La comunidad ucraniana de Teruel se vuelca con sus compatriotas para facilitar su adaptación a la vida en la ciudad
Estos días celebra la Pascua ortodoxaHace sesenta días Teruel salió a la calle para pedir el fin de la guerra en Ucrania que acababa de iniciarse con la invasión rusa. Hubo una concentración en la plaza de San Juan, organizada por la comunidad ucraniana en Teruel, y otro acto en la plaza del Seminario para pedir paz organizada por turolenses. Comenzaba entonces a despegar una ola de solidaridad que ha ido ondeando para adaptarse a las circunstancias de cada momento.
Durante tres semanas se habilitó un espacio cedido por el Ayuntamiento de la capital en el Centro Sociocultural San Julián donde los turolenses llevaron artículos de primera necesidad, ropa y productos de higiene, comida y otros enseres, que se trasladaron a Polonia sumándolo a contingentes de otras ciudades españolas.
A finales de marzo se dejó de recoger material en este punto y ahora se canaliza de otra manera para asegurar que se recoge lo que se necesita y que llega a su destino. La comunidad ucraniana se ha organizado, está activa en redes sociales y canaliza la ayuda que le trasladan tanto de Teruel como de las localidades próximas.
Vasyl Bondarenko es un ucraniano que lleva 15 años viviendo en Teruel y desde el principio se movilizó para ayudar a sus compatriotas. Después de los grandes envíos que se realizaron las primeras semanas, ahora están adquiriendo material específico que desde Ucrania les solicitan y lo envían a direcciones de confianza para garantizar que llegan a su destino.
Cuando lo reciben los soldados mandan videos agradeciéndolo pero no se puede difundir la procedencia de estos videos para no dar pistas de dónde están.
Envíos desde Teruel
Este mismo sábado han enviado desde Teruel una cámara térmica y es ya la tercera. Las dos primeras fueron para la defensa de los soldados. Ahora Vasyl cuenta que la necesitan por seguridad, para moverse con vehículos por la noche sin tener que encender las luces.
También han recogido medicamentos, una de las necesidades básicas. Aunque les envíen dinero no pueden adquirirlos porque las farmacias están desabastecidas. “Ya hemos enviado 200 kilos de medicamentos en 16 cajas, con artículos recogidos en diferentes sitios”, cuenta Vasyl, que trabaja en una empresa turolense con la que hace rutas por diferente pueblos. En ellos recoge material y también visita a las familias de su país que se han ido asentado en esos municipios. “Se están adaptando bien”, dice y agradece todo lo que los turolenses están haciendo por sus compatriotas.
Otra de las compatriotas que se movilizó desde el principio fue Tetyana Svyatetska, una ucraniana residente en España desde hace 18 años. Ha colaborado con las colectas y su comercio turolense fue un punto de recogida. Pero además, durante estos dos meses ha visto cómo han llegado desde Kiev hasta Teruel su prima y la mujer de su primo, que ahora viven aquí con su tía.
Teletrabajo
“Están haciendo teletrabajo y reciben clases online, mientras los hombres están trabajando en Ucrania porque tienen que permanecer allí y están esperando a que les llamen para sumarse al ejército”, cuenta y añade que “los que están en la guerra no pueden dar ninguna información sobre dónde se encuentran”.
El idioma está siendo uno de los principales problemas y ella colabora para lo que le solicitan. “Desde la estación de tren me llamaron porque una chica quería coger un tren a Ucrania”, explica. Y hacer entender que no puede ser es difícil si no se habla directamente. Hay cosas que el traductor de Google nunca podrá hacer.
Las personas ucranianas en Teruel celebran estos días la Pascua Ortodoxa. Y no están solos, lo hacen de la mano de la comunidad rumana.
“Nosotros somos ortodoxos igual que los rumanos y vamos a San Nicolás normalmente porque el procedimiento es el mismo”, cuenta Victoria Zibnytska para añadir que “en Teruel la comunidad rumana es muy grande y nos están ayudando muchísimo”. Victoria agrace la labor que están haciendo, con la recolecta de dinero y artículos y la preparación de la Pascua contando con ellos. También con otros detalles como la de un peluquero que fue a cortar el pelo a los ucranianos que están residiendo en San Nicolás. Coincide que en este antiguo colegio no solo está la sede de la parroquia ortodoxa, también las instalaciones en las que Cáritas ha acogido a una veintena de refugiados.
