Técnicos de Cereales Teruel controlan la nascencia del cereal en los campos de Visiedo. Cereales Teruel
Las organizaciones de Teruel piden un plan de contingencia agroalimentaria por la guerra de Ucrania
UAGA, ASAJA y UPA alertan de la dependencia de las importaciones de cereales, girasol y abonos complejos procedentes del país invadido por Rusia
Las organizaciones profesionales agrarias alertan de las graves repercusiones que la invasión rusa de Ucrania podría tener para el sector agrario turolense por los posibles desabastecimientos de cereales y fertilizantes, así como por el encarecimiento del gas y el petróleo. Por eso, solicitan a la Unión Europea (UE) y al Gobierno central la puesta en marcha de planes de contingencia o de choque para mitigarlas.
El secretario de Relaciones Internacionales de UPA, el turolense José Manuel Roche, afirmó que este conflicto bélico ha generado “una gran preocupación” entre agricultores y ganaderos, que temen una subida aún mayor de los costes de producción y que las importaciones de cereales y aceite de girasol desde Ucrania puedan verse comprometidas. En cuanto a las exportaciones de productos agroalimentarios al país ucraniano, indicó que no son significativas.
El presidente de ASAJA Teruel, José Manuel Cebollada, lamentó la incapacidad de la diplomacia internacional para evitar este conflicto armado y sus efectos para la economía, especialmente para el sector agrario español. “Nuestras importaciones de cereales y girasol, así como de medios de producción básicos como abonos y fertilizantes, se resentirán gravemente, lo que implicará un nuevo encarecimiento de los costes de producción para el sector”, argumentó.
El miembro de la comisión ejecutiva de UAGA por Teruel Marcos Garcés detalló que España produce una media de 18 a 19 millones de toneladas de cereales al año, pero consume 36. De esas importaciones, el 13% del trigo, el 15% de las leguminosas en grano, el 28% del maíz y hasta el 60% del girasol para la industria agroalimentaria proceden de Ucrania.
En opinión de Garcés, “es pronto para saber si el conflicto podría derivar en un desabastecimiento en los próximos meses pero, si todos los años miramos hacia Ucrania, mucho más ante una situación como esta.
Según UPA, España es el principal destino de las exportaciones de maíz ucraniano, que es clave en la alimentación animal, sobre todo en los sectores porcino y avícola. Por eso, Roche cree que debe articularse un plan para evitar un potencial desabastecimiento y frenar la escalada del precio de los piensos.
Según ASAJA, en 2018 las importaciones de maíz ucraniano alcanzaron los 2,8 millones de toneladas por un valor de 460 millones de euros.
El destino de estas importaciones es, fundamentalmente, la elaboración de piensos para la ganadería, “por lo que una falta de suministros derivaría en el encarecimiento de estas materias primas, algo que para los ganaderos sería fatal en estos momentos en los que se ven afectados también por la sequía”, según Cebollada.
En el mercado nocturno de Chicago, por ejemplo, la cotización del trigo y del maíz quedó suspendida este miércoles tras alcanzar ambos cereales su límite de subida.
Roche añadió que “los efectos de la invasión rusa de Ucrania son todavía impredecibles”, pero cree que la Comisión Europea debería haberse adelantado a esta coyuntura con la preparación de un plan de contingencia para mitigar los daños. La clave para UPA, añadió, es salvaguardar la soberanía alimentaria de Europa.
De igual manera, España depende de Rusia y Ucrania para la producción de fertilizantes complejos (nitrógeno, fósforo y potasio) y también podría haber una pérdida de suministro, aunque fuera temporal, señaló Garcés.
“La subida de los precios de los abonos complejos, así como del gas y del petróleo, podría incrementar los costes de producción del campo turolense y español, ya de por sí elevadísimos. Por ejemplo, el gasoil marca máximos históricos de 0,91 euros el litro”, advirtió el miembro de la Ejecutiva de UAGA.
“Esta crisis puede tener graves efectos directos e indirectos. La UE es muy dependiente energéticamente de Rusia, uno de los mayores productores de petróleo y de gas natural, lo que repercute directamente en la producción de abonos”, indicó el secretario de Relaciones Internacionales de UPA.
Tanto Marcos Garcés como José Manuel Roche recordaron los “terribles daños económicos” que supuso el veto ruso a las exportaciones agroalimentarias españolas tras el penúltimo episodio de este conflicto. “La contestación de Rusia a las previsibles sanciones que aplicará la UE puede ser dañino para el sector”, puntualizó Roche. “Siempre es posible encontrar nuevos mercados, pero no de un día para otro”, sentenció Garcés.
