El acto de reinauguración del Museo de Arte Sacro de Teruel tuvo lugar ante un buen número de asistentes
El Museo de Arte Sacro de Teruel reabre con un discurso expositivo renovado
Tras la reforma el espacio acoge menos piezas, pero mejor seleccionadas y organizadas
Tras más de un año cerrado por culpa de la pandemia, el Museo de Arte Sacro de Teruel reabrió esta semana sus puertas después de una profunda remodelación que realzará la calidad de muchas de las piezas que expone.
El obispo Antonio Gómez Cantero ejerció de anfitrión en la reapertura ya que, aunque desde marzo ocupa el obispado de Almería, hasta entonces era el titular de la diócesis de Teruel y Albarracín, y fue quien, junto al director del Museo que ocupa las dependencias del Palacio Episcopal, Pedro Luis Hernando, se ha ocupado de la remodelación.
El prelado no ocultaba su entusiasmo por la reapertura del Museo de Arte Sacro de Teruel, que definió como “un sueño que teníamos en mente y que se ha realizado en tiempos de pandemia”.
Gómez Cantero explicó que el público se reencontrará con un museo con piezas de gran calidad cuyo concepto expositivo se ha modernizado. “Hemos buscado que exista un diálogo entre las personas que vengan al museo y las propias piezas expuestas. Por eso hemos dejado algunos espacios diáfanos, para que no haya acumulación de piezas como ocurría en el siglo XIX, que entrabas en una pinacoteca y la pared estaba completamente llena de cuadros. Aquí hay espacio para que haya diálogo y reflexión”.
El equipo del museo ha realizado “una selección de las piezas que ya había”, explicó Gómez Cantero. “Ahora están expuestas las mejores y el resto están en los depósitos de la diócesis de Teruel y Albarracín. Se han incluido además algunas piezas contemporáneas, y se ha añadido una reproducción de la Casa del Obispo Fray León Villuendas Polo, que puede verse tal y como eran antes, con sus muebles y sus vajillas de época”.
Sobre las piezas expuestas, el director del Museo de Arte Sacro de Teruel, Pedro Luis Hernando, se mostró taxativo a la hora de afirmar que “en Teruel tenemos que estar muy orgullosos de las piezas que tenemos”. El historiador del arte y actual director del Centro de Estudios Mudéjares del Instituto de Estudios Turolenses habló de “esa losa que tenemos en Teruel, como si aquí no hubiera nada de valor, como si se hubiera perdido todo en la guerra”. “Pero aquí hay piezas de la misma calidad que en cualquier sitio”, insistió. “Aquí había gente rica que encargó trabajos a los autores más importantes de la época”, y por destacar alguna de las piezas que pueden verse en el nuevo Museo de Arte Sacro mencionó “la virgen de la Misericordia del siglo XV que es una tabla excepcional, que estuvo en una exposición en Lisboa donde había arte de toda Europa y fue la portada del catálogo. O un Cristo de marfil filipino, de las que solo existen tres o cuatro similares en toda España y me atrevería a decir que la nuestra es la de mayor calidad; o un grabado excepcional -firmado por Petrus Landry-, que no estaba expuesto hasta ahora, que procede de Gea de Albarracín y pertenece a una colección que se encuentra en el Louvre”. “Todo el mundo tiene que entender que tenemos piezas importantes, que este no es un museo cualquiera”, afirmó Hernando. “Este es un museo excepcional”.
Además en la planta superior se reproduce una librería antigua del siglo XVI, con algunos volúmenes de época y un escritorio, al pie de una pintura de Santa Teresa. En esa misma planta se exponen piezas relacionadas con la vida conventual. Como curiosidad, destacan unas habas que las monjas utilizaban para decidir con su voto secreto si una novicia podía o no incorporarse al convento.
También hay destacadas piezas de Mariano Benlliure y otras obras de la escuela valenciana de principios del siglo XX. En las piezas de metal aparecen pinturas sobre placa de cobre, una extrañeza que a finales del siglo XVII tuvo su auge. En el Salón del Trono, se han colocado dos vitrinas con orfebrería, aunque en el futuro se trasladarán a la sala capitular de la Catedral. Allí también podrán verse, según explicó Antonio Gómez Cantero, unas diez pinturas de Antonio Bisquert, prestigioso pintor valenciano del XVII, aunque ese espacio de la Catedral todavía no puede visitarse porque “aún se están acondicionando”.
Para actualizar el Museo de Arte Sacro de Teruel se ha trabajado además en la iluminación de las piezas y los espacios. Se han cegado los ventanales de las salas con tejidos dando continuidad a las paredes, para que la iluminación exterior no interfiriera en la contemplación de las obras que se iluminan con focos directos.
En cualquier caso el Museo de Arte Sacro ha buscado no solo modernizarse de cara a los turistas, sino remodelar y modernizar su discurso expositivo para los turolenses. Tanto si ya se conocía como si no, una visita al Sacro de Teruel es de obligado cumplimiento.
