El Inaga autoriza el sondeo subterráneo desde el manantial de Los Fontanales

El Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) ha dado luz verde al sondeo de prueba en el manantial de Los Fontanales, situado en la cola del embalse de Calanda, en el término municipal de La Ginebrosa. Este ensayo, solicitado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) como medida de emergencia ante la sequía que afecta a la cuenca del Guadalope, pretende determinar si es posible extraer agua subterránea del manantial para derivarla al embalse de Calanda sin dañar el ecosistema del río.

La actuación será desarrollada por la Oficina de Planificación del organismo de cuenca, que en los próximos 15 días desarrollará las medidas para empezar las pruebas, cuyo resultado exitoso no está garantizado, tal y como recordaron desde el organismo de cuenca.

La extracción se llevará a cabo desde el pozo que perforó Endesa en el año 2007 y que tiene más de 400 metros de profundidad. Es el mayor de los tres que se construyeron en aquel momento con el mismo fin que ahora: extraer agua subterránea por la falta de reservas suficientes en el embalse de Calanda, en aquel momento necesarias para la refrigeración de la Central Térmica de Andorra.

El pozo, según fuentes de la CHE, es el que más se adaptaba a la bomba que ha solicitado el organismo de cuenca para efectuar la extracción, que podría comenzar a principios de agosto, según la cronograma que se baraja. Por tanto, en los próximos 15 o 20 días se planificarán las actuaciones antes de proceder a las pruebas, que se llevarán a cabo con un máximo de 250 litros de caudal por segundo durante 21 días consecutivos (504 horas). Durante este tiempo se tendrá especial cuidado en que no se produzcan afecciones importantes en el acuífero ni sobre el propio río, es decir, que la detracción de agua del manantial no provoque una disminución del caudal circulante por el cauce, ya que, en ese caso, no tendría sentido la extracción. En este sentido, la medida se adopta durante el periodo seco del verano, esto es, de falta de recurso hídrico, puesto que es cuando se puede comprobar la afección sobre río y acuífero.

La propuesta presentada por la CHE señala que en primer lugar y tras el acondicionamiento de los accesos y la limpieza de una zanja de 200 metros que servirá para la evacuación del agua bombeada hasta el barranco más próximo (así se evitará que el agua vuelva a infiltrarse en el acuífero), se llevará a cabo el acondicionamiento del pozo A través de un camión-grúa se instalará la bomba con la que se extraería el caudal, además del resto de aparatos que serán necesarios para efectuar la prueba.

Asimismo, la medida requiere de un acondicionamiento del cauce con el fin de contar con un flujo laminar en el río.

El organismo de cuenca llevará a cabo controles hidrométricos de los niveles piezométricos del sondeo, en el manantial y en el cauce con el fin de que, si se producen afecciones en el medio, se tendría que suspender la extracción. Además, propone introducir algunas medidas preventivas y correctoras.

Viabilidad y continuidad

En el caso de que no se detecte ningún tipo de afección en los 21 días que durará la extracción, la Confederación valorará la viabilidad técnica de la extracción y su continuidad para continuar extrayendo agua.

El Inaga ha autorizado la extracción con algunos condicionantes, ya que no se compromete, señala el organismo ambiental, la Red Natura 2000. Minimización de la superficie de afección durante las pruebas, gestión de residuos producidos, desbroce del entorno en los puntos de control y aforo mediante herramientas mecánicas manuales e introducción de medidas preventivas contra los incendios, entre otras, son algunas de las consideraciones que figuran en el informe del organismo autonómico y que deberán tenerse en cuenta.