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La compañía Sceye que operará desde Teruel con aeronaves a gran altura ultima sus ensayos en Roswell La compañía Sceye que operará desde Teruel con aeronaves a gran altura ultima sus ensayos en Roswell
Una de las plataformas tipo zepelín de Sceye sale del hangar del Aeropuerto Internacional de Roswell, en Nuevo México, para su ascenso a la estratosfera el pasado 17 de mayo. Sceye

La compañía Sceye que operará desde Teruel con aeronaves a gran altura ultima sus ensayos en Roswell

Las instalaciones necesarias en el Aeropuerto estarán listas en 2025 y la inversión para los vuelos estratosféricos será de 35 millones
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Sceye, el fabricante de estaciones de plataformas de gran altitud (Haps) tipo zepelín que operará desde el Aeropuerto de Teruel en 2025, realizará desde el hangar de la compañía en el Aeropuerto Internacional de Roswell en la tercera semana de septiembre el cuarto y último vuelo a la estratosfera programado este año con el objetivo de demostrar la capacidad de permanecer en un área de operación con una gran variedad de cargas útiles para la conectividad, la observación de la Tierra y la investigación científica. Los ascensos realizados hasta el momento han servido para demostrar la fiabilidad del control automático de la presión de la aeronave para que pueda mantenerse en posición horizontal y en la dirección requerida.

El miércoles 16 de agosto, Sceye realizó con éxito desde Nuevo México la tercera prueba de vuelo estratosférico en tres meses y completó sus principales objetivos: lanzamiento y ascenso confiables, control de altitud y presión automatizado y comando más allá de la línea de visión.

Además, evaluó con éxito tres enlaces de datos de comunicación independientes y redundantes para la aeronaves. También se volaron múltiples cargas útiles, como un sensor infrasónico, un espectrómetro óptico de partículas portátil, una radiosonda y un prototipo de dispositivo de estudio de aerosoles.

Anteriormente, Sceye llegó a la estratosfera el 1 de julio y demostró una transición estable a una altitud de tono nivelado. “El objetivo principal de la prueba de vuelo era evaluar un nuevo método de lanzamiento que pudiera aumentar la fiabilidad durante la fase inicial de ascenso del vuelo y simplificar el procedimiento general de lanzamiento”, explicó la compañía. Además, la plataforma también llevó la primera cámara de alta resolución desarrollada internamente para el mapeo terrestre con socios como el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).

El 17 de mayo, Sceye había completado otro hito importante con el primer vuelo a la estratosfera de 2023, que sirvió para demostrar el control de altitud y la estabilidad de cabeceo, “que son capacidades clave para el mantenimiento de la estación en un área durante largos periodos de tiempo”.

“Estamos más que orgullosos del equipo por completar este hito que nos acerca aún más a proporcionar conectividad para los desconectados, así como observaciones de desastres naturales e infraestructuras terrestres”, argumentó la compañía fundada por Mikkel Westergaard.

Estabilidad de la plataforma

El director general de Sceye en España, Alfredo Serrano, explicó que los cuatro vuelos programados este año desde Roswell tiene como principal objetivo demostrar la estabilidad de la plataforma en su posición final estratosférica, al tiempo que se realizan mejoras en los procesos de ascenso y descenso, en el mantenimiento de la posición geoestacionaria y en su reubicación para atender situaciones especiales en caso de emergencia, como puede ser la observación de la evolución de un incendio, que ahora se realizan a través de comunicaciones redundantes por satélite.

Serrano indicó que los tres vuelos realizados hasta el momento este año han servido para demostrar que la aeronave despega “de forma muy vertical, así como el control automático de la presión del gas y la estabilización de la plataforma en posición horizontal”.

Y es que, según detalló, hay que gestionar las bolsas de helio que se ubican en su interior y que posibilitan su sustentación para conseguir que el aparato se mantenga en la posición más cercana a la horizontal. Con las operaciones realizadas el 16 de agosto, el 1 de julio y el 17 de mayo, han conseguido ubicarla a tan solo un grado, “cuando hubiéramos estado contentos con que se mantuviera a 10 dada la imposibilidad de controlar los vientos a esa altitud”, precisó.

El director general avanzó que el cuarto vuelo de este año está preparado para la tercera semana de septiembre aunque la fecha exacta está condicionada a disponer de unas condiciones meteorológicas ideales para el despegue.

Ventajas

En otro ámbito, Alfredo Serrano explicó que este cuarto vuelo debería servir para corroborar la consistencia de la operatividad y precisó que han conseguido acelerar el proceso de ascenso de la aeronave para que alcance los 20 kilómetros de altitud en menos de 90 minutos.

Esto supone una notable diferencia frente a otros modelos de haps de ala fija que utilizan motores de propulsión para ascender en espirales y que requieren entre 8 y 20 horas para llegar a la estratosfera, en función del fabricante.

Esto significa, según Serrano, que los zepelines de Sceye facilitan la seguridad del tráfico aéreo. “Esto es muy importante desde el punto de vista de la logística del control y de la seguridad dado que las haps de Sceye atraviesan la zona de tráfico aéreo (los aviones comerciales vuelan a unos 39.000 pies de altitud, esto es, entre 11 y 13 kilómetros)  en un tiempo mucho menor que las aeronaves que ascienden en espiral”, insistió.

En Roswell, la compañía no dispone de una zona de tráfico aéreo restringido de la que sí disfrutará en Teruel y el resto de hangares que proyecta la compañía se encuentran todavía en fase de ingeniería o construcción.

En cuanto a las cargas útiles y/o de pago para la observación de la Tierra, Sceye destacó la cámara fotográfica de alta resolución fabricada por Sceye en colaboración con exingenieros de la Nasa que proporciona una resolución de hasta 15 centímetros, que quieren reducir gradualmente hasta los 5 con el uso de la Inteligencia Artificial (IA).

Además de este tipo de cámara óptica, han probado sensores infrasónicos, espectómetros de partículas para detectar la presencia de gases de efecto invernadero y radiosondas para medir la velocidad del viento en la estratosfera, aparatos para el estudio de aerosoles, etéctera.

Servicios comerciales

Entre los primeros servicios comerciales que Sceye quiere ofrecer a mediados de 2024 se encuentran los mapeos de superficies en tres dimensiones. A día de hoy, estos se realizan con el “cosido de las imágenes” de una superficie de 2 kilómetros de ancho capturadas por aviones en vuelos de unos 10 kilómetros de distancia. Sus haps permitirán tener un ancho de entre 20 y 40 kilómetros, según Serrano.

Esto puede servir, por ejemplo, para mapear zonas propensas a sufrir incendios antes y después de que sucedan dado que conocer el calentamiento y la humedad del terreno puede ayudar a prevenirlos.

Serrano recordó que sus aeronaves también ofrecerán otros muchos servicios, como la detección de minerales debajo de la Tierra, la vigilancia del tráfico marítimo, la erosión de las costas, la medición de la polución...

En España, Sceye presentará próximamente un proyecto realizado con Indra y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) para investigar eventos climáticos severos.

El objetivo de la compañía ahora también es conseguir que la mayor parte de las imágenes capturadas desde la estratosfera se procesen a bordo de las propias aeronaves y no sólo a través de su envío a la Tierra.

 

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