El obispo Antonio Gómez Cantero ejerció de anfitrión en la reapertura ya que, aunque desde marzo ocupa el obispado de Almería, hasta entonces era el titular de la diócesis de Teruel y Albarracín, y fue quien, junto al director del Museo que ocupa las dependencias del Palacio Episcopal, Pedro Luis Hernando, se ha ocupado de la remodelación.
El prelado no ocultaba su entusiasmo por la reapertura del Museo de Arte Sacro de Teruel, que definió como “un sueño que teníamos en mente y que se ha realizado en tiempos de pandemia”.
Gómez Cantero explicó que el público se reencontrará con un museo con piezas de gran calidad cuyo concepto expositivo se ha modernizado. “Hemos buscado que exista un diálogo entre las personas que vengan al museo y las propias piezas expuestas. Por eso hemos dejado algunos espacios diáfanos, para que no haya acumulación de piezas como ocurría en el siglo XIX, que entrabas en una pinacoteca y la pared estaba completamente llena de cuadros. Aquí hay espacio para que haya diálogo y reflexión”.
El equipo del museo ha realizado “una selección de las piezas que ya había”, explicó Gómez Cantero. “Ahora están expuestas las mejores y el resto están en los depósitos de la diócesis de Teruel y Albarracín. Se han incluido además algunas piezas contemporáneas, y se ha añadido una reproducción de la Casa del Obispo Fray León Villuendas Polo, que puede verse tal y como eran antes, con sus muebles y sus vajillas de época”.
Sobre las piezas expuestas, el director del Museo de Arte Sacro de Teruel, Pedro Luis Hernando, se mostró taxativo a la hora de afirmar que “en Teruel tenemos que estar muy orgullosos de las piezas que tenemos”. El historiador del arte y actual director del Centro de Estudios Mudéjares del Instituto de Estudios Turolenses habló de “esa losa que tenemos en Teruel, como si aquí no hubiera nada de valor, como si se hubiera perdido todo en la guerra”. “Pero aquí hay piezas de la misma calidad que en cualquier sitio”, insistió. “Aquí había gente rica que encargó trabajos a los autores más importantes de la época”, y por destacar alguna de las piezas que pueden verse en el nuevo Museo de Arte Sacro mencionó “la virgen de la Misericordia del siglo XV que es una tabla excepcional, que estuvo en una exposición en Lisboa donde había arte de toda Europa y fue la portada del catálogo. O un Cristo de marfil filipino, de las que solo existen tres o cuatro similares en toda España y me atrevería a decir que la nuestra es la de mayor calidad; o un grabado excepcional -firmado por Petrus Landry-, que no estaba expuesto hasta ahora, que procede de Gea de Albarracín y pertenece a una colección que se encuentra en el Louvre”. “Todo el mundo tiene que entender que tenemos piezas importantes, que este no es un museo cualquiera”, afirmó Hernando. “Este es un museo excepcional”.
Nueva museología
Las obras que se exponen en el nuevo museo se han seleccionado en función de grandes conjuntos. En color rojo se muestra las dedicadas a la redención, con las imágenes referidas a Cristo. El color azul está reservado para identificar la maternidad, La Virgen María y sus padres, San Joaquín y Santa Ana. Por su parte, el color verde ya en la planta superior del Palacio Episcopal identifica a los santos y mártires.Además en la planta superior se reproduce una librería antigua del siglo XVI, con algunos volúmenes de época y un escritorio, al pie de una pintura de Santa Teresa. En esa misma planta se exponen piezas relacionadas con la vida conventual. Como curiosidad, destacan unas habas que las monjas utilizaban para decidir con su voto secreto si una novicia podía o no incorporarse al convento.
También hay destacadas piezas de Mariano Benlliure y otras obras de la escuela valenciana de principios del siglo XX. En las piezas de metal aparecen pinturas sobre placa de cobre, una extrañeza que a finales del siglo XVII tuvo su auge. En el Salón del Trono, se han colocado dos vitrinas con orfebrería, aunque en el futuro se trasladarán a la sala capitular de la Catedral. Allí también podrán verse, según explicó Antonio Gómez Cantero, unas diez pinturas de Antonio Bisquert, prestigioso pintor valenciano del XVII, aunque ese espacio de la Catedral todavía no puede visitarse porque “aún se están acondicionando”.
Para actualizar el Museo de Arte Sacro de Teruel se ha trabajado además en la iluminación de las piezas y los espacios. Se han cegado los ventanales de las salas con tejidos dando continuidad a las paredes, para que la iluminación exterior no interfiriera en la contemplación de las obras que se iluminan con focos directos.
Entrada junto a la Catedral
La visita al Museo de Arte Sacro de Teruel se podrá realizar con una entrada conjunta a la Catedral de Santa María de Mediavilla. Por el momento y mientras persista situación sanitaria excepcional derivada de la pandemia, “el museo no se plantea todavía hacer visitas guiadas, que tendrán lugar tan poco como sea completamente seguro realizarlas”, según Pedro Luis Hernando.En cualquier caso el Museo de Arte Sacro ha buscado no solo modernizarse de cara a los turistas, sino remodelar y modernizar su discurso expositivo para los turolenses. Tanto si ya se conocía como si no, una visita al Sacro de Teruel es de obligado cumplimiento.
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