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El fenómeno de las comunidades energéticas se abre paso en Teruel con una experiencia pionera en Luco de Jiloca El fenómeno de las comunidades energéticas se abre paso en Teruel con una experiencia pionera en Luco de Jiloca

El fenómeno de las comunidades energéticas se abre paso en Teruel con una experiencia pionera en Luco de Jiloca

Tanto el Gobierno de Aragón como el central son partidarios de avanzar en nuevos modelos de consumo
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Con la crisis climática asistimos a un cambio de paradigma que, como en todas las transformaciones históricas que se producen, son complejos de ver al principio, pero acabarán siendo asimilados pronto y pasarán a formar parte de lo cotidiano sin tardar mucho. Ese es el caso de las comunidades energéticas, un fenómeno en ciernes impulsado por la transición ecológica y por el que apuesta la Comunidad Autónoma de Aragón frente al reto de las energías renovables. Los vecinos de Luco del Jiloca, pioneros en la región en esta materia, pondrán en marcha su huerto solar el próximo año, mientras que el Gobierno central acaba de aprobar el PERTE de energías renovables con el que quiere impulsar este modelo de producción energética desde las propias comunidades de vecinos.

En los últimos meses tanto el presidente de Aragón, Javier Lambán, como el vicepresidente y consejero de Industria, Arturo Aliaga, se han referido de manera constante a la necesidad de impulsar este modelo de producción energética para aprovecharse de los recursos del sol y el viento tan característico de la región.

Lambán lo ha incluido dentro del pacto sobre política energética que aspira a impulsar en Aragón, y que durante el Debate sobre el Estado de la Comunidad Autónoma resumió como “la aspiración de que Aragón se dote de un modelo energético propio”, que empodere a los territorios aprovechándose del “bochorno” y el “cierzo”, y que contribuya al abaratamiento del coste de la luz para los consumidores, y al asentamiento de empresas allí donde existen estos recursos, en lugar de limitarse a exportar esta energía para que sean otras provincias las que se beneficien como ha ocurrido tradicionalmente.

Reunión en Madrid

Así se lo ha transmitido Lambán a la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Lo hizo cuando se reunió con ella en Madrid a principios de septiembre y cuando la ministra viajó a Teruel capital en noviembre para asistir a los Diálogos sobre el Futuro de la España Despoblada organizados por Moncloa.

Es una idea que lanzó en julio pasado cuando el Gobierno de Aragón presentó el balance de mitad de legislatura, y en lo que insistió ante la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, cuando se firmó el Fite, además de recordarlo cada vez que tiene una oportunidad.

El modelo que se pretende impulsar busca que sean las propias comunidades asentadas en un territorio, o los empresarios de un polígono industrial por ejemplo, los que generen su propia energía renovable de kilómetro cero, con lo cual abaratarán sus costes en un mercado energético tan variable, además de contribuir así a la descarbonización de la economía. Los excedentes se podrán verter a la red y beneficiarse de ello.

Desde Aragón se está trabajando en un plan piloto para impulsar estas comunidades energéticas locales, sobre las que Lambán ya avanzó en septiembre pasado que en Platea y Andorra se estaban desarrollando proyectos en ese sentido.

Impulso en la Comunidad

El vicepresidente aragonés, Arturo Aliaga, señaló el pasado jueves a este periódico que desde la Dirección General de Energía y Minas se está trabajando con los departamentos de Presidencia y de Agricultura con el fin de identificar algunos municipios y lugares concretos donde impulsar proyectos de este tipo.

Aliaga aseguró que se están analizando proyectos específicos como los de Platea y Andorra, y que se está trabajando en esa línea con el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) y otros organismos especializados. El consejero precisó que hay que concretar todavía cuestiones jurídicas y definir los proyectos de generación de energía “para que cuando salgan las convocatorias se presente un proyecto realizable”.

