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Las inclemencias del tiempo merman la cosecha de cereal de invierno en  la provincia más de un 20 por ciento Las inclemencias del tiempo merman la cosecha de cereal de invierno en  la provincia más de un 20 por ciento
La cosechadora descarga el grano en el remolque del tractor, en una parcela ubicada en Cuencabuena. Asaja

Las inclemencias del tiempo merman la cosecha de cereal de invierno en la provincia más de un 20 por ciento

Las buenas perspectivas se truncan por las heladas tardías, el calor y la sequía
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Las heladas tardías, la escasez de precipitaciones, las altas temperaturas y las tormentas de granizo han sido algunos de los fenómenos meteorológicos que han provocado que la producción agrícola turolense, que hasta el inicio de la primavera se preveía “muy buena”, haya acabado siendo “regular” en el caso del cereal de invierno en la práctica totalidad del territorio y que los rendimientos de frutales, almendros y olivares ubicados en el Bajo Aragón Histórico se queden tan solo en un 20% de una cosecha “normal”. Además, el alza de los costes de explotación ha provocado que los agricultores no se hayan podido beneficiar del incremento de los precios de venta de sus productos.

Después de recopilar los datos de cosecha del cereal de invierno de las diferentes comarcas agrarias turolenses, desde UPA Aragón sostienen que 2022 ha sido “un año complicado”. Las perspectivas eran bastante buenas porque la pluviometría fue favorable durante la siembra y buena parte del invierno, lo que propició una nascencia adecuada de forma generalizada. Pero el “parón” de las lluvias en febrero y marzo, unida a las olas de calor iniciadas en mayo, afectó al crecimiento de la planta.

“Las previsiones de tener una súper cosecha se quedaron en agua de borrajas y las condiciones meteorológicas afectaron sobre todo a los trigos y triticales, cuya producción ha sido entre un 20% y un 25% inferior a la de una cosecha normal, mientras que el rendimiento de la cebada se mantuvo en la media”, explicó el secretario general de UPA Aragón, José Manuel Roche.

En el Bajo Aragón, las heladas de abril se llevaron por delante buena parte de la producción de frutales y almendros de la zona de Calanda y Alcañiz, que después tuvieron que soportar “tormentas brutales de granizo”. Las olas de calor provocaron también afecciones en el almendro y en el olivar y la cosecha estimada se ha reducido notablemente.

“Las condiciones meteorológicas han sido catastróficas para estos cultivos en el Bajo Aragón histórico”, admitió Roche.

“Este año ha pasado de todo. Las heladas de abril fueron las más perjudiciales, pero después hubo un tornado, tormentas e incendios”, recordó el secretario provincial de Uaga en Teruel, David Andreu.

En el Bajo Aragón , la cosecha de cereal de invierno ha sido muy irregular por estas causas y porque la ola de calor de mayo afectó a la maduración del grano y redujo considerablemente los rendimientos.

Una máquina recolecta almendra en Valderrobres, en la Comarca del Matarraña. Uaga

La recolección de la almendra se inició a principios de agosto en parcelas sueltas y dentro de dos semanas lo hará en el grueso del territorio. La previsión es que la cosecha se quede en tan solo un 20% de una “normal”, y las afecciones en los frutales han sido “parecidas”, dijo Andreu, quien añadió que están a la espera de que el Gobierno de Aragón amplíe al almendro las ayudas por heladas comprometidas para los frutales. En este sentido, recordó que la Política Agrícola Común (PAC) destina fondos para la gestión de este tipo de crisis, “que este año se deberían aplicar”.

Por último, la escasez de precipitaciones durante el verano ha reducido los puntos de abastecimiento de agua natural en el monte y ha agostado los pastos, lo que ha afectado negativamente al pastoreo extensivo.

La sequía, sin embargo, no es tan acuciante en el Bajo Aragón Histórico, donde llovió bastante en primavera. Además, las tormentas del verano han permitido mantener los niveles de agua en los pantanos del Guadalope e incluso han mantenido las pasturas, comentó Andreu.

Precios

Desde ambas organizaciones agrarias, coincidieron en destacar la “especulación” que han sufrido las compraventas de cereal, que ahora mantienen una tendencia alcista que podría hacer que la última cosecha alcanzara buenos precios.

En paralelo, los costes de producción siguen siendo muy elevados. “El precio del gasóleo ha bajado, pero no a los niveles deseados, así como el de los fertilizantes y abonos. Esto hace que la situación sea complicada a dos meses del inicio de la siembra”, dijo Roche.

Los precios de la almendra se mantienen “estancados” en 3,50 euros el kilo (entre 7,5 y 8 para la ecológica), el mismo que para el aceite. “Los productos han subido de precio pero los costes de producción son tan altos que impide que el beneficio se traslade al agricultor”, sostuvo Andreu.

Las organizaciones agrarias han mantenido diversas reuniones con el Ministerio de Agricultura para establecer herramientas que ayuden a paliar la pérdida de rentas del sector derivada de este incremento de costes.

La nueva PAC

En paralelo, los sindicatos han comenzado a organizar charlas informativas a lo largo del territorio para explicar a los agricultores cómo tienen que planificar la siembra para cumplir con los requisitos de la nueva Política Agrícola Común (PAC) que entrará en vigor en 2023.

Tras la aprobación del Plan Estratégico Nacional, ahora están pendientes de la publicación de los reglamentos, sobre todo los referidos a los ecoesquemas, para que las producciones se ajusten y los agricultores no vean mermadas las ayudas que reciben.

Sobre este asunto, Roche recordó que se ha perdido la oportunidad de poner fin a los derechos históricos y los estratos en el reparto de las ayudas, por lo que el agravio comparativo que sufre Teruel respecto a otras provincias se mantendrá al menos hasta 2027.

El secretario provincial de Uaga en Teruel explicó que “en cuanto se conozca la letra pequeña” sobre la aplicación de la PAC en el periodo 2023-2027 iniciarán una serie de charlas informativas, “imprescidibles para que los cerealistas planifiquen la siembra que se lleva a cabo en octubre y, sobre todo, noviembre”.

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