El Pozo de San Juan de Andorra cumple 20 años de homenaje al oficio minero-eléctrico
La Comarca y los voluntarios del museo carbonero son ahora los guardianes de la memoria de una épocaEl MWINAS de Andorra acoge la exposición fotográfica ‘Hombres y mujeres de la mina’
La Diputación de Teruel potenciará el patrimonio minero de la provincia como recurso turístico
El Museo Minero de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos (MWINAS), ubicado en el Pozo de San Juan de Andorra, cumplirá este año dos décadas de historia. Fue el 28 de mayo de 2005 cuando las inquietudes de conservación del patrimonio carbonero de la zona, que coincidieron en el tiempo con el cierre de la penúltima galería subterránea del territorio, propiciaron unas jornadas sobre el oficio del minero. En ellas se organizó una completa exposición temporal de elementos relacionados que acabaron siendo el germen del proyecto guardián de los vestigios minero-eléctricos de la comarca que hoy atrae miles de visitantes cada año.
Dichas jornadas partieron por iniciativa del exminero Ángel García Cañada y estuvieron apoyadas por el Centro de Estudios Locales de Andorra (Celan) y la joven Comarca Andorra-Sierra de Arcos. Se homenajeó a los mineros en un momento en que la profesión estaba desapareciendo sin remisión tras los primeros planes de reconversión. En 2005 se cerró la última mina subterránea de Alloza y quedó solamente Sierra de Arcos en Ariño, propiedad de Samca, que paró en 2016.
El evento contó con el respaldo de las empresas Endesa y Samca, los sindicatos UGT y CCOO, el IES Pablo Serrano y el grupo Leader Adibama. Fue el punto de partida de los trabajos de recuperación de piezas, herramientas, máquinas” y “fotografías”, así como el montaje de una exposición en el Pozo de San Juan pensada para ser temporal. También para la recuperación y restauración de grandes máquinas utilizadas en las explotaciones mineras, los trabajos de limpieza y ajardinamiento de los alrededores del pozo y la mejora de los accesos al mismo”, explica la página web del MWINAS (museomineroandorra.com).
En definitiva, debido al éxito obtenido en aquellas jornadas, que duraron 15 días, las instituciones tomaron conciencia de la importancia de preservar y conservar el patrimonio minero.
La mayoría de los elementos expuestos hoy fueron donados en aquel momento principalmente por Endesa, y en menor medida por otras empresas mineras y por coleccionistas particulares. Y puestos a punto por un grupo de mineros prejubilados que todavía colaboran en labores de mantenimiento, incorporación de nuevas piezas y mejoras en las exposiciones porque el fondo patrimonial incrementa día a día, máxime tras el desmantelamiento de la central térmica.
Un espacio en evolución
Hoy, el museo brinda al visitante un espacio único, vivo y en constante evolución cuyo eje vertebrador es la minería. Un viejo almacén se ha convertido en un centro expositivo con una rica colección de fotografías, planos, maquetas, útiles y herramientas mineras que ayudan a comprender mejor el duro y desconocido oficio del minero. También se reproducen espacios de su vida cotidiana: el economato, la enfermería, la oficina o la lampistería.
En el exterior destaca una exposición al aire libre de grandes máquinas, mudos testigos del duro trabajo en túneles y galerías. Éstas se sitúan al pie de el castillete de extracción minera, emblema físico y sentimental del MWINAS. Una esbelta estructura de hierro de 44 metros de altura, desde la que se divisa una espectacular vista de la villa minera y de la Val de Ariño.
También es visitable el edificio de máquinas donde se cobija la máquina de extracción Robey, que en 2005 fue devuelta a su lugar después de permanecer en la Oportuna desde 1965.
Además de todos estos elementos procedentes de la minería, la exposición se completa con un apartado dedicado a la electricidad y con importantes elementos procedentes de la desaparecida central térmica que ayudan a preservar su memoria y entender su funcionamiento.
“Todas estas piezas ya por sí solas resultan formidables por sus grandes dimensiones y despiertan el interés y la curiosidad, pero además ayudan a explicar de una manera sencilla el funcionamiento de una central termoeléctrica”, explicó la técnica de Cultura y Turismo comarcal, María Ángeles Tomás, gran defensora del MWINAS. Con ellas “se cierra el discurso expositivo del museo, en el que ahora los visitantes pueden conocer y comprender el recorrido del mineral desde la profundidad de la tierra hasta su transformación en la luz que ilumina nuestros hogares y pueblos”.
También se ha depositado en el recinto museístico, gracias a la persistencia de los voluntarios, un fragmento de la chimenea. Fue seccionado en las labores preparatorias para la demolición, el 16 de febrero de 2023.
