Cinco profesores del campus de Teruel denuncian desde el arte el cambio climático
Participan en la colectiva ‘Barrio y Agua’ en MurciaTreinta artistas de diferentes lugares del mundo dan forma al agua y el barro en una exposición en Blanca (Murcia) que pretende ser un toque de atención, un clamor acaso, contra las consecuencias del cambio climático. Seis profesores de la Universidad de Zaragoza, entre ellos cinco del campus de Teruel, aportar su particular visión en este campo.
Se trata de Bartolomé Palazón, que además es coordinador de esta exposición, Carmen Martínez Samper, Joaquín Escuder, Manuel Adsuara y Rafel Arnal, quienes, junto a Víctor Ligorred, también de la Universidad de Zaragoza, y otros artistas españoles, japoneses, mexicanos, brasileños y portugueses presentan hasta el 5 de marzo Barro y Agua, en la Fundación Pedro Cano de Blanca (Murcia). La muestra está comisariada por Juan García Sandoval, director de Museo de Bellas Artes de Murcia, está formada por una gran diversidad de propuestas desde el arte contemporáneo, en diferentes disciplinas, técnicas, soportes y materiales.
Barro y agua aborda y denuncia la situación a las que se está viendo abocado el medioambiente en numerosos puntos del planeta, en especial mares, ríos y ecosistemas acuáticos, como consecuencia de los efectos del cambio climático. Las propuestas artísticas que presentan los creadores van de lo más conceptual a lo puramente figurativo, con piezas instalativas, pintura, escultura, videoarte o fotografía.
“Lo que nos une es el agua y el barro”, según señaló el comisario Sandoval durante la inauguración de la muestra al periódico local Murciplaza. “La exposición ofrece a los artistas una salida para explorar sus ideas, emociones y experiencias, abierta a la interpretación. Actúa como un estímulo para suscitar conversaciones y reflexiones sobre temas de actualidad y asuntos sociales de múltiples índoles”.
Campus de Teruel
Entre los artistas del campus de Teruel de la Universidad de Zaragoza, Bartolomé Palazón, de origen murciano y que además coordina esta exposición, presenta la instalación Tajo seguro y la escultura Agua bendita. La primera destaca la importancia del agua para la subsistencia del Levante español. El artista plantea la siguiente reflexión: “Según las políticas sociales, económicas y culturales se prevé que el transvase Tajo-Segura desaparezca en 2027. Y lo que hoy día se riega con este agua será sustituida por agua desalada. ¿Son necesarias estas actuaciones cuándo el agua es un bien natural y no pertenece a nadie en concreto?”.
Por su parte, Agua bendita representa los rituales y oraciones de determinadas culturas evocando la llamada de la lluvia en zonas áridas. “El elemento del botijo presentado aquí como una estructura lineal que hace alusión al cuarteamiento de la tierra sedienta por la escasez de agua, alberga en su interior una imagen religiosa, que simboliza el agua bendita como algo curativo”, afirma Palazón.
La turolense Carmen Martínez Samper aporta la fotografía Alfarería del agua I, una pieza que hace referencia al consumo del agua de boca en el medio rural. Según la artista, “me cuestiono tanto el valor de la pieza como continente, como objeto propio de la cultura tradicional, como el propio valor del contenido”, que en este caso es agua fresca para beber.
Por su parte, Joaquín Escuder presenta dos óleos sobre lienzo, titulados Destello negro I y Destello negro II. Son dos pinturas conceptuales pertenecientes a una misma serie, en las que el artista plasma sus procesos de pensamiento a través de estructuras geométricas producidas por el propio gesto pictórico manual.
Manuel Adsuara expone en Blanca (Murcia) una escultura, S/T, creada en madera de iroco formando dos prismas rectangulares en forma de T, que pone en relación el nexo del agua y la Tierra con la cultura. Sobre su obra, Adsuara explica que “la dualidad barro y agua siempre ha sido un elemento básico de las civilizaciones. En la escultura el hueco y el vacío forman una simbiosis desde las vanguardias a nuestros días”.
Además Rafel Arnal aporta una pieza de videoarte titulada Hommage à trois à Amy Greenfield, en la que el cuerpo humano lleva su expresividad al límite gracias a la combinación entre el agua y el barro.
Por último, Víctor Ligorred presenta el óleo sobre lienzo Marboré, inspirada en la cumbre del macizo de Monte Perdido, en el Pirineo oscense. Se trata de una imagen vibrante, con numerosos registros plásticos como frotados, empastes o raspados, que muestran la naturaleza en plena erupción, con una imagen del pico Marboré en plena tormenta invernal.
El resto de artistas participantes en Barro y Agua son en su mayoría docentes de universidades como la de Elche, Granada, Murcia, Valencia y Sevilla, en España, junto a la Presbiteriana Mackencier de São Paulo (Brasil), la de Bellas Artes de Lisboa (Portugal) y la Autónoma de San Luis Potosí (México). Firman como Aaron, Ana Solís Cuesta, Antonio García López, Carolina Vigna, Claudia Andrade, Damián Lajara, Daniel Tejero, DeAlbacete, Dora Iva Rita, Enric Oliver, Francisco José Sánchez Montalbán, Ilidio Salteiro, Jesús Montoya Herrera, José Mayor, Keiko Kawabe, Mª José Zanón Cuenca, Manolo Moreno, Marcos Rizolli, Natividad Navalón, O.R.G.I.A. (Carmen G. Muriana, Beatriz Higón y Tatiana Sentamans), Olegario Martín Sánchez, Olga C. Rodríguez Pomares, Paco Araujo, Rafael Peralbo, Regina Lara, Teresa Cháfer y Torregar.
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