El enigma de los ‘escape rooms’: un gran impulso para el turismo del Bajo Aragón y Matarraña

¿Serás capaz de salvar a la humanidad antes de que sea demasiado tarde? ¿Podrás superar todos los obstáculos para quedarte con esa herencia? Estas preguntas marcan el inicio de un desafío que va mucho más allá de un simple juego y del ocio. En algunas zonas como el Bajo Aragón y Matarraña es una apuesta por el turismo y el desarrollo local. Aunque estos negocios tienen aspectos “muy positivos”, sus gerentes también se encuentran con algunos retos, como tener que darle un giro a sus historias para volver a ser atractivos y que los clientes regresen con nuevas expectativas.

El fenómeno de los escape rooms ha encontrado un lugar destacado en esta zona, transformándose en una experiencia que no solo se dedica a entretener, sino que también conecta a visitantes con la cultura y los paisajes locales. Con temáticas variadas, desde enigmas históricos hasta tramas detectivescas, los escape rooms del Bajo Aragón son un ejemplo de cómo una actividad lúdica puede convertirse en un motor económico para la localidad en la que se encuentran.

Turismo en clave de misterio

En Alcañiz, Francisco Maried, gerente de Escapa Teruel ha transformado los escape rooms en una herramienta de dinamización turística. Su propuesta estrella, El Tesoro Calatravo lleva a los participantes al siglo XIII, en un decorado inspirado en el castillo local. Además, también cuenta con otra sala llamada La Herencia, donde los participantes podrán hacerse con el dinero de una persona fallecida muy pudiente. Por su parte, Maried explicó el auge que tienen este tipo de actividades en fechas como Navidad y fin de año, destacándolo como “temporada alta”, pero también sus dificultades. “Aunque el turismo no es fácil de captar, hemos recibido visitantes de toda España, desde Comunidad Valenciana, hasta Cataluña, e incluso del extranjero, incluidos equipos internacionales de motos”, comentó Maried. Estas actividades son ideales para grupos variados, desde familias hasta compañeros de trabajo, con capacidad para organizar hasta 14 sesiones diarias.
 

Además, Escapa Teruel también se dedica a ofrecer una experiencia portátil, llevando sus juegos a localidades rurales de Aragón y Guadalajara. “El verano también es buena fecha, ya que desde muchas localidades rurales requieren de nuestros servicios y acudimos con nuestras actividades, que tienen un público muy variado”, explicó el gerente. Maried destacó el potencial de estos lugares para repercutir de manera positiva a otros entornos de Alcañiz, como la hostelería y comercio local. “Siempre que viene un grupo a jugar preguntan qué pueden ver por la zona, incluso dónde comer cerca de aquí. Esto nos alegra mucho, ya que supone un extra para la ciudad”, comentó.
 

Al igual que Maried, Ana Pedro, de Mas Escape en Mas de las Matas, ha logrado conectar las historias locales con las experiencias de escape. Algunas de sus temáticas como El molino harinero, basado en este emblema de la localidad o Desafío al Comendador, una de las figuras históricas representativas para los masinos, buscan transmitir valores a un público constante en el Bajo Aragón. “Es complicado que la gente del pueblo repita la experiencia, ya que este tipo de pruebas las acabas conociendo cuando participas una vez. Sin embargo es un atractivo turístico, sobre todo en épocas como Semana Santa donde nuestro territorio está tan concurrido”, explicó la gerente de Mas Escape. Además, también mencionó que aunque todavía dispone de algún hueco libre para estos días antes de final de año, hay otros que tiene, al menos, a dos grupos por día.
 

Olga Garín, de Mortal Room, se ha reinventado adaptando sus escape rooms a las demandas específicas de cada cliente. Aunque ya no cuenta con un espacio físico fijo en Alcorisa, su enfoque personalizado le permite diseñar juegos únicos para eventos como cumpleaños, despedidas o talleres escolares. Garín enfatizó la importancia de mantener “fresca la oferta”, creando nuevas historias y pruebas para atraer a un público recurrente. “Esto incentiva el turismo en localidades como Alcorisa, donde estas actividades complementan la oferta cultural y de ocio”, explicó Garín. Además, también organiza talleres infantiles y eventos temáticos en fechas clave como puede ser Halloween o en este caso, la Navidad, donde el juego y la creatividad tienen un gran papel clave.
 

En el caso del Matarraña, sus salas de escape tampoco han quedado atrás. Carlos Cervera, gerente de Matarraña Aventura, explicó que los escape rooms han cobrado más protagonismo en su negocio, sobre todo durante estas fechas de invierno, donde otras actividades como las bicis quedan en segundo plano. En su caso, se gestionan dos salas temáticas: Estrella del Sur, un reto para grandes grupos con una trama sobre un robo de diamantes, y La guarida del Dr. Raymond, una experiencia más intensa con sustos y un nivel de dificultad elevado. Al igual que el resto de los gerentes, Cervera destacó la importancia de atraer nuevos visitantes que todavía no hayan vivido la experiencia.

Un desafío constante

Todos coinciden en que el principal reto de los escape rooms es su carácter efímero: una vez que alguien juega, no puede repetir la experiencia. Esto obliga a los empresarios a actualizar las temáticas con regularidad, lo que implica inversión y creatividad. Sin embargo, esta reinvención constante también es lo que mantiene viva la emoción de los jugadores y asegura que las salas sigan siendo un “atractivo para el turismo”.

En un contexto en el que el turismo rural busca diversificar su oferta, los escape rooms del Bajo Aragón no solo se posicionan como una alternativa innovadora, sino también como una herramienta para dinamizar la historia de la zona y aprender de su cultura. A pesar de las dificultades, sus impulsores continúan apostando por la imaginación como aliada.