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La IA, una tecnología que va a permitir mantener una relaciones más humanas La IA, una tecnología que va a permitir mantener una relaciones más humanas
Aleix Valls durante su intervención centrada en la inteligencia artificial generativa

La IA, una tecnología que va a permitir mantener una relaciones más humanas

El experto Aleix Valls considera que será un avance en los entornos rurales
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¿Qué es la inteligencia artificial? Con este planteamiento comenzó su charla Aleix Valls, contento de estar en Teruel porque su abuela era de Luco de Jiloca, recordando que la IA no tiene conciencia, es una tecnología y el esfuerzo no se centra en que sea consciente sino en que sea capaz intelectualmente. “Por lo tanto, no tiene ética ni moral”, argumentó.

Ingeniero y matemático, fundador de la consultora Liquid Lab, Valls se refirió en que con la inteligencia artificial generativa “hay usos éticos o poco éticos pero es el uso humano el que aporta esa utilización”.

Valls partió de la premisa que la IA “sirve para cualquier cosa que podemos imaginar”, y lo hizo justo cuando se cumple el segundo aniversario de chat GPT, herramienta que va a abrir al gran público la IA, capaz de generar una respuesta como si fuera un humano.

Y ¿cómo lo hace? Es un sistema que ha aprendido como se hace en la naturaleza. A través de matrices, que son como las neuronas, se ha logrado crear un “cerebro digital”.

Valls explicó que hasta ahora no se era capaz técnicamente de hacer matrices muy grandes, pero cada vez se está convirtiendo en un modelo cada vez más inteligente, comparable a una persona de altas capacidades con un coeficiente de 122. Y no solo para bases de datos, “se va a poder utilizar para todo lo que se quiera”, aseguró este experto que comparó este avance a cuando hizo su aparición la electricidad o Internet. Igual que se avanzó en electricidad se va a avanzaron la IA generativa.

“Es como un becario listo y predispuesto y la parte más chula es la que está todavía por venir”, subrayó. “Internet trajo el negocio de la búsqueda. Ordenar la información del mundo es lo que hace Google pero la IA te genera la respuesta. No es una base de datos”, aclaró.

Se trata de un modelo de conocimiento que va a generar una respuesta, pero advirtió que si se usa mal va a dar resultados erróneos. Esta herramienta busca la información y genera una respuesta, prácticamente a coste cero, porque tiene un modelo de conocimiento del mundo muy profundo.

Ante un foro de empresarios, Valls quiso tranquilizar al público: No va a quitar trabajo pero quien lo entienda ganará en productividad. “Mucho de lo que hacéis hoy se hará mucho más rápido”, dijo, habrá ganancias del 300 por ciento y aparecerán nuevas formas y productos, se van a llegar a nuevas cuotas de crecimiento, pero reconoció que habrá diferencias entre personas y regiones.

Si 2023 fue el año del shock por la irrupción de la IA y 2024 ha sido el de la curiosidad por esta nueva herramienta tecnológica, 2025 será el año de la adaptación. “Hay que buscar para que le sirve a cada uno”, señaló y afirmó que la buena noticia para las pymes será que hay “poca barrera de entrada”.

Eso sí, habrá que saber hacer para generar la ventaja competitiva, replantearse cuál es el valor diferencial “y ver si estamos preparados para asumir el cambio”.

Aunque la IA generativa no es ética ni moral sí que es una tecnología empática, porque al usuario le da la sensación de ser escuchado. Frente a esta nuevo forma de relacionarse con la tecnología, Valls vaticinó que cogerá fuerza “la industria de lo humano”, que pondrá el contrapeso a la inteligencia artificial, y también aquellos negocios “que hacen sudar”.

Durante el coloquio, el director de DIARIO DE TERUEL, Jota Vicente, preguntó sobre el papel que la IA está jugando en la educación, y este experto consideró que la IA es como “un profesor con paciencia infinita” y habrá productos que cambien la experiencia formativa y que se adapten a la enseñanza individual.

David Gutiérrez, director general de Caja Rural de Teruel, preguntó cómo la IA puede ayudar en áreas rurales y si puede entender mejor a su población y Aleix Valls fue optimista y avanzó que las apps “van a desaparecer” y la IA v a permitir mantener unas relaciones más humanas, porque el usuario “va a hablar a un banco sin que haya un humano”. Además, permitirá conocer al cliente de forma más profunda y hacer productos más personalizados. “Cuanto más rural más inteligencia artificial”, llego a decir.

Javier Berne, del grupo Solitium, consideró que el escollo está en los datos porque no es viable a veces su tratamiento, pero Valls consideró que la robotización de procesos que hace la IA permite que se haga de forma más rápida. Camino Ibarz, responsable de comunicación del Grupo Térvalis, se interesó por la tecnología complementaria que en sectores como el agroalimentario cuesta mucho dinero. Los grandes grupos tienen capacidad de acceder a la tecnología y será necesario que el pequeño agricultor asuma su paradigma para ser viable. El respeto al medio ambiente también se puso encima de la mesa teniendo en cuenta que las grandes centrales de datos necesitan de grandes consumos de electricidad y agua. Valls apuntó que habrá que plantearse el modelo energético y revisitar la energía nuclear, vista con los ojos de ahora, porque “la que tenemos en la cabeza es la de Chernóbil pero ha cambiado la tecnología y es una energía más limpia”. Carlos Sánchez, director provincial de Ibercaja, preguntó por las trabas administrativas y Valls advirtió sobre la desventaja de Europa sobre China y Estados Unidos y el empresario de La Fábrica de Solva Javier Moragrega, sobre cómo conservar la identidad del territorio y Valls apostó por la especialización.

Una palanca de competitividad para las empresas 

El presidente de Adea, Fernando Rodrigo, explicó que desde Adea habían elegido abordar en un foro la inteligencia artificial porque lo ven como una “palanca de competitividad” para las empresas, ya que no hace distinción entre grandes y pequeñas empresas, tiene un coste de adquisición muy reducido, a diferencia de otras tecnologías en el pasado que solo eran accesibles a quienes tenían grandes capitales. “Creemos que hay que perder el miedo a la inteligencia artificial porque hay muchas veces una visión muy catastrofista y nada más lejos de la realidad porque la inteligencia artificial la hemos creado las personas, está al servicio de las personas y es algo que tenemos que aprovechar para mejorar la productividad de las empresas y para vivir todos mejor”, afirmó. Para el responsable de Adea, “en territorios como Teruel, donde hay un problema de asentamiento poblacional en el mundo rural, puede ser un refuerzo para el sostenimiento de la población”. Rodrigo apuntó que en jornadas como esta lo que pretenden es acercar, desmitificar muchos de los miedos que hay de la inteligencia artificial y acercar experiencias prácticas y concretas especialmente a las pymes.
 

Fernando Rodrigo, durante el acto

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