El bombeo de los Fontanales y la falta de médicos protagonizan la Mochiganga

El bombeo de agua desde el acuífero de los Fontanales al pantano de Calanda como experimento para resolver futuras campañas de riego marcadas por las sequías y los problemas para encontrar médicos en el área de salud de Mas de las Matas protagonizaron ayer la tradicional Mochiganga que, junto a la hoguera, la llega, la manda, la misa y la procesión volvieron a dar color a la tradicional fiesta de San Antonio de la localidad bajoaragonesa.

Como cada sábado de fiesta de invierno, a la una del mediodía, centenares de masinos y allegados se reunieron en la plaza de la Iglesia para escuchar los 10 minutos de versos que, a modo de repaso satírico de lo más destacado durante el año, volvió a recitar Luis Borrás.

Desde un carro de tractor dotado con micrófono y tres altavoces, pasó revista a los chascarrillos que surgen de la actividad cotidiana de asociaciones, instituciones, particulares o sectores económicos, analizando incluso de forma jocosa la situación social y política.

“Se bombeó agua del pozo/la zona los Fontanales/para parar la sequía/secamos los manantiales”, dijo para referirse a la prueba de 18 días que el pasado agosto hizo la Confederación Hidrográfica del Ebro para incorporar al embalse de Calanda 0,39 hectómetros cúbicos de agua, demostrando que hay reservas para garantizar el riego de los melocotoneros aguas abajo cuando vengan mal dadas. Algo que no ha terminado de gustar a Borrás. “Me pareció bastante fuerte que teniendo sequía quisieran secar el manantial que pasa por el pantano, y eso lo tengo que meter en la Mochiganga”, argumentó.

“Área de salud del Mas/estaba escasa de gente (médicos)/ nos juntamos a protestar/y así nos cambió la suerte”, recitó en referencia a los problemas que ha habido entre septiembre y enero para dotar las tres plazas de médico de familia que quedaron vacantes tras los llamamientos de facultativos de Atención Primaria de finales de verano.

También salieron a relucir las zanahorias amarillas y moradas por las que apuestan los agricultores para diferenciarse: “Se juntó la directiva/e hicieron brainstorming (tormenta de ideas)/innovar en la hortaliza/y preparar un showcooking”.
 

Diez años de versos

Son algunos ejemplos de las decenas de estrofas que salieron de boca de Borrás, que fue felicitado por los vecinos tras su actuación. “Creo que es el décimo año y han pasado volando. Cada día parece que va mejor, y este año he estado muy tranquilo”, indicó. Entre las chanzas de cuadrillas, “hay un grupo de mujeres que juega a una aplicación de móvil que no sé ni lo que es, pero que parece que cuidan a un perro con un tamagochi”, indicó.

Otros le piden salir abiertamente, como un amigo recién jubilado al que “su mujer no le deja parar en casa”. Tampoco podía faltar la ayuda a Valencia por la dana, con furgonetas cargadas de alimentos y maquinaria fletadas por el ayuntamiento, o la cooperación entre agricultores con la misma intención.

Para finalizar, Borrás siempre alza la voz al cielo para acordarse de los que ya no están. “Es un final que salió hace años que me gusta porque tiene sentimiento. Mientras la haga yo, los últimos versos los haré así”, anticipó.

“La Mochiganga es uno de los actos más representativos de las fiestas de San Antonio para todos los masinos. Estamos encantados un año más de tener esta participación”, dijo la alcaldesa, María Ariño, quien puso en valor el buen tiempo que ha reinado.

La regidora se refirió a dos temas de la Mochiganga de este año, los médicos y el agua. “Las protestas sirven para algo y nos han dicho que el día 21 se incorpora una médico en Aguaviva, por lo tanto ya tendremos la plantilla completa. Si nos vuelven a fallar, pues tendremos que hacer otra manifestación”, advirtió. Sobre el agua, “es un recurso endógeno que tenemos Mas de las Matas y que estamos intentando potenciar, además del tema de los manantiales que fue una noticia a nivel provincial y de Aragón bastante llamativa”.
 

La fiesta más tradicional

El concejal delegado de Festejos, Alberto Librado, hizo hincapié en potenciar la llega, o recogida de productos que ayer se subastaron en la manda. En las fiestas de 2024 se recuperó la recogida por las casas de la localidad, aprovechando la diana con los dulzaineros, de los productos para la llega. Desde lo recogido en la huerta, pasando por el resultado del matacerdo a unas pastas, tartas o bizcochos recién horneados, los vecinos de la localidad participan donando algo para subastar en el bar La Cope.

“Esta fiesta se financiaba a través de las aportaciones de los vecinos. Unos chocolateros pueden llegar a 150 euros fácilmente. Las cuadrillas juntan dinero para merendar porque es una fiesta que es pura tradición”, indicó Librado, quien por otra parte aseguró que “salir en la Mochiganga es algo muy importante” y valoró la elevada participación en la hoguera del viernes, en cuyas brasas se asaron por libre todo tipo de viandas al son de las dulzainas y los tambores.

El tardeo del sábado estuvo animado por el dúo Festa y por la noche pinchó el DJ local César Mampel y hubo una sesión remember de música de los 90 a cargo del DJ Lavak.

El programa de actos incluye las también tradicionales vaquillas con la actuación de la charanga Picha Palo y el reparto durante el intermedio de bocadillos de anchoa, el viernes; el partido de fútbol sala entre el equipo local y el AFS, el sábado; o una tarde de hinchables y juegos para los más pequeños, el domingo.

En definitiva, estos son, para todos los masinos, días para reforzar su identidad con la celebración de actividades que forman parte de su historia. Los festejos en honor a San Antonio están organizados por el ayuntamiento, la cooperativa y la comisión de fiestas.