El Estado ha presupuestado casi 25 millones para la A-68 desde 2006 y ejecutado solo 8

La historia de la autovía A-68 ejemplifica como pocas las miserias de la política e ilustra el trato marginal que reciben territorios con poca población como la provincia de Teruel. Los rifirrafes políticos de las últimas semanas corroboran además la falta de coherencia, tanto de quienes gobiernan como de quienes hacen oposición, aparte de explicar con claridad a qué se debe la desafección política que siente la ciudadanía. Nada justifica que esta infraestructura siga sin construirse y que todavía se pretenda dilatar más en el tiempo. El Estado ha presupuestado hasta ahora para la A-68 casi 25 millones de euros desde el año 2006 y ha ejecutado solo 8. Además, la falta de actuación ha hecho que el precio de su construcción se haya incrementado, como mínimo, un 30%.

En 2025 se cumplirán dos décadas desde que esta autovía se incorporase a la planificación de las infraestructuras estatales para vertebrar no solo el Bajo Aragón sino el conjunto del Estado. Era una de las demandas que los agentes económicos y sociales de la provincia llevaron a la Moncloa con el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, pero que asumía también el principal partido de la oposición, el PP, además del resto de fuerzas políticas.

Dos décadas después sigue sin hacerse, pese a que no ha dejado de incluirse en los Presupuestos Generales del Estado, y no presentar tampoco ningún problema medioambiental a diferencia de lo que se argumenta con la A-40 o la A-25.

La A-68 fue incluida como una de las actuaciones principales del Plan de Actuación Específico para Teruel, aprobado por el Gobierno central el 28 de octubre de 2005. Poco más de un mes después, la vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, viajó a Teruel para informar de este plan y aseguró, el 5 de diciembre, que la autovía Zaragoza-Alcañiz sería una realidad para el año 2010.

A pesar de que una infraestructura de este tipo lleva como mínimo diez años en hacerse desde que se anuncia, por todos los procesos que tiene que superar, la vicepresidenta dijo que se iban a acortar todos los plazos.

En el articulado del plan se indicaba que el estudio informativo entre Fuentes de Ebro y Valdealgorfa se iniciaría al año siguiente, así como el estudio de viabilidad para convertir el recorrido entre Alcañiz y el Mediterráneo también en autovía. Su coste entonces se estimó en 350 millones de euros, de los que 150,9 correspondían a la provincia de Teruel.

Según la resolución ministerial por la que se aprobó el Estudio Informativo de la A-68 entre Fuentes de Ebro y Valdealgorfa, en diciembre de 2018, el presupuesto base de licitación de la alternativa elegida, de 88,5 kilómetros, ascendía a 454.779.059,66 euros, sin incluir el IVA. Eso supone un coste un 30% superior de cuando se planificó inicialmente, si bien desde entonces han pasado seis años, con lo cual todavía se habrá incrementado más el precio. De hecho, en los últimos Presupuestos Generales del Estado aprobados, los de 2023, el coste total de construcción estimado solo para los tres tramos con proyectos terminados ascendía a 306,6 millones de euros.

Los sucesivos gobiernos del PSOE y del PP no han dejado de consignar partidas en los Presupuestos Generales del Estado para esta infraestructura, aunque irrisorias porque en las fases iniciales la única inversión que se hace es el coste de los estudios informativos y de los proyectos constructivos.

Aun así ha programado dinero suficiente para que pudieran estar hechos los seis proyectos constructivos y no solo tres, y de hecho en el último plurianual se contemplaba dinero para que las obras pudieran iniciarse. Desde 2006 se han presupuestado 24.533.160 de euros, de los cuales se han ejecutado los correspondientes a los costes del Estudio Informativo, de 1,5 millones, (según la cifra que figura en la adjudicación publicada en el BOE), así como los proyectos constructivos de los tramos El Regallo-Alcañiz (2,3 millones), Quinto-Fuentes de Ebro (1,5), y Alcañiz-Valdealgorfa (2,5).

Proyectos terminados

Según Teruel Existe, que incluyó esta infraestructura en el acuerdo de investidura con el PSOE cuando accedió a las Cortes Generales como agrupación de electores, estos proyectos están terminados, respectivamente, en las siguientes fechas: abril de 2024, julio de 2023, y diciembre de 2023.

Las mayores partidas recogidas en los PGE se metieron hasta 2010, con asignaciones anuales de hasta 2 millones, para decaer a partir de la gran recesión económica y alcanzar su mínimo en 2013, cuando se presupuestaron solo 10.000 euros. A partir de 2016 volvieron a incrementarse las partidas, con el paréntesis de 2021, y en 2022 y 2023 se incrementaron hasta llegar a los 3,4 millones, que hacían aventurar el inicio por fin de las obras, sin que de momento eso se haya materializado.

La programación plurianual indica que las obras deberían estar desde 2019

Los Presupuestos Generales del Estado incluyen un apartado con la consignación de la partida de cada proyecto para la ley de ese año y después una programación plurianual. Del análisis de los documentos que son públicos en el portal del Ministerio de Hacienda se deduce que las obras de construcción podrían haber estado ya en marcha desde el año 2019. Así figura en las cuentas de 2017, aprobadas por el PP, que recogía 12 millones para estas obras en 2019 y 40 millones en 2020. En los presupuestos de 2018, que también fueron del PP aunque los aprobó el PSOE tras la moción de censura a Mariano Rajoy, figura la misma previsión plurianual y se añaden 60 millones para el año 2021.

En 2019 y 2020 se prorrogaron esos presupuestos y ya en los de 2021, con el Gobierno de Pedro Sánchez, se reduce la proyección atendiendo a la realidad de que todavía no estaban hechos los proyectos constructivos y se centra la inversión en los tres que ya tienen, y a partir de 2023 en los otros.

En los PGE de 2023 se contemplaron otra vez proyecciones plurianuales con obras en los seis tramos, con una cuantía de 12,2 millones para ejecutar en 2026.