Los ucranianos refugiados de Utrillas cumplen tres meses de tensa espera y agradecimiento
El centro de acogida tiene completas sus 51 plazas y hay 22 menores, que se integran con más facilidadLos ucranianos refugiados acogidos en la Residencia de Investigación del Ayuntamiento de Utrillas pero que gestiona la Cruz Roja están a punto de cumplir tres meses de estancia en la localidad minera entre la tensa espera de que se termine la invasión rusa a su país y el agradecimiento por la ayuda que están recibiendo. El centro de acogida está al completo, 51 plazas. Los escolares ucranianos son los que más facilmente se están integrando en la localidad minera. El número de niños ucranianos incluidos los bebés son 22. Durante estos tres meses han sido muchas las salidas y nuevas entradas de ucranianos del centro de refugiados de Utrillas. De los primeros 33 ucranianos que llegaron a Utrillas en un autobús fletado por el Ayuntamiento de Utrillas con el apoyo de la comarca y de la sociedad a mediados del pasado mes de marzo 7 son los que siguen permaneciendo. Utrillas fue pionera en Teruel y en Aragón en acoger a refugiados ucranianos en una muestra de solidaridad ante la invasión rusa a su país.
El alcalde de Utrillas, Joaquín Moreno, recordó la muestra de solidaridad que hubo en toda España y en Europa ante lo que se estaba produciendo en Ucrania, una sociedad que estuvo por delante de los Gobiernos de las naciones europeas y eso fue el origen de fletar un autobús para traer principalmente a mujeres y niños refugiados ucranianos.
Dos centenares de vecinos de Utrillas esperaron la llegada a medianoche del 16 de mazo pasado de los refugiados ucranianos para recibirles con globos y lazos con los colores de la bandera de Ucrania. Los refugiados ucranianos y los voluntarios conductores del autobús José Manuel Villarroya y Gabriel Caffa viajaron 36 horas desde Cracovia, Polonia, sin apenas descansar para llegar exhaustos a Utrillas a la Residencia de Investigadores de Utrillas reconvertida en centro de acogida de refugiados y cedida por el Ayuntamiento de Utrillas por un año a la Cruz Roja para que la gestione. Cruz Roja es una de las organizaciones encargadas a nivel nacional para la gestión de los refugiados ucranianos.
Joaquín Moreno exponía el apoyo y las muestras de solidaridad que se estaba dando a los refugiados ucranianos por el drama que estaban viviendo. “Para el Ayuntamiento de Utrillas es una obligación moral porque tenemos unas instalaciones adecuadas como es la residencia, hay centro de salud, colegio y la población empuja en la ayuda. Se está volcando con entrega de ropa, comida, medicamentos. La verdad es que la sociedad va por delante de los Gobiernos en ayuda humanitaria”, destacaba.
En los tres meses transcurridos, el alcalde de Utrillas resaltaba la tradicional hospitalidad que tienen los vecinos de la localidad minera, cuyo origen se debe a que la población proviene de muchos puntos de la geografía española que vinieron a trabajar a la cuenca minera turolense y de la provincia que definió como tierra de acogida y que ahora continua con el centro de acogida de refugiados nacional.
Joaquín Moreno valoró la integración que tienen los niños ucranianos que van a la escuela de Utrillas, que se les ve jugando y que aprenden rápido el castellano. Añadió que a los mayores ucranianos les cuesta más porque viven y conviven entre ellos aunque reciben clases de castellano. “La relación de los adultos que tienen es entre ellos mismos y son más cerrados. Les cuesta más abrirse. También el carácter que se tenga ayuda mucho a la integración, pero hay madres que chapurrean el español”.
En esta línea, el alcalde de Utrillas incidió en la importancia del aprendizaje del idioma para integrarse y poder encontrar trabajo. “Es fundamental saber el idioma para trabajar porque se reciben ordenes y hay que entenderlas. No saber un idioma dificulta encontrar trabajo”.
51 refugiados
El trabajador social de Cruz Roja en el centro de acogida de refugiados en Utrillas, José Arias Buj, informó que el centro está al completo con 51 refugiados de los que 22 son niños. 5 son menores de 3 años, 5 en preescolar, 8 en primaria y 4 en el Instituto de Enseñanza Secundaria Lázaro Carreter de Utrillas. De las 51 personas refugiadas, 4 son mayores de 65 años. El de más edad tiene 84 años y el más joven tiene 8 meses. La coordinadora de los centros de Utrillas y Cella es Ana Rodríguez Rojas, que es la referente provincial del Programa de Solicitantes de Asilo, Refugiados e Inmigrantes de Cruz Roja en Teruel.
El trabajador social de la Cruz Roja en Utrillas, José Arias Buj, apuntó que de los 33 refugiados que vinieron al centro de Utrillas quedan 7 y que son de dos familias. El resto se han ido marchando unos al tener familiares o amigos en otras ciudades española y otros porque al ser de ciudades grandes de Ucrania la localidad de Utrillas es pequeña por lo que prefieren ciudades grandes como Madrid, Valencia, Barcelona y Zaragoza donde hay una mayor oferta cultural. “También ha habido algunos que han vuelto a Polonia por estar más cerca de sus maridos, que están defendiendo su país”.
Mientras los días pasan, los refugiados ucranianos en Utrillas tienen un horario y realizan tareas de cuidado y limpieza de las zonas comunes.
