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El Museo de Arte Sacro aguarda la llegada de su obra más preciada: la tabla, dedicada a la Virgen María, se atribuye al pintor Michel Sittow El Museo de Arte Sacro aguarda la llegada de su obra más preciada: la tabla, dedicada a la Virgen María, se atribuye al pintor Michel Sittow
Pedro Luis Hernando, director del Museo con ‘La Virgen de la Misericordia’, otra de las grandes obras del centro

El Museo de Arte Sacro aguarda la llegada de su obra más preciada: la tabla, dedicada a la Virgen María, se atribuye al pintor Michel Sittow

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N.A.

El Museo de Arte Sacro de Teruel incrementará muy pronto sus ya valiosísimos fondos con una obra de relevancia internacional. Se trata de una pintura de estilo gótico que se atribuye al pintor flamenco Michel Sittow, quien trabajó a finales del siglo XV en la corte de los Reyes Católicos, y cuya calidad la convierte en una pieza de referencia de aquella etapa artística. La pintura es un óleo sobre tabla de madera de roble, de 104 por 75 centímetros, que representa la intercesión de la Virgen María ante Dios Padre y Jesucristo.

La obra, junto con otras piezas de arte, fue donada recientemente al museo turolense por las hermanas Carmelitas Descalzas del convento de San José y Santa Teresa de la ciudad, con el objetivo de que todo el mundo pudiera disfrutar de ella.

Si bien no existe un refrendo documental que ratifique la autoría de Michel Sittow y varios historiadores albergan sus dudas acerca de esta, diversos aspectos llevan a la historiadora del arte de la Universidad de Zaragoza María del Carmen Lacarra y al director del Museo de Arte Sacro de la capital mudéjar, Pedro Luis Hernando, a plantear la hipótesis de que la tabla sí fue pintada por este artista flamenco de origen estonio.

“Hay una obra en el Museo del Louvre, en París, que está atribuida a Michel Sittow y que tiene grandes similitudes con la nuestra, luego, esta también debería de ser suya teniendo en cuenta el contexto”, sostiene el director del Museo de Arte Sacro, Pedro Luis Hernando.

El trazo y la expresión de los ángeles junto a las veladuras de las nubes y la técnica de los fondos con una transparencia de capas, como si fueran velos, son detalles prácticamente idénticos a los de la tabla del museo del Louvre, explica Hernando.

Pero estas no son las únicas coincidencias entre la obra parisina y la turolense, pues el gesto de Dios Padre en la tabla del Louvre es completamente igual a la de Teruel y lo mismo sucede con el cetro que sujeta en la mano y las decoraciones del trono.

La tabla descubierta en Teruel y atribuida a Michel Sittow. Museo de Arte Sacro

En opinión de Pedro Luis Hernando, el único rasgo que podría “despistar” sobre la autoría de Sittow es el rostro de Cristo, que guarda una silueta más alargada en comparación con el resto de obras de este pintor flamenco.

Lo que sí es seguro, a juicio del responsable del Museo Sacro, es que la obra está realizada por un maestro y no por el alumno de un taller.

La calidad de los detalles, en las manos y la cara, con respecto a los vestidos y el fondo ratifica este planteamiento y demuestra que la tabla forma parte de un trabajo en equipo en el que, si bien participarían varios discípulos, fue el maestro el que realizó  la parte más importante y organizó a la cuadrilla de artistas.

La obra del Louvre

Coronación de la Virgen es el nombre que recibe la obra de Michel Sittow que cuelga de las paredes del Louvre. Una pieza que pertenece a un retablo encargado por Isabel la Católica y en el que trabajaron Juan de Flandes y Michel Sittow.

Tanto esta como la obra que han donado las hermanas carmelitas descalzas destacan por su gran calidad artística. Ambas, además, comparten puntos claves que permiten a Lacarra y Hernando determinar que la obra que se encuentra en Teruel sí pertenece a Michel Sittow.

Una pieza de gran valor

No solo Pedro Luis Hernando ratifica el gran valor de esta obra, otro historiador y guía del Museo de Arte Sacro de Teruel, Álvaro Cambra, opina que esta pieza es de una calidad “exquisita''.

“La delicada forma de trabajar los pliegues, cómo plasmó el velo de la Virgen mediante veladuras, los ángeles y querubines, que vemos cómo se van perdiendo en la lejanía y, aun así, su autor no descuida ni el mínimo detalle a la hora de definir sus rasgos faciales… Todo esto nos hace ver que es una obra de gran riqueza artística”, afirma Cambra.

El valor de esta obra ha hecho que el Gobierno de Aragón se haya interesado por ella y esté dispuesto a asumir parte del coste de su restauración.

La pieza viajará a Madrid próximamente para, bajo la tutela del Instituto del Patrimonio Histórico Español, ser sometida a diferentes estudios radiográficos, de pigmentos y químicos, y, posteriormente, recibir el tratamiento adecuado para que recupere su esplendor original.

Todavía es pronto para saber la cuantía a la que puede ascender la restauración de la obra, subraya Hernando.

Aparentemente, la pieza está en muy buen estado y estructuralmente no parece tener ningún problema, pero el director del Museo de Arte Sacro es consciente de que puede haber sorpresas y advierte: “El manto de la virgen parece que ha sido repintado, por lo que esto, sí finalmente fuera así, podría aumentar el coste de la restauración, pues habría que levantar capas de pintura”, sostiene el historiador.

La buena conservación de la obra se debe, en gran parte, a los cuidados que mantuvieron siempre con ella las religiosas  del convento de las Carmelitas descalzas, cuyas últimas representantes de la orden religiosa en Teruel dejaron el edificio el pasado invierno, tras más de 600 años de permanencia en la ciudad, para trasladarse a un monasterio más poblado en Valencia.

Una de ellas escribió en una etiqueta pegada al dorso de la pieza: “Este cuadro de la Santísima Trinidad es de mucha valía. En 1942 lo tasaron en 200.000 pesetas, por tanto hay que cuidarlo mucho”. Si el texto es sorprendente, mucho más lo es la firma de quien deja este recado: “Una indigna carmelita descalza de Teruel”.

“El valor devocional de la obra superó a las condiciones economicistas, las monjas no quisieron vender esta obra, la conservaron porque sabían que era de gran calidad”, afirma el director del museo de Arte Sacro poniendo en relevancia el gran  acto de generosidad de las Carmelitas que también donaron otros dos lienzos de Antonio Bisquert.

La joya de la colección

En palabras del propio director del museo, esta obra será la joya de la colección, incluso por encima de la pieza de la Virgen de la Misericordia que, ahora mismo, está expuesta en la galería. “La calidad en las expresiones de los personajes, el mensaje… Esta obra es de muy buena calidad y es capaz de atraer a mucho público”, explica Pedro Luis Hernando, de hecho, tal y como afirma, hay profesores e investigadores que ya se han interesado por la obra y están esperando a que se coloque la tabla para venir a verla expresamente. Hecho que ha dado pie a la dirección del museo para abrir un ciclo de conferencias en torno a la obra.

“Estamos pensando en hacer un ciclo de conferencias una vez que se restaure y se coloque en la colección; queremos llamar a expertos, a la doctora Lacarra la primera, y que nos digan su opinión sobre la tabla desde el punto de vista iconográfico y técnico”, explica el historiador.

Un momento que, aunque no saben con seguridad cuando llegará, esperan que sea en los próximos meses.

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