La procesión del Seisado vuelve a recorrer las calles de Teruel tras dos años sin celebrarse por la covid-19

“Para ser un gran policía hace falta ser una gran persona”, aseguró la alcaldesa de Teruel, Emma Buj, al referirse al inspector jefe de la Policía Local, Pedro González, que recibió la Medalla de Oro de la Ciudad por su labor al frente de este cuerpo policial durante la pandemia. González hizo gala de ello con un gesto de humildad al reconocer por igual el papel desempeñado por sus compañeros, el Ayuntamiento y los ciudadanos con su comportamiento ejemplar en aquellos momentos inciertos en los que irrumpió la covid hace ya dos años. Junto al jefe de la Policía Local, el Ayuntamiento reconoció el medio siglo de historia del Centro de Iniciativas Turísticas de Teruel (CITT), pionero en el impulso turístico de la ciudad, y entregó las medallas a los miembros del Seisado.

La capital turolense recuperó los actos tradicionales para honrar a su patrona, Santa Emerenciana, en el tercer día de las Fiestas del Ángel después de que la última vez que pudieron celebrarse con normalidad fuese en 2019. Varios fueron los protagonistas de la jornada, pero de manera muy especial lo fue el inspector jefe de la Policía Local, Pedro González, que recibió la Medalla de Oro de la ciudad. También se impuso esta distinción el CITT, y en su nombre a su presidente, Antonio Santa Isabel, si bien fue en 2020 cuando se les concedió, pero no pudo entregarse en su día ni el año pasado por las restricciones impuestas por la pandemia.

Los actos oficiales comenzaron en la entrada del Ayuntamiento con la colocación de una placa de cerámica como reconocimiento a todos los turolenses por su compartimiento ejemplar durante la pandemia, que descubrió la alcaldesa junto con los niños que forman parte  del Consejo Municipal de Infancia y Adolescencia.

Los miembros de este Consejo fueron los encargados de llevar esta placa al Ayuntamiento tras haberla recibido el pasado viernes de manos de la alcaldesa al final del Certamen Poético, y el dominfo ya lucía colocada dentro del edificio en la zona de acceso al mismo. Buj manifestó que durante la pandemia los turolenses fueron “ejemplares” y se volcaron en “ayudar a los demás”. El hecho de que fueran los niños los encargados de llevar la placa al Ayuntamiento para su colocación se debe a que ellos fueron “ejemplo” de ese comportamiento, además de representar el “futuro”, precisó.

Vuelta a la normalidad

La alcaldesa y los concejales que participaron volvieron a lucir de gala con sus bandas para recuperar unas fiestas que durante dos años no han podido celebrarse, y que en la calle se sienten las ganas por recuperarlas con intensidad. Buj reconoció sentirse extraña después de tres años sin ponerse la banda ni portar el bastón de mando, y destacó de esta vuelta a las Fiestas del Ángel la importancia del reencuentro.

En ese sentido, indicó que la pandemia ha hecho darse cuenta a los turolenses de lo importante que es mantener y “valorar’ una tradición como la del Seisado, puesto que en época medieval eran quienes asumían las riendas de la ciudad.

Los integrantes del Seisado de este año recibieron las medallas en el Claustro del Palacio Episcopal, donde también recibieron la Medalla de Oro de la Ciudad tanto el inspector jefe de la Policía Local como el presidente del CITT. Buj aseguró que después de cincuenta años trabajando por la promoción turística de la ciudad tocaba entregar una medalla a quienes durante tantos años lo han hecho ellos, mientras que en el caso de Pedro González indicó que era de justicia por el trabajo “espectacular” que había realizado junto con la Policía Local.

González, que recibió un caluroso y prolongado aplauso del público asistente, dijo que se sentía “abrumado, sobrecogido y emocionado” y que recibía la medalla con “orgullo y satisfacción”. Sus palabras desprendieron humildad al reconocer la labor de sus compañeros de la Policía Local, así como de la alcaldesa y de toda la corporación municipal, al igual que de la ciudadanía en general por haber sido “modélico” su comportamiento durante la pandemia. Animó por ello a “disfrutar con talento” de las fiestas de este año.