El desayudo se sirve en el centro de refugiados de acogida hasta las 9,30 horas. De 10 a 12 horas tienen clase de castellano que imparten voluntarios de la Cruz Roja. Las madres también pasean con los niños y a las 14 horas es la comida que se lleva de un catering. Por la tarde hay talleres de inserción laboral, de integración. “Se enseña hacer currículum, cartas de presentación, prácticas de castellano, búsqueda de vivienda... También se hacen asambleas quincenales para fomentar la buena convivencia. La cena es a las 21 horas y a las 23,30 es la hora de dormir”, indicó José Arias.
En esta línea, añadió que igualmente se organizan excursiones por los integradores sociales de Cruz Roja de Utrillas y paseos.
José Arias valoró que los refugiados ucranianos colaboran en la limpieza del centro tanto en el interior de las instalaciones como en el exterior y que cuatro han conseguido trabajar aunque todos siguen viviendo en la residencia de Utrillas con el resto de compatriotas. “Personalmente lo que percibo es que están algo desubicados. Tienen preocupación y es normal al estar pendientes de las noticias de Ucrania, de la guerra. Siguen con la mente en Ucrania porque los maridos están en la guerra, pero el ánimo en general es bueno y tienen predisposición por hacer cosas”, reseñó Arias.
En los casi tres meses que llevan los refugiados en Utrillas ha habido momentos duros como la muerte por enfermedad de una refugiada de 86 años que estaba en el centro con su hija.
Cuando murió, su hija se sintió muy arropada por el resto de refugiados. La mujer ha sido incinerada para que cuando se pueda llevar las cenizas a su localidad.
En el lado más positivo de la estancia, el trabajador social de Cruz Roja en el centro de refugiados de Utrillas destacó que la integración de los niños tanto en el colegio como en el Instituto, donde han recibido las clases por Internet desde Ucrania para que no pierdan el curso escolar, es buena. Los escolares también tienen clases de asignaturas con los centros de Utrillas como gimnasia, plástica. Arias recordó que el curso escolar en Ucrania terminó el pasado 30 de mayo, pero que los escolares refugiados siguen yendo a clase en Utrillas, lo que facilita más el aprendizaje del castellano y la integración.
Igualmente valoró la solidaridad que ha tenido y tiene Utrillas con los refugiados, que llevan ropa o helados para los críos. “La muestra de solidaridad es continua, no se ha parado y con el apoyo del Ayuntamiento. La red de voluntarios de Cruz Roja es muy potente en Utrillas. Si hay que hacer traslados de los refugiados a Teruel los llevan. Es de admirar”.
Los refugiados ucranianos no perciben ninguna asignación económica. Tienen pagados la manutención, el hospedaje y los gastos de farmacia.
Testimonios
Ludmila Kalinichenko, que vino en el autobús de Cracovia a Utrillas en el mes de marzo con su hija y una amiga, confesaba que en el albergue está muy bien y muy agradecida. “La gente aquí es muy buena y nos han ayudado mucho”.
En esta línea, Ludmila añadía que su hija de 15 años y que estudia en el IES de Utrillas también estaba muy bien, que le gustaba el Instituto de la localidad minera.
Ludmila es de Kiev y trabajaba en una agencia de turismo. Su marido está en Defensa, en la guerra y expresaba el deseo de volver a su casa, que no ha sido destruida y que está en pie.
Otra refugiada, Ludmila Zartska también confesaba que estaba bien en el centro de Utrillas, aunque con ganas de volver a su casa con la familia. “La gente aquí nos trata muy bien”, afirmó.
Raisa Kopyiova es una joven ucraniana que trabaja en Utrillas de limpiadora en un hotel. Habla español porque de niña al ser huérfana fue acogida durante los veranos y en navidades por una familia de Palomar de Arroyos.
Tiene tres hijos de 13,12 y 11 años que van al Instituto de Secundaria Lázaro Carreter y al colegio de Utrillas. Raisa, que vive en el centro de refugiados, avanzó que no tiene intención de volver a su país, que se queda en España y pedirá la nacionalidad española. Sus hijos ya tienen amigos en Utrillas.
Casi medio millar de ucranianos tienen regulada su situación en la provincia
Hace unas semanas la Subdelegación del Gobierno en Teruel informó que casi medio millar de ciudadanos ucranianos ha formalizado su protocolo de acogida y residencia en la provincia a través de la comisaría la Policía Nacional.
Cincuenta de ellos se encuentran en el centro de acogida de Utrillas y otros cuarenta en Cella, ambos gestionados por Cruz Roja Teruel. Su presidente, Antonio Soler, destacaba en una entrevista a Onda Cero que “el proceso se está desarrollando según lo previsto y ya son varias las familias que han pasado a una segunda fase de acogida, que tienen un trabajo y están buscando una vivienda".
Cruz Roja también atiende a otros ochenta refugiados acogidos en Andorra a través de un convenio con Forestalia. Se trata de un contingente muy numeroso, por lo que además de los voluntarios que habitualmente colaboran con la organización “ha sido necesario ampliar la plantilla para poder prestar la atención especializada que necesitan, incorporando psicólogos, trabajadores sociales y otros profesionales".
Mientras tanto, el colectivo de ucranianos afincados en Teruel continúa son su labor de recoger ayuda humanitaria y enviarla a la zona en conflicto, aunque de una forma mucho más organizada que en los inicios de la invasión.
Su portavoz, Tetiana Svyatetska, explicaba que además son muchos los que ya están volviendo a Ucrania con la esperanza de que la situación se vaya normalizando a finales de junio.
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