Thermowaste inicia pruebas y espera ‘limpular’ en abril 80 toneladas de residuos en Ariño

La empresa Thermowaste espera recibir en Ariño dentro de un mes el pico de 80 toneladas diarias de residuos no peligrosos que le autorizó el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) para poner en marcha en condiciones reales el reactor piloto con el que pretende transformar la basura en materiales limpios y valorizados. Lo hará mediante el novedoso proceso de limpulación, una tecnología de esterilización y transformación morfológica de materiales que está llamada a acabar con los vertederos. La actividad empresarial tiene como objetivo último ensamblar máquinas para venderlas al mundo.

La compañía lleva desde enero ingresando –que no almacenando– basuras de gestores autorizados en los talleres del antiguo desmonte de carbón de Samca que utiliza para sus ensayos, para los que tiene contratados a media docena de empleados.

La empresa solamente tiene permiso del Inaga para la fase de investigación, con una serie de condicionantes que eviten una eventual contaminación de los suelos y las aguas. No en vano, la cantidad de basura doméstica que pretende ingresar Thermowaste es ligeramente superior a la que recibe a diario el vertedero supracomarcal de Alcañiz.

El tratamiento consiste en “una esterilización seguida de una clasificación de residuos, donde se separan la biomasa granular y otros residuos valorizables. La actividad principal es la clasificación de residuos, mientras que la esterilización se realiza como una operación previa para facilitar el manejo posterior, reduciendo el volumen, la humedad y los olores”, resume el Inaga, que no cree que esta iniciativa vaya a tener efectos significativos sobre el medio ambiente.

El equipo funciona

“Hemos puesto en marcha el equipo y está funcionando bien, con distintos tipos de residuos en partidas muy pequeñas. Los ingenieros dan el visto bueno al protocolo y pronto empezaremos a incrementar la producción, siempre en el contexto de que es un centro de investigación. En un mes pasaremos a hacer pruebas a escala más grande con más personal, y hasta verano estaremos ensayando”, explicó el presidente de Thermowaste, Óscar Ribas.

La materia prima incluye residuos sólidos urbanos, de otras plantas de tratamiento y residuos industriales como cartón, plásticos, metales e inertes. Tras el proceso de limpulación, se recuperan materiales como biomasa granular, metales férricos y no férricos, cartón, distintos tipos de plástico, inertes y textil. Sus aplicaciones en el mercado son válidas como biogás, fertilizantes, aceite pirolítico para nuevos plásticos o combustible, bioetanol, compost, fundición de metales, tableros laminados multicapa y composites.

Ahora entran “rechazos de planta de tratamiento de residuos, de ecoparque”, detalló Ribas. “Urbaser gestiona una planta muy grande en Zaragoza, procesa pero hay un pocentaje muy alto que va a vertedero. Podemos recuperar como mínimo el 70% de lo que nos envíen”, aseguró.

Por otra parte, “vamos a hacer pruebas con fracción orgánica, pues resulta que el 40% de lo que va al contenedor marrón no es orgánica” sino que “hay mucho plástico”, pero “separarlo no es fácil y está sucio, apesta y tiene patógenos; en cambio, la biomasa que obtenemos es fantástica para ir a digestores anaeróbicos para producir biogás”, puso como ejemplo Ribas. De hecho, el proyecto contempla una microplanta de biogás. El responsable defendió la limpieza del proceso: “La basura llega en camiones, se deposita en un almacén automático sin tocar suelo y en 30 minutos ya está limpia” para clasificar.

Un proceso innovador

La instalación prevista durante el periodo temporal de investigación, según figura en el proyecto presentado al Inaga, consiste en un reactor doble que procesa hasta 80 toneladas diarias.

Thermowaste pretende acabar con el envío masivo a los vertederos vendiendo reactores que recuperarán la mayor cantidad posible de los materiales contenidos en la basura doméstica, transformándolos en subproductos limpios y manipulables con valor en el mercado.

Su objetivo es llegar a tratar 230 toneladas diarias –hará falta una nueva autorización ambiental–, con más reactores a plena producción y con herramientas de Inteligencia Artificial y separación óptica para clasificar residuos. Thermowaste, que invertirá 15 millones de euros, tiene previsto llegar a los 80 trabajadores cuando la actividad sea escalable e incorpore el negocio real: el centro de ensamblaje de equipos para venta a plantas de tratamiento en todo el mundo. La planta servirá de escaparate comercial. Ya han visitado Ariño clientes de Estados Unidos, Asia u Oriente próximo.

Agilidad administrativa

“Mi máquina se come 5.000 kilos de basura a la hora y la tengo que poder probar a pleno rendimiento; gastamos millones de euros en ensayos para que, cuando la vendamos a cualquier país, no tengamos problemas allí”, explicó Ribas, quien pidió agilidad administrativa. “No queremos dinero. Pasa en España y Europa que es dificilísimo hacer I+D porque hay mucho papeleo” a la hora de obtener las autorizaciones, lamentó.