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Thermowaste apremia a la DGA para agilizar el inicio de la “limpulación” de basura urbana Thermowaste apremia a la DGA para agilizar el inicio de la “limpulación” de basura urbana
Óscar Ribas (izquierda), durante la visita que la ministra Teresa Ribera realizó a la planta de Ariño en 2022. Thermowaste

Thermowaste apremia a la DGA para agilizar el inicio de la “limpulación” de basura urbana

El Inaga analiza al detalle el reactor de residuos que limpiaría y valorizaría 80 toneladas al día
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“Cuando eres muy disruptivo, a veces no eres bienvenido”, lamenta el presidente de Thermowaste, Óscar Ribas. La empresa que pretende desarrollar en Ariño plantas modulares para el tratamiento de residuos no peligrosos mediante la “limpulación”, una tecnología de reciclaje integral y valorización de materiales, pide agilidad administrativa al Gobierno de Aragón para comenzar a trabajar en un reactor piloto que transformaría hasta 80 toneladas diarias de basuras. El Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) saluda la iniciativa, aunque pide cautela alrededor de un proceso “revolucionario” que tendrá que estudiar al detalle debido al “gran volumen de residuos y tipología a tratar”.

La empresa quiere iniciar su actividad en Ariño a finales de verano, cuando espera que el Gobierno de Aragón haya concedido el permiso ambiental y de actividad. Para entonces, contrataría a 15 personas –en este momento hay seis– que trabajarán en el reactor piloto. Las jornadas laborales que entre en funcionamiento, la máquina transformaría un volumen ligeramente superior a la media diaria del vertedero supracomarcal de Alcañiz.

La solución en biotecnología desarrollada por la empresa de raíz catalana tiene previsto, en una segunda fase a primeros de 2025, la contratación de diez personas más, hasta las 25, y aspira a llegar a las 80 a medio plazo cuando la actividad sea escalable e incorpore una segunda vía de negocio: el centro de ensamblaje de equipos para plantas de tratamiento en todo el mundo.

El proyecto, que tras someterse a información pública analiza al detalle el Inaga este verano, se ubica en los talleres del antiguo desmonte de carbón de Samca. El cronograma para la puesta en servicio de esta industria, destinada sobre el papel a marcar un antes y un después en el procesamiento de basuras, acumula más de un año de retraso.

“De forma temporal, hasta no disponer de la autorización ambiental integrada acorde a la actividad completa de la instalación, y con el único objetivo de no detener la actividad de investigación que se lleva a cabo, se requiere de una autorización para I+D”, solicita la empresa en la documentación que ha presentado a la evaluación de impacto ambiental simplificada que puede obtenerse en la web del Inaga.

El pasado jueves, antes de la reunión que mantuvo en Híjar con empresas receptoras de ayudas Miner la directora del Instituto para la Transición Justa (ITJ), Laura Martín, Ribas explicó a los periodistas el problema de su empresa: “Una licencia que nos tendría que haber llegado en enero y que nos dijeron que llegaría en julio, probablemente no llegará hasta septiembre”.

El alma de Thermowaste comprende que su iniciativa “es una cosa nueva y todo el mundo va con pies de plomo, pero va a dar puestos de trabajo y hay que intentar simplificar el proceso”. Ribas indicó que a lo largo de la vida del proyecto está previsto invertir 15 millones de euros. “Hemos desarrollado una parte y hemos recibido unas ayudas de unos 700.000 euros” del Miner.

Un proceso innovador

La máquina piloto “está funcionando bien pero no podemos hacer pruebas de más volumen porque no podemos traer residuos; no van a tocar el suelo, no hay chimeneas: la basura llega, se deposita en un almacén automático y en 30 minutos ya está limpia y la clasificamos”, resumió el presidente de esta empresa. Mediante este proceso de limpulación, sin necesidad de clasificación previa, Thermowaste pretende acabar con el envío masivo de basuras a los vertederos recuperando prácticamente la totalidad de los materiales contenidos en la basura doméstica, transformándolos en subproductos limpios y manipulables con valor en el mercado.

La instalación prevista durante el periodo temporal de I+D, según figura en el proyecto presentado al Inaga, consistirá en un reactor con capacidad para procesar hasta un máximo de 120 toneladas diarias (Tn/día) a tres turnos, si bien durante esta etapa solo se aplicarán dos turnos de trabajo con un máximo de 80 Tn/día; un área de clasificación de todos los materiales limpulados; y un digestor anaeróbico para llevar a cabo ensayos preliminares de producción de biogás a partir de la biomasa recuperada.

La nave ejercerá, a futuro, de centro de ensamblaje y ensayo que diseñará y desarrollará equipos para plantas de tratamiento de todo el mundo. En Ariño se llevará a cabo el premontaje. La planta, a modo de “showroom” servirá de escaparate comercial.

Máxima cautela en el Inaga

Fuentes del Inaga explicaron a este periódico que el martes está prevista una reunión con la empresa “para analizar ciertas cuestiones técnicas, la documentación presentada, el origen de los residuos y el destino de las salidas de residuos o subproductos”. La Dirección General de Calidad Ambiental ha emitido un informe que incide “en el gran volumen de residuos y tipología a tratar que son inexistentes en la zona”.

Al Inaga y a Calidad Ambiental les ha sorprendido, de entrada, la cantidad de basuras que la empresa pretende tratar “para una tecnología no implantada ni conocida”, lo que “sobrepasa lo que es una planta piloto”. Es por ello que quieren “tener muy claro qué es lo que van a hacer” para descartar que se convierta “en una importación de residuos”.

“Estamos hablando de un proceso nuevo, revolucionario supuestamente con resultados buenos pero con tecnología no explicada ni probada. La experiencia indica que hay que ser cautelosos”, dice el Inaga, que cita una planta de Utrillas en la que se apoyaría Thermowaste para almacenar “residuos no peligrosos en un volumen importante”.

Pese a que el Inaga prefiere probar primero una planta piloto de dimensiones reducidas, la empresa defiende en el proyecto que “es imprescindible” para llevar a cabo las pruebas “llegar a las cantidades de residuos mencionadas (80 Tn/día) ya que el reactor es un equipo industrial que debe trabajar con ciertos parámetros que solo se alcanzan con grandes volúmenes de residuos”.

Las instalaciones abren de lunes a viernes, “aunque las pruebas no se realizarán cada día, sino que vendrán determinadas por el calendario de los programas de investigación”, aclara la empresa en su documentación. Éste “evolucionará según los resultados obtenidos (...) y las mejoras que se realicen a nivel de ingeniería para los inconvenientes que puedan presentarse”.

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