El presidente del CITT, Antonio Santa Isabel, destacó tras recibir la Medalla de Oro del año 2020, que quienes le precedieron en este cargo fueron unos “visionarios”, y anunció que el centro va a renovar su imagen y a involucrarse con la promoción de la ciudad a través de más actividades, no solo la entrega de medallas, sino con actos culturales, espectáculos y poesía para “retomar ese espíritu con el que nació”. En quince o veinte días presentarán los detalles y Santa Isabel avanzó que se trabaja en dar medallas a los matrimonios con diez años de casados para hacer una apuesta por la gente joven.

La alcaldesa de Teruel recordó a quienes ya no están tras estos dos años de pandemia, “no con tristeza sino con la alegría de los momentos vividos con ellos”, y destacó el trabajo desarrollado por el CITT por su carácter visionario, si bien su intervención en el acto institucional la centró en el reconocimiento al inspector jefe de la Policía Local.

Destacó a este respecto el “liderazgo”, “talante” y “valor personal” mostrado por Pedro González y expresó su agradecimiento hacia él. Por último animó a vivir la Vaquilla con “alegría”, pero a la vez con “prudencia y moderación”.

Los actos con motivo de la celebración de la patrona de la ciudad contaron con la presencia de numerosas autoridades, entre ellas la consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, el subdelegado del Gobierno central, José Ramón Morro, y el delegado territorial de la DGA, Benito Ros.

Santa Emerenciana vuelve a procesionar con el Seisado tras dos años sin salir

La patrona de Teruel, Santa Emerenciana, volvió a procesionar por las calles del Centro Histórico con motivo de las Fiestas del Ángel tras dos años sin salir por culpa de la pandemia. La procesión se recuperó con los miembros del Seisado de este año, a los que se sumaron algunos de los matrimonios que no pudieron hacerlo en 2020 y 2021, además de incorporarse también por primera vez los alcaldes de las pedanías rurales.

La lluvia amenazó cuando eran la una de la tarde y Santa Emerenciana tenía que salir en procesión, pero finalmente pudo hacerlo y acabó el recorrido bajo un intenso sol, precedida por los miembros del Seisado de este año y acompañada por la corporación municipal, las autoridades y una representación de los grupos regionales.

El Seisado, una institución medieval compuesta por las parejas que se han casado en el último año cuya misión era hacerse cargo del funcionamiento de la ciudad en caso de fallecer los miembros del concejo por la peste en situaciones de pandemia, está compuesto este año por el concejal Javier Domingo y su esposa Vanesa Calvo, y los matrimonios formados por Carlos Lizaga y Marta Benedicto, David Navarro y Ester María Rabanaque, Adrián Algás y Cristina Sabio, Carlos Sánchez y Tamara Villarroya, y Jaime Martín y Beatriz Julián.

En el Claustro del Palacio Episcopal recibieron las medallas con las que se les reconoce como miembros del Seisado antes de la celebración de la misa en la Santa Iglesia Catedral, que ofició el obispo de Teruel y Albarracín, José Antonio Satué. También en el claustro se hizo un reconocimiento a uno de los costaleros que se retira, Fermín Forcadell, tras llevar 38 años portando a la santa.

David Navarro y Ester María aseguraron que formar parte del Seisado era “algo especial” por la tradición que representaba y no dudaron en aceptar cuando se lo propusieron. En términos similares se expresaron Carlos Sánchez y Tamara Villarroya, otro de los matrimonios, que aseguraron que si tuvieran que asumir las riendas de la ciudad “sí serían capaces” de hacerlo.

El jefe del Seisado, Paco Gómez, manifestó que recuperar la tradición era “emocionante” porque suponía la vuelta a la normalidad. Dijo, no obstante, que organizarlo había sido “como si fuera la primera vez”. Incidió en que mantener estas tradiciones era lo que le movía y se mostró satisfecho de que volviese a celebrarse este acto y que pudiese salir la procesión, que estuvo acompañada por la Banda de Música Santa Cecilia.