El vicepresidente aragonés incidió en que la aprobación del PERTE de las renovables es un “hito fundamental” para poder impulsar las comunidades energéticas en la Comunidad Autónoma. “Creo que las directivas europeas lo dejan bien claro que es el futuro, y el hecho de que el Gobierno de España en toda la política de transición hable de autoconsumo lo ratifica”, dijo Aliaga, quien comentó que ha habido reuniones en algunos polígonos industriales para impulsar iniciativas de este tipo mediante la instalación de placas solares, como es el caso del proyecto piloto para hacerlo en Platea.

Recursos públicos

“Es un tema que está ahora despegando y que vamos a estar muy pendientes porque va a haber recursos públicos para democratizar tanto la producción como el consumo de energía y que los ciudadanos, como decían las directivas, puedan participar en un bien escaso y que es de utilidad pública, la energía eléctrica”, añadió Aliaga, quien recordó que el mes pasada su departamento ya convocó una línea de ayudas de casi 23 millones de euros para incentivar el autoconsumo energético, cuyo plazo de presentación de solicitudes está abierto todavía pero la semana pasada había ya más de dos mil expedientes presentados para optar a ellas.

El consejero señaló que es una prueba del interés que hay en la sociedad por participar en estos proyectos tras haberse disparado los precios de la factura de la luz, además de abrirse con ellos “un camino importante de descarbonización de la economía”.

El PERTE de las renovables aprobado hace dos semanas por el Consejo de Ministros prevé movilizar desde el sector público numerosos recursos en energías limpias, hidrógeno renovable y almacenamiento, con una aportación de más de 6.900 millones de euros que se prevé que atraerán una inversión privada cercana a los 9.500 millones.

El pasado viernes el Boletín Oficial del Estado publicó ya las primeras ayudas del PERTE de renovables, impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) para proyectos piloto de comunidades energéticas. La convocatoria destinará 40 millones de euros a proyectos piloto de comunidades energéticas, que deberán impulsar la innovación social y la participación ciudadana en renovables, eficiencia energética o movilidad eléctrica.

El objetivo de las comunidades energéticas es promover un modelo de consumo energético alternativo que tenga en cuenta las renovables, pero también una gestión comunitaria de la energía. Dentro de ese ámbito, una de las posibilidades que tienen las comunidades energéticas es acometer instalaciones de autoconsumo colectivo, de manera que a través sobre todo de placas fotovoltaicas se abastecen de su propia energía y los excedentes se vierten a la red.

Una manera de gobernanza

Carlos Pesqué, responsable de comunidades energéticas en la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), asegura que las comunidades energéticas “no son un concepto técnico sino una manera de gobernanza cuando una serie de personas en el ámbito local se agrupan para desarrollar proyectos energéticos para generar beneficios ambientales o sociales a la comunidad local donde se desarrolla”.

Pesqué ha impartido varias charlas sobre comunidades energéticas por toda la Comunidad Autónoma en los últimos meses por encargo del Gobierno de Aragón. En la provincia de Teruel lo ha hecho, además de en la capital, en Tramacastilla, Torrevelilla, Gargallo, Alcalá de la Selva y Castellote, entre otros sitios. Asegura que la gente ha sido “muy receptiva” porque “es algo que interesa mucho en el ámbito rural, ya que son los pueblos los que van a liderar esta transición energética”.
 

Huerto solar instalado en una era en lo alto de Luco de Jiloca, un proyecto pionero de comunidad energética en Aragón


En la provincia de Teruel los vecinos de Luco del Jiloca, pedanía de Calamocha, ya se han puesto en ello y son pioneros en la creación de una comunidad energética local sin ánimo de lucro para impulsar su propia instalación de autoconsumo colectivo que empezará a funcionar el próximo año, y que el técnico de Ecodes destaca como un proyecto de referencia a tener en cuenta y que pueden seguir otras localidades pequeñas. “Uno de los que han impulsado esta comunidad energética asistió a uno de estos talleres que dimos para el Gobierno de Aragón y a partir de ahí empezaron a trabajar en eso”, comenta Pesqué.

