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Dos meses después del derrumbe del bloque de San Francisco, los vecinos esperan saber cómo se hará el desescombro Dos meses después del derrumbe del bloque de San Francisco, los vecinos esperan saber cómo se hará el desescombro
El portavoz de los vecinos del número 21 de la calle San Francisco explica cómo se han organizado los afectados

Dos meses después del derrumbe del bloque de San Francisco, los vecinos esperan saber cómo se hará el desescombro

El Ayuntamiento de Teruel está pendiente de recibir el proyecto redactado por una empresa especializada
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Este 13 de agosto se cumplen dos meses desde que el Edificio Amantes colapsó en medio de la calle San Francisco de Teruel. Fue durante apenas unos segundos y una vez desalojados los pisos del edificio del número 21 y los inmuebles colindantes. Solo unos instantes después de que salieran los bomberos y la policía local del número 19, la finca vecina se vino a bajo.

No se saben las causas y tardarán en esclarecerse pero lo más importante es que ninguna persona sufrió daños personales. Eso sí desde aquella noche 80 personas, que vivían en los números 19, 21 y 23 han cambiado de domicilio. Primero se alojaron en casas de familiares, hoteles y en el albergue de Cáritas, en el antiguo colegio San Nicolás del Bari. Luego, fueron ocupando las viviendas que el Ayuntamiento les fue facilitando. Antes de las fiestas de la Vaquilla estaban todos realojados en el que iba a ser sus nuevos hogares.

Dos meses después los escombros provocados por el derrumbe continúan en el solar y ocupan también parte del patio interior del número 23, donde hubo que desalojar 11 viviendas a donde todavía no se ha podido volver porque los escombros apoyan en su pared. Además, se ha declarado la ruina parcial del número 19 y sus vecinos están muy preocupados por esta orden.

La retirada de los escombros será una tarea complicada y delicada. Una empresa de Madrid ha llevado a cabo un plan de desescombro después de haber realizado una serie de sondeos. De lo que ha transcendido, se sabe que está previsto retirar los escombros por capas y trasladarlos a una campa o almacén, para que los vecinos puedan recuperar objetos personales. El Ayuntamiento de Teruel confía en contar con ese documento esta próxima semana y ponerlo a disposición de los afectados.

Bajo los escombros

Bajo los escombros están los restos de 21 viviendas, aunque no todas estaban ocupadas. Según los datos del Ayuntamiento eran 42 personas que vivían en 16 pisos. Además, había dos plantas de garaje con un total de 25 plazas, muchas de ellas no estaban ocupadas por vecinos del bloque, sino por otros ciudadanos que las tenían alquiladas o las habían adquirido en su momento. Durante la mañana del fatídico 13 de junio hubo conductores que pudieron sacar sus vehículos pero otros no. Bajo los escombros hay siete vehículos y un mini remolque, además de los restos de un almacén de una tienda situada en el Centro Histórico turolense, que se había instalado en 2021 en uno de los dos bajos del número 21.

En estos dos meses los vecinos se han ido organizando en una plataforma para hacer frente a una tarea ingente para esclarecer los hechos, dirimir responsabilidades y recuperar trocitos de un pasado hecho añicos. “Hemos organizado un pequeño grupo de trabajo que se encarga de la gestión, el papeleo, la recopilación de información, las reuniones, la comunicación con la prensa y a través de las redes sociales,” explica su portavoz, Javier Carbó, propietario de una de las viviendas que colapsó. En este momento lo que reclaman es contar con la máxima información que puedan recopilar para poder contratar gabinetes técnicos y jurídicos que necesitan para avanzar en la investigación de las causas. La demarcación de Colegio Oficial de Arquitectos les ha asesorado para contactar con profesionales  en este tipo de casos.

Vuelco

La ciudad se ha volcado con los damnificados desde el primer momento. La Federación de Vecinos se puso a su disposición para gestionar la ayuda que los propios turolenses les quería hacer llegar y posteriormente firmó un convenio para canalizar la ayuda económica a través de un número de cuenta. Las asociaciones de comerciantes ofrecieron su ayuda, con medidas diversas. El Centro Comercial Abierto les facilitó aquellas primeras necesidades  que iban surgiendo con unos cheques para la adquisición de artículos. Igualmente, Asempaz  y sus asociados ofrecieron ayuda desde el primer momento y ACESTeruel aporta su granito de arena. En sus establecimientos se pueden encontrar el QR o número de cuenta para la canalización de las ayudas. Las entidades financieras ofrecieron condonaciones de la deuda a los clientes que tuvieran hipotecas con ellos.

Asociaciones, comercios y empresas han querido sumarse a la causa. Durante la Vaquilla las peñas recaudaron fondos con la instalación de huchas y en los pueblos, algunos de ellos lugares de procedencia de los vecinos de la calle San Francisco, también se han establecido mecanismos para recaudar dinero. Este mismo fin de semana en Festifalk se anima a aportar “un granito de arena”. También hay empresas interesadas en contribuir de forma solidaria con la causa.

Carbó recuerda que la recaudación se destinará a gastos comunes a los que tengan que hacer frente en este proceso: informes, tasas, documentación complementaria, las costas que pueda originar posibles juicios...

Crédito

Paralelamente, el Ayuntamiento de Teruel, va a suscribir en los próximos días un crédito a largo plazo de 1,6 millones de euros para hacer frente a los gastos originados por este suceso. Desde el primer momento se puso a disposición de los afectados, les atendió, les ayudó con tramitaciones y sobre todo les buscó un hogar. Ahora se va a hacer cargo del desescombro, independientemente de que en el futuro se tengan que dirimir responsabilidades.

Sin conocerse las causas que originaron el colapso de un edificio de 49 años, lo ocurrido en la calle San Francisco ha puesto de manifiesto los problemas que origina el agua en su entorno y en otras zonas próximas como humedades, filtraciones, grietas o desprendimientos en garajes, bajos, pisos y espacios comunes públicos y privados. Los vecinos, bajo el paraguas de las asociaciones del Carmen y de San Julián, se han puesto a trabajar para recopilar las deficiencias detectadas y trasladarlas al Ayuntamiento, que por su parte ya a encargar los trabajos de un georradar.

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