Por todo ello, Cebollada indicó que ASAJA ha solicitado al Gobierno de España que ponga en marca de forma urgente un plan de choque para que el sector agrario pueda hacer frente “a la comprometida situación en la que se encuentra por unos costes de producción nunca vistos y unos precios de venta en origen que no permiten que la actividad agraria resulte rentable para el productor”.
El secretario de Relaciones Internacionales de UPA, el turolense José Manuel Roche, afirmó que este conflicto bélico ha generado “una gran preocupación” entre agricultores y ganaderos, que temen una subida aún mayor de los costes de producción y que las importaciones de cereales y aceite de girasol desde Ucrania puedan verse comprometidas. En cuanto a las exportaciones de productos agroalimentarios al país ucraniano, indicó que no son significativas.
El presidente de ASAJA Teruel, José Manuel Cebollada, lamentó la incapacidad de la diplomacia internacional para evitar este conflicto armado y sus efectos para la economía, especialmente para el sector agrario español. “Nuestras importaciones de cereales y girasol, así como de medios de producción básicos como abonos y fertilizantes, se resentirán gravemente, lo que implicará un nuevo encarecimiento de los costes de producción para el sector”, argumentó.
El miembro de la comisión ejecutiva de UAGA por Teruel Marcos Garcés detalló que España produce una media de 18 a 19 millones de toneladas de cereales al año, pero consume 36. De esas importaciones, el 13% del trigo, el 15% de las leguminosas en grano, el 28% del maíz y hasta el 60% del girasol para la industria agroalimentaria proceden de Ucrania.
En opinión de Garcés, “es pronto para saber si el conflicto podría derivar en un desabastecimiento en los próximos meses pero, si todos los años miramos hacia Ucrania, mucho más ante una situación como esta.
Según UPA, España es el principal destino de las exportaciones de maíz ucraniano, que es clave en la alimentación animal, sobre todo en los sectores porcino y avícola. Por eso, Roche cree que debe articularse un plan para evitar un potencial desabastecimiento y frenar la escalada del precio de los piensos.
Según ASAJA, en 2018 las importaciones de maíz ucraniano alcanzaron los 2,8 millones de toneladas por un valor de 460 millones de euros.
El destino de estas importaciones es, fundamentalmente, la elaboración de piensos para la ganadería, “por lo que una falta de suministros derivaría en el encarecimiento de estas materias primas, algo que para los ganaderos sería fatal en estos momentos en los que se ven afectados también por la sequía”, según Cebollada.
En el mercado nocturno de Chicago, por ejemplo, la cotización del trigo y del maíz quedó suspendida este miércoles tras alcanzar ambos cereales su límite de subida.
Roche añadió que “los efectos de la invasión rusa de Ucrania son todavía impredecibles”, pero cree que la Comisión Europea debería haberse adelantado a esta coyuntura con la preparación de un plan de contingencia para mitigar los daños. La clave para UPA, añadió, es salvaguardar la soberanía alimentaria de Europa.
De igual manera, España depende de Rusia y Ucrania para la producción de fertilizantes complejos (nitrógeno, fósforo y potasio) y también podría haber una pérdida de suministro, aunque fuera temporal, señaló Garcés.
“La subida de los precios de los abonos complejos, así como del gas y del petróleo, podría incrementar los costes de producción del campo turolense y español, ya de por sí elevadísimos. Por ejemplo, el gasoil marca máximos históricos de 0,91 euros el litro”, advirtió el miembro de la Ejecutiva de UAGA.
“Esta crisis puede tener graves efectos directos e indirectos. La UE es muy dependiente energéticamente de Rusia, uno de los mayores productores de petróleo y de gas natural, lo que repercute directamente en la producción de abonos”, indicó el secretario de Relaciones Internacionales de UPA.
Tanto Marcos Garcés como José Manuel Roche recordaron los “terribles daños económicos” que supuso el veto ruso a las exportaciones agroalimentarias españolas tras el penúltimo episodio de este conflicto. “La contestación de Rusia a las previsibles sanciones que aplicará la UE puede ser dañino para el sector”, puntualizó Roche. “Siempre es posible encontrar nuevos mercados, pero no de un día para otro”, sentenció Garcés.
Por todo ello, Cebollada indicó que ASAJA ha solicitado al Gobierno de España que ponga en marca de forma urgente un plan de choque para que el sector agrario pueda hacer frente “a la comprometida situación en la que se encuentra por unos costes de producción nunca vistos y unos precios de venta en origen que no permiten que la actividad agraria resulte rentable para el productor”.
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