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Todo vuelve Todo vuelve

Todo vuelve

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Raquel Fuertes

Parecía que los movimientos de “mujeres reales” (como si algunas no lo fuéramos...) habían triunfado y la estética casi imposible (casi, que algunas hay y en su derecho están) del 80-50-80 (permítanme la exageración) había pasado al olvido de las modas y cánones.

Pero no. Vuelven los “ángeles” para desfilar en ropa interior que realmente no necesitan (casi no hay nada ahí arriba) y mostrar que las barrigas planas y los traseros mini, pero sutilmente moldeados y libres de celulitis sí son posibles. Y elegante. Y bellos.

Ojo, que no digo que no. Pero esos prototipos físicos tan exigentes solo están al alcance de unas pocas y se convierten en la frustración y los complejos de otras muchas que, sin duda, también son bellas.

¿Por qué, justo ahora, cuando nos hemos convertido ya en seres soportadores de sucesivas crisis elevamos de nuevo el ideal de belleza hasta metas casi inaccesibles? ¿Por qué trasladamos a lo físico lo inalcanzable en lugar de reivindicar y afirmar la aceptación y la autoestima?

Los cánones de belleza de cada momento nos indican mucho de la sociedad en la que vivimos, No es asunto baladí y les aseguro que en nada frívolo o superficial. Aspiramos a aquello que nos resulta más difícil conseguir. Y cuando no había mucho que comer estar “un poco llenita” era símbolo de belleza y estatus mientras que en las épocas donde la comida (todavía) no es problema el poderse cuidar y demostrar que uno (perdón, una, que aquí mantenemos la brecha de género) puede permitirse comer sano y hacer deporte al tiempo que tiene un metabolismo envidiable es lo que marca esa “idoneidad”.

¿Qué pasa? ¿No hay belleza fuera de lo que establecen esas modas que, además, por definición son pasajeras? Por supuesto. Cada persona es bella a su manera. Y así ha de entenderlo para quererse y ser feliz.

Sin embargo, somos un lobo para nosotros mismos y tendemos a herirnos y buscar imposibles para ponernos las cosas, aún, más difíciles. Como si el entorno no fuese suficientemente hostil. Así que sí, me preocupo cuando veo que los referentes de cuerpos de mujer vuelven (si es que alguna vez se fueron del todo) a ser esos retos casi imposibles que abocarán a muchas a innecesarias frustraciones y a otras al abismo de los desórdenes alimentarios. Sinceramente, no es preciso.

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