Comunidades energéticas

Las comunidades energéticas se organizan con la premisa de buscar beneficios para la comunidad de distintas maneras. Algunas abordan la pobreza energética, de manera que un porcentaje de energía de sus proyectos se destina a familias sin recursos, otras se articulan para realizar talleres, aulas de energía o desarrollar proyectos de vehículos eléctricos para uso compartido. Además, pueden optar a la construcción de una instalación de autoconsumo colectivo, que es lo que han hecho los vecinos en Luco del Jiloca, para abastecerse de su propia energía.

Según Pesqué, el retorno de la inversión realizada en una de estas instalaciones tarda de 4 a 7 años, según el proyecto, y la vida útil oscila entre los 25 y los 30 años. “Económicamente es algo muy rentable, porque aparte del ahorro económico, tienes una protección frente a los vaivenes del precio de la electricidad”, argumenta.

Con independencia de que una comunidad energética albergue una instalación de autoconsumo, se trata con estas iniciativas de “fomentar el empoderamiento de las personas de una forma activa en el modelo energético e impulsar la participación ciudadana”, explica el responsable de comunidades energéticas de Ecodes, quien recuerda que “una parte importante de los fondos europeos van a ir  destinados a este cambio de modelo energético, en parte relacionado con el ahorro de emisiones y en otra con la mejora de la eficiencia energética”.

Es un modelo que arranca ahora pero que se espera que se extienda rápidamente. “Esto es como todo, al principio son cosas muy buenas y hay ayudas para que los pioneros lo hagan, dentro de un tiempo cuando esté muy implantado dejará de haber ayudas y a lo mejor dentro de unos años es algo obligatorio”, considera Pesqué.

Pioneros en Luco del Jiloca

Entre los pioneros, los vecinos de Luco del Jiloca ven ya cómo su proyecto de instalación de autoconsumo colectivo será pronto una realidad. En una era de la parte alta de esta pedanía rural de Calamocha, han instalado un huerto solar con 92 placas fotovoltaicas de las que se abastecerán durante el día, mientras que por la noche tendrán que seguir dependiendo de Endesa para tener luz en sus hogares.

Carlos Martín, uno de los jóvenes que han impulsado esta comunidad energética, explica que están pendientes de que Endesa les enganche a la red, porque el resto de la instalación ya está hecha. Para poner en marcha esta comunidad energética han creado la cooperativa Luco Energía, que de momento cuenta con 27 socios y que incluye una empresa del pueblo y al Ayuntamiento de Calamocha.

“Esperamos que a partir de febrero o marzo podremos disfrutar de nuestras placas”, afirma Martín, un año después de que empezaran a trabajar en esta iniciativa. Cuenta que al principio costaba que los vecinos entendieran el proyecto por resultar tan pionero, pero destaca que muchos se implicaron por el hecho de “apoyar algo bueno para el pueblo”. La potencia total instalada es de 60 kilovatios, aunque de momento han colocado placas para disponer de 50, que es la demanda que existe a partir de lo que cada socio ha solicitado.

Instalaciones

Martín afirma que la instalación tiene una vida de 25 años, supondrá un ahorro del 50% de la factura eléctrica y quienes viven de forma continua en Luco amortizarán la inversión que han hecho en tres años. Tendrán que pagar solo por lo que se excedan de la potencia que les corresponde de día, o por lo que consuman de noche, ya que de momento no van a tener acumuladores.

Cada socio dispondrá de una aplicación en el móvil para que sepa lo que se está generando y consumiendo en cada momento y así poder organizarse, y el excedente se verterá a la red general y dará beneficios a la cooperativa, que se destinarán al mantenimiento de las instalaciones y a los proyectos que acuerde poner en marcha la propia comunidad.

“Al final no te independizas de la red, lo que haces es que te empoderas, porque tienes tu capacidad de gestión y de maniobra”, argumenta Martín, quien precisa que tal vez en el futuro con los excedentes que tengan puedan tener también consumo nocturno, a la espera de que las baterías para almacenar energía también mejoren con el tiempo.

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