Todo ello, sin olvidar la línea de ferrocarril minero Andorra-Escatrón, que tan importante fue para la zona a mediados del siglo pasado. Llevaba a orillas del Ebro el carbón producido en Teruel mucho antes de que en 1979 se inaugurara la térmica de Andorra. Hoy se puede dar una vuelta alrededor de las instalaciones del museo montado sobre una reproducción a escala de la locomotora Baldwin, una de las más antiguas de la línea. Y como joya ferroviaria también se expone la Samper, la última locomotora a vapor construida en España (1957) que dejó de operar en agosto de 1984.
El MWINAS propone también visitas al espacio de interpretación Restauración Ecológica de Zonas Mineras. Se localiza en la Val de Ariño, entre Andorra y Alloza, y comprende el humedal Corta Alloza y Corta Barrabasa.
Los voluntarios
Desde los inicios del museo ha sido fundamental la colaboración de los voluntarios del Pozo de San Juan, un grupo de exmineros que han recuperado buena parte de las máquinas y objetos que se muestran en el museo. A día de hoy siguen colaborando y, en las jornadas de puertas abiertas que tienen lugar por Santa Bárbara, acompañan con sus relatos en primera persona.
Uno de ellos es Bartolo Aglio, quien relató que antes eran 20 colaboradores y ahora tan solo tres –le acompañan Ignacio García y Luis Ángel Lasala–. “Algunos han fallecido, otros están mayores o enfermos, y otros se han cansado”, dijo el veterano, que a finales de este año será uno de los mineros homenajeados por edad. “Al principio hacia falta mucha gente y hubo que traer mucha maquinaria. Fuimos trayendo la Robey, el ventilador, el tajo alemán y otros. Ahora hacemos mantenimiento, y siempre estamos pidiendo más material a las empresas” dijo con el orgullo de haber contribuido a lograr todo un “museo minero-eléctrico”.
La celebración del aniversario será en octubre
La semana que viene, Bartolo Aglio y los demás voluntarios que quedan en el Pozo de San Juan se reunirán con la presidenta de la comarca, Naiara Loras, y la técnica de Cultura y Turismo, María Ángeles Tomás, para plantear los actos de celebración del 20 aniversario del MWINAS.
Tomás avanzó que los actos más importantes se dejarán para octubre, cuando está previsto que concluyan la obras de los 42 kilómetros de Caminos Mineros que la comarca va a acondicionar este año para recorrer, a pie y en bicicleta, su legado patrimonial industrial más identitario. El proyecto, financiado por el Instituto para la Transición Justa con 500.000 euros, se divide en varios itinerarios: el Ferrocarril Minero Andorra-Escatrón, 7,5 kilómetros en Andorra; Sierra de Arcos, 20 kilómetros entre Andorra, Alloza y Ariño; Corta Alloza, 1,5 kilómetros en Alloza; Corta Gargallo, 4,5 kilómetros en Gargallo; y Corta Gargallo Oeste, 8,5 kilómetros en Estercuel.
Durante la inauguración, que tendrá el museo minero como epicentro, acompañarán a la comarca los seis socios restantes de la Federación Europea de Caminos Mineros, que presentará en 2026 el proyecto Mines.B al Consejo de Europa para intentar obtener en 2027 el reconocimiento como Itinerario Cultural Europeo de las rutas sostenibles y desestacionalizadas a pie, en bicicleta o a caballo por el patrimonio industrial de seis países.
Habrá una exposición sobre los 20 años que cumple el museo con fotografías del proceso, así como las principales piezas que se ha logrado reunir.
El camión de bomberos de la térmica se une a la exposición
El año comienza en el MWINAS con la incorporación de una nueva pieza, el camión de bomberos que sirvió en la central térmica desde sus primeros años hasta el mes pasado. Un Pegaso de los años 80 en plena forma que se estrenará el 22 de febrero, cuando arranque la temporada 2025 del museo.
Los encargados de traerlo han sido los voluntarios del Pozo San Juan, que llevan meses de gestiones con Endesa para su cesión. “Lo trajimos con un góndola y ahora lo vamos a limpiar y acondicionar para cuando lleguen los colegios. Funciona la sirena, tiene agua y, con esto y el tren le daremos un poco de movida al museo, y si algún día podemos hacer una simulación de fuego pues la haremos”, dijo el voluntario Bartolo Aglio.
“Según la documentación, la primera ITV la pasó el camión en el año 1990, por lo que es anterior”, dijo Aglio. “Tiene un cañón de agua con cuatro posiciones de manguera y se utilizaba para apagar fuegos que se producían en la central. También queremos reconocer, según nos han explicado, que ha salido cuatro o cinco veces al pueblo cuando ha habido que ayudar”, añadió el colaborador del MWINAS.
El camión ha prestado servicio a la central hasta el final, su desmantelamiento. “Últimamente lo empleaban para regar el polvo”, indicó Aglio.
Quedará al lado de la máquina Samper para que se vea bien. El objetivo es que a los niños les llame la atención, suban y toquen la sirena. Los voluntarios no descartan hacerle una cochera, puesto que siempre ha dormido a cubierto y no quieren que se dañe.
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