La inflación de los precios llega también a la subasta de palcos para la Merienda en la plaza de toros

La inflación ha llegado a todos los precios y también a los de los palcos de la Merienda de este domingo. La recaudación de este año en la subasta de los palcos de la plaza de toros fue de 11.654 euros. El año pasado fueron 10.201 euros los recaudados, un 14,24% más, pero hay que tener en cuenta que este año se han subastado 36, que son dos palcos menos que en 2022, los que el Ayuntamiento ha concedido a Atadi como mantenedores de las fiestas. También hay que destacar que hasta el año pasado se entregaban ocho entradas por palco, mientras que este año fueron diez, por lo que el precio por persona en algunos palcos salió a una cantidad similar al de otros años.

El precio del más caro llegó a ser un 32% más que el año anterior. Es el caso del número 22 que se adjudicó por 57.000 pesetas, 14.000 pesetas más que el pasado año. Fue por el que más dinero se pagó -en euros, eso sí- con permiso, como es tradicional, del de la Diputación de Teruel, por el que los pujadores se pican para subir los precios y que la institución tenga que poner dinero. En total, esta vez fueron 130.000 pesetas, solo 5.000 más que el año pasado, y supone algo más de 781 euros.

La subasta de los palcos de la plaza de toros para la merienda del domingo se celebró en la antigua moneda, como manda la tradición y como volvió a decidir el público asistente al preguntar la alcaldesa si querían que se hiciera en euros o en pesetas.

“¡En pesetas, en pesetas!”, reclamó el público, entre ellos niños y niñas con sus padres que ni si quiera han llegado a utilizar nunca esta moneda. Como Teresa, una pequeña de 8 años que estuvo muy activa durante la puja, hasta que se le concedió el número 23.

“Nos ha costado más caro que otros años, lo compramos para ir los amigos con los críos”, contaba su padre.

Mairena y Carolina han estado en palco en otras ocasiones pero esta era la primera vez que iban a pujar. “Nos hemos marcado un precio límite hasta que lo hemos conseguido”, contó la primera. “Aunque sea un precio mayor que otros años, creo que estaba bien por cómo hemos visto los precios de los otros”, apuntó.

A diferencia de lo que ocurrió el año pasado, cuando los precios de los primeros palcos eran más baratos que los de los últimos, en esta ocasión invirtieron la tendencia que se vio durante toda la subasta y los últimos mantuvieron los precios del año pasado, así que los que se quedaron hasta el final para pujar tuvieron suerte y lograron precios mucho más económicos que los primeros.  Esa es la suerte que tuvieron Laura, que fue con su prima y una amiga. “Es la segunda vez que venimos y hemos tenido suerte”, comentó, “porque los de antes los han pagado mucho más caros”.

Lo que estuvo claro durante toda la mañana es que esta tradición de subastar los palcos va cada vez las más. Entre el público se encuentran turolenses que ya venían con sus abuelos y sus padres a participar en la subasta y también otros que nunca antes había estado en el salón de plenos, como Jorge y su familia, que venían de Murcia. “Tenemos un amigo de Teruel que está pujando y hemos venido a verlo”, explicó.

El que conoce muy bien esta tradición es Antonio Giménez, que fue durante muchos años el responsable de dirigir la subasta y que pujó por el primer palco en liza. Acudió con su característica casaca negra y blanca y con ella comenzó la subasta José Miguel Meléndez que desde 2012 es el responsable de animar a los pujadores. Y entre los que por primera vez disfrutarán de la merienda desde dos palcos serán los usuarios de Atadi, que este año son los mantenedores de las Fiestas del Ángel.