una loba ibérica, fue dada por muerta la pasada primavera después de verla enferma y débil, compatible con sarna. El lobo es uno de los tres que habitarían Aragón ahora mismo.

Subvenciones

Desde el Gobierno de Aragón recomiendan a los pastores recurrir a las subvenciones para adaptar la ganadería extensiva a la presencia del lobo y oso pardo. Comprenden medidas de autoprotección como la adquisición y obras de implantación de vallados fijos o portátiles, o de pastores eléctricos (se recomienda una altura de 1,80 metros); y la compra de perros de raza mastín y el seguro de responsabilidad civil.

En marzo de 2023 hubo otras seis ovejas muertas en Castelserás, aunque el ataque llegó de perros y no de la loba que había matado a 15 reses en Valmuel una semana antes.