Semana Santa ortodoxa
Cosmin Marcian Cos es el párroco de la iglesia ortodoxa en Teruel. En su sede de San Nicolás de Bari, estos días se encuentran inmersos en la celebración de la Semana Santa ortodoxa, cuyas fechas cambian con respecto a la católica. Este sábado se celebró allí la misa de Resurrección y compartieron con muchos ucranianos que están ahora viviendo en Teruel la tradicional “pascua”, que es pan mojado en vino, para representar el cuerpo de Cristo. Aunque las celebraciones religiosas de estos días se imparten en rumano, “el ritual es el mismo que se hace en las iglesias ortodoxas ucranianas”.
Desde que estalló el conflicto bélico, la comunidad rumana en Teruel, que es la más numerosa entre los extranjeros que viven la provincia, se ha volcado con el pueblo ucraniano, con el que comparten frontera. Durante estos dos meses han recogido dinero y enseres, como material escolar o productos de higiene, para ayudarles y están en contacto con Victoria, que está en contacto con ellos, para saber qué necesitan los que han llegado hasta aquí. Muchos de ellos se han sumado estos días a las celebraciones de la Semana Santa ortodoxa.
Entre todos han preparado los huevos de Pascua y los regalos que se entregan en esta fecha. “Son muy receptivos”, dice Cos, “tienen ganas de incorporarse a la comunidad”, percibe.
Luz de Pascua
En la celebración de este sábado, después de la misa donde se encendió la luz de Pascua, se celebra un comida que las familias preparan en casa y llevan para su puesta en común. Este año Cosmin ha pedido a los feligreses que preparen “un plato más” para compartir con los ucranianos en esta fecha tan señalada para ellos.
“Entre todos tenemos que echar una mano porque no sabemos cuando nos puede pasar a nosotros, hay que vivir uno por otro”, sostiene Cosmin.
El idioma es también en este ámbito una barrera importante, porque el rumano es de origen latino pero no así el ucraniano. Se entienden mejor con los moldavos o con rumanos que proceden de los territorios fronterizos con Rumanía, porque pueden conocer el idioma. Si no es así, se entienden en inglés o con el traductor de internet.
Desde el Ayuntamiento de Teruel se han puesto en marcha diferentes medidas en estos dos meses desde que estalló la guerra de Ucrania y ha estado en contacto permanente con la comunidad ucraniana afincada en la capital. El padrón se ha incrementando de los 78 que había en febrero, según los datos del INE, a más de un centenar que hay en la actualidad. Además, se han escolarizado ya 28 menores, 18 de ellos en Primaria y 10 en la ESO, según datos facilitados por Educación este viernes.
Ayudas de emergencia
La concejala de Servicios Sociales, Nuria Tregón, explica que se están entregando ayudas de emergencia para las familias ucranianas que están llegando a Teruel y que si fuera necesario se ampliaría la partida económica para ello con remanentes.
Se han abierto asimismo canales de colaboración y con la Cámara de Comercio, se gestiona la ayuda humanitaria de las empresas turolenses a Ucrania. Estas ayudas se tramitan a través del canal específico que las Cámara de Comercio de España ha abierto con Acnur para coordinar su envío.
Tregón añade además que también se ha había hablado con los clubes deportivos para que los niños ucranianos que han llegado a Teruel retomen sus actividades con ellos y ahora “con el CD Teruel van algunos niños ucranianos a entrenar”. También en el ámbito del voleibol se han sumado deportistas ucranianos.
Durante el mes de marzo, los turolenses se volcaron con la recogida de alimentos, ropa, medicamentos y otros enseres que se depositaron en el centro San Julián, donde el Ayuntamiento cedió un espacio, y en otros puntos de la ciudad. Tregón avanza que se está organizando otra recogida de alimentos.
El Ayuntamiento recibió también la cesión de una vivienda de una empresa turolense para una familia ucraniana, una madre y dos niñas, que ya se encuentran viviendo en ella.
Conciertos solidarios
El Ayuntamiento colaboró igualmente con otras organizaciones que prepararon conciertos para recaudar dinero. El teatro Marín acogió un evento promovido por la academia On Music, donde la comunidad ucraniana también recogió productos, el pasado 20 de marzo, y la recaudación se entregó a Farmamundi. Y el primer domingo de abril la Camerata Santa Cecilia ofreció una actuación en el claustro del Obispado cuya recaudación iba destinada a Acnur.
Igualmente ha habido otros actos de apoyo, como la concentración del 9 de marzo ante las puertas del ayuntamiento y de la Diputación, y gestos en las celebraciones locales como Las Bodas de Isabel o la Semana Santa con la utilización de los colores amarillo y azul, propios de la bandera del país. Unos colores que van a seguir estando muy presentes en la vida diaria de los turolenses. Muchos de ellos participan como voluntarios con la comunidad ucraniana.
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