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Los familiares de adictos contarán con un servicio de orientación y atención Los familiares de adictos contarán con un servicio de orientación y atención
De izquierda a derecha, Javier Ibáñez, Eva Fortea y Jesús Sánchez en la presentación del Servicio de Orientación y Atención a familiares de adictos

Los familiares de adictos contarán con un servicio de orientación y atención

Teruel inicia el apoyo psicológico, que ya funciona en Zaragoza y Huesca
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La Dirección General de Familia, Infancia y Natalidad, la Fundación Centro Solidaridad Zaragoza (Proyecto Hombre) y Psicara Teruel ponen en funcionamiento el Servicio de Orientación y Atención Psicológica a familiares de personas con adicciones o conductas de riesgo con el objetivo de dar un servicio de acompañamiento al entorno de menores y jóvenes. El convenio contará con una aportación de 85.000 euros, para promocionar la asistencia cercana, integral y gratuita para las familias que conviven con jóvenes que presentan este tipo de conductas. Este acuerdo tiene previsto dar servicio en Teruel a unas 300 familias.

Para el desarrollo de esta acción, estos tres actores, han firmado un convenio de colaboración para trabajar conjuntamente y dinamizar esta labor, apoyándose en la experiencia de la Fundación Centro Solidaridad Zaragoza, que lleva más de 40 años atendiendo a personas que han caído en la dependencia de sustancias o comportamientos de riesgo; la labor que realiza Psicara Teruel y su experiencia en atención psicológica; y la aportación que realiza el Gobierno de Aragón en esta materia (que alcanza para todo Aragón un total de 2,8 millones de euros), para la Atención a Trastornos de Adicciones en Unidades Especializadas.

“Este servicio viene a cubrir una necesidad. Es un programa que va dirigido a cualquier familia que tenga un miembro con adicción y el objetivo principal es ayudarles”, informó Javier Ibáñez, psicólogo de Psicara en Teruel.

Como elementos importantes para un mejor entendimiento con las familias está “el encontrar un apoyo mutuo y compartido, trabajando herramientas que puedan ser importantes para la dinámica familiar, como gestión de emociones y establecimiento de límites”, agregó Ibáñez.

Desde el Centro Psicara y bajo el lema No estás solo o sola, estamos aquí para ayudarte, quieren tener el convencimiento de que su aportación es con “la idea de sumar proyectos y poder ofrecer este recurso que es tan importante”, expuso el psicólogo.

El acuerdo firmado en Teruel es de continuidad, pues ya está funcionando en Huesca, con apoyo a unas 200 familias y en Zaragoza a 700. El convenio se firmó el pasado 4 de julio con estas entidades y fruto del éxito que ya ha tenido en las otras capitales aragonesas.

Hasta ahora este servicio era prestado en Teruel por otras entidades, como Cruz Roja y la UASA que finalizó su apoyo en marzo pasado.

Características

El servicio pretende orientar, potenciar los recursos y habilidades de los familias y mejorar la convivencia mediante los tres ejes fundamentales en los que se basa el servicio: atención individual a las familias; talleres preventivos y psicoeducativos para familias y jóvenes; y trabajo con grupos de familias para desarrollar dinámicas colectivas.

En la presentación del servicio, la directora general de Familia, Infancia y Natalidad, Eva Fortea, señaló: “Somos conscientes de la profunda preocupación que supone para los padres el comportamiento de sus hijos con respecto al uso y abuso de sustancias y adicciones”. Por eso no quiso esquivar “la responsabilidad que, como gobernantes, tenemos”, matizó Fortea.

Atención y seguimiento

“El trabajo en el ámbito de las adicciones, el elemento familia es esencial”, detalló Jesús Sánchez, director-gerente de la Fundación Centro Solidaridad Zaragoza-Proyecto Hombre.

La apuesta viene de lejos, pues en los años 80 y 90 del siglo pasado se extendió “el abuso y consumo de todo”, explicó Sánchez, entre ese “todo” también estaban las adicciones, “principalmente cocaína”, matizó.

Actualmente, las adicciones vienen también por el abuso de los videojuegos, que ya se considera adicción y se proponen tratamientos para dicho asunto. Esto también se ha extendido al uso masivo de las pantallas y las redes sociales, que ya tienen la denominación de uso inadecuado, pero que todavía no se contempla como adicción.

Pero, además, otra de las preocupaciones sobre las adicciones está en que el inicio en el consumo de alcohol está ya por debajo de los 14 años y eso es “un drama”, dijo Sánchez, ya que son sustancia adictivas desencadenantes de brotes psicóticos u otras patologías que provocan la desestabilización de la persona, pues son sustancias psicoestimulantes.

El peligro de futuro es el individualismo que generan el uso de pantallas en adolescentes, ya que llegan a estar diez horas al día o más y esto genera adicción a las pantallas. Debido es todo esto, Sánchez cree que “cuanto más tarde tengan experiencias con sustancias mucho mejor, pues crean adicciones”.

Todas estas comprobaciones llevan a pensar que “es fundamental la intervención con la familia, ya que cuando la familia está implicada en el proceso psicoterapéutico, el éxito aumenta de manera considerable el tratamiento”, expuso el director-gerente de Fundación Centro Solidaridad.

La garantía del trabajo está fijada en la colaboración de profesionales contrastados que “lo van a desarrollar de una manera fantástica y la coordinación inicial con la UASA (Unidad de Atención y Seguimiento de Adicciones”, finalizó Sánchez.

Dependencia

La conciencia colectiva ha llevado a posicionarse sobre las adicciones, ya que son uno de los problemas que han creado mayor desasosiego en las familias. El alcohol siempre ha estado destrás de muchos conflictos de familia y ya es reconocido como uno de los desencadenantes más conflictivos. “El problema es cuando se vive en soledad’, apuntó Jesús Sánchez, director-gerente de la Fundación Centro Solidaridad-Proyecto Hombre de Zaragoza. Pero no es el único, ya que desde los años 80 se ha venido sufriendo un aumento de las adicciones y, hoy, la adicción más reciente son el ordenador y el móvil. “La mezcla de alcohol y cannabis, mezclado con las pantallas es la nueva realidad social”, por eso “hay que trabajar más con las familias que con los propios chavales en este tipo de conductas. Hay que desmontar ,mitos”, argumentó Sánchez.

No hay un síntoma definido para encuadrar si una persona, joven o adolescente es un adicto y de ahí la importancia de la atención y control por parte de la familia para detectar este comportamiento, ya que el individualismo y el encerramiento tiene detrás elementos de percepción adictiva.