Las autovías turolenses languidecen en el tiempo sin avances al margen de quién gobierne en Madrid

Las autovías turolenses comprometidas por el Estado con la provincia de Teruel languidecen en el tiempo sin que se produzcan avances al margen de quién gobierne cada legislatura en Madrid. Se trata de infraestructuras planificadas a finales del siglo pasado, como la A-40 y la A-68, que año tras año aparecen en los Presupuestos Generales del Estado desde hace décadas con proyecciones plurianuales que hacen creer que van a iniciarse sin que las obras comiencen nunca. El consejero de Fomento del Gobierno de Aragón, Octavio López, traslada este lunes al Ministerio de Transportes por enésima vez el impulso de estas infraestructuras.

Ambas autovías, la que comunica Teruel con Cuenca y la que discurre por el norte de la provincia enlazando Zaragoza con el Mediterráneo a través del Bajo Aragón, forman parte de la relación de infraestructuras que figuran en la agenda del Gobierno de Aragón para que el Ministerio Transportes las desbloque. El consejero de Fomento las considera prioritarias y estarán en el orden del día de la reunión que se celebra hoy entre ambas administraciones; en el caso de la A-68 para que se reduzcan los plazos ya que no hay forma de que avance a pesar de que administrativamente ya se pueden acometer obras, y en el de la A-40 para que se desbloquee el segundo Estudio Informativo que se ha hecho y que la solución que se adopte sea la fórmula de autovía, no la incorporación de un tercer carril como también está en estudio en el último documento con el que trabaja el Ministerio.

Aunque en el detalle que dio el consejero de las autovías aragonesas que se pondrán sobre la mesa hoy lunes en la sede del Ministerio de Transportes solo figuraban estas dos por parte de la provincia de Teruel, en el documento que entregó el presidente aragonés Jorge Azcón al presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, en la reunión que mantuvieron en octubre, también estaba la autovía A-25 que debe enlazar la A-23 con la A-2 entre Monreal del Campo y Alcolea del Pinar (Guadalajara).

El compromiso con esta última infraestructura es más reciente al haberla asumido el Estado en la primera década de este siglo, cuando las otras dos datan de finales del XIX. La A-68 y la A-40 se proyectaron en los años 90 del pasado siglo y pasaron a formar parte de las infraestructuras a desarrollar dentro del Plan de Actuación Específico para la provincia de Teruel aprobado en octubre de 2005, hace dos décadas.

La A-40 entre Teruel y Cuenca sufrió un varapalo en 2008 cuando recibió una declaración de impacto ambiental negativa el primer Estudio Informativo que se hizo. La presión de la sociedad y de los tres gobiernos autonómicos afectados obligó al Gobierno central a licitar al año siguiente otro estudio informativo, que con la gran recesión acabó en un cajón durante los gobiernos de Mariano Rajoy hasta que volvió a rescatarlo el primer Ejecutivo de Pedro Sánchez.

El compromiso que adquirió entonces el Gobierno socialista en el acuerdo de investidura con la agrupación de electores de Teruel Existe en 2020 fue impulsar esta infraestructura para “encontrar una solución viable”, aunque sin concretar fechas.

El Ejecutivo central ya había lanzado unos meses antes un anteproyecto para seguir trabajando en este corredor, aunque abriendo la posibilidad de que en lugar de hacer una autovía se optase por la mejora de las carreteras N-420 y N-330. Es el documento que el Ministerio de Transportes aprobó provisionalmente en marzo del año pasado, pendiente de impacto ambiental y de la decisión final que tome el Gobierno de si construye la autovía o decide mejorar la carretera. En el primer caso el coste estimado es de 897 millones de euros, mientras que en el segundo asciende a 315 millones de euros.
 

En la documentación que entregó Azcón al presidente Sánchez se rechaza la alternativa consistente en la incorporación de un carril adicional en determinados tramos junto con la mejora de la carretera convencional, y se apuesta por hacer la autovía de dos carriles en ambos sentidos. Este retraso mantiene paralizada la mejora de la carretera N-330 entre Teruel y el límite de la provincia, salvo en los kilómetros en los que se está actuando ahora en la conexión con la capital.

En el caso de la autovía A-68 que discurre por el Bajo Aragón y que comunica Zaragoza con Vinaroz, el Ministerio aprobó a principios de 2019 de forma definitiva el Estudio Informativo entre Fuentes de Ebro (Zaragoza) y Las Ventas de Valdealgorfa, pero a fecha de hoy, un lustro después, sigue sin haber obras en ninguno de sus tramos.

En el acuerdo de investidura con Teruel Existe de 2020 se incluyó también esta infraestructura y se precisaron fechas en las que debían licitarse los distintos contratos para la redacción de los proyectos constructivos.

En mayo de este año el diputado del PP por Teruel, Alberto Herrero, preguntó a la secretaria general de Transportes, Marta Serrano, por las previsiones de desarrollo de esta autovía tras acusar al Gobierno de mentir sobre las previsiones anunciadas y de hacer de la “mentira y el engaño su forma de gobernar”.

Herrero calificó entonces de vergonzosa la situación al paralizar el Estado esta infraestructura cuando administrativamente se puede avanzar con la construcción de los tramos. La secretaria general de Transportes le respondió que el Ministerio se estaba centrando en los dos tramos para los que se han licitado ya los proyectos de trazado y construcción: El Regallo-Alcañiz y Alcañiz-Ventas de Valdealgorfa.

Prioridades

La responsable del Ministerio dijo entonces que se priorizaban esos tramos por ser “donde hay mayor intensidad de tráfico en el corredor de la A-68” y considerar que son “prioritarios desde el punto de vista técnico”, sin concretar qué iba a pasar con los otros pendientes.

En la documentación entregada por el presidente Azcón a Moncloa, y que reiterará este lunes ante el Ministerio el consejero de Fomento, se solicita una reducción de los plazos previstos para terminar toda la autovía entre Zaragoza, Alcañiz y Vinaroz, después de que el tramo navarro esté finalizado pero en cambio el aragonés se esté dilatando y el tramo Fuentes de Ebro-Ventas de Valdealgorfa acumule años de retraso.

Además, reclamará que los proyectos constructivos de los tramos Quinto-Azaila, Azaila-Híjar e Híjar-El Regallo, se liciten y se adjudiquen ya porque estaba previsto hacerlo entre 2020 y 2022 y no se hizo. Además, se pide que se licite la redacción del estudio informativo para la continuación del corredor hasta el Mediterráneo. Este tramo que va de Ventas de Valdealgorfa a Vinaroz tendría que haberse sacado en 2021, pero tres años después sigue retrasado.

Esta autovía, la A-68, era una de las grandes apuestas del Plan de Actuación Específico para Teruel del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, hasta el punto de que su vicepresidente, María Teresa Fernández de la Vega, llegó a anunciar en 2005 cuando se aprobó dicho plan, que esta infraestructura reduciría todos los plazos administrativos que fuese posible de manera que en 2010 estaría acabada. Catorce años después sigue sin haber obras.

En situación parecida está la autovía A-25 entre Monreal y Alcolea, anunciada también a principios de siglo y cuyo Estudio Informativo caducó igualmente durante los gobiernos de Mariano Rajoy. El Ministerio licitó el nuevo estudio a finales de diciembre, si bien, a diferencia del anterior, abría también la posibilidad de dos opciones, bien la construcción de una autovía o como alternativa la mejora de la carretera convencional.

En la propia documentación ministerial ya se hacía una apuesta clara por considerarlo más eficiente optar por una carretera del modelo 2+1, es decir, convencional pero con un tercer carril que se va alternando para facilitar adelantamientos. Es la propuesta alternativa que se ha hecho también para conectar Teruel con Cuenca en lugar de hacer la autovía.

En este caso, el Ejecutivo aragonés también ha trasladado al central su oposición a añadir un carril adicional y su firme apuesta por construir la autovía con dos carriles en cada sentido como se anunció en un principio.

Iniciativa parlamentaria

El pleno de las Cortes de Aragón de esta semana debatirá la propuesta de Vox para que la Comunidad Autónoma adelante la financiación para que pueda iniciarse el tramo aragonés de las autovías A-40 y A-25 en la provincia de Teruel, con el fin de comunicarla con Madrid después de décadas sin que avance la construcción por parte del Estado, a quien se revertirían después los costes una vez ejecutadas las obras.

En concreto, la Proposición no de Ley presentada por Vox propone construir los tramos de estas autovías en la parte aragonesa mediante la implementación de un Plan Especial para Teruel por parte del Gobierno de Aragón, similar al Plan Extraordinario de Carreteras. La intención es que el Gobierno de Aragón financie las obras para poder adelantar los trabajos mediante una cuota anual, con un periodo de carencia durante la fase de construcción. Esta cuota sería adelantada y posteriormente requerida como pago a cuenta del Estado.

La iniciativa de Vox plantea que junto a la elaboración de un plan estratégico, de forma conjunta con el Estado, se establezca un mecanismo financiero que permita complementar las inversiones estatales mediante recursos autonómicos siguiendo el modelo del Plan Extraordinario de Carreteras. Además, plantea coordinar a las instituciones y los agentes implicados para que el diseño de las infraestructuras responda a las necesidades de la provincia.