Sara Maynar, que había sido la primera mujer de Aragón en licenciarse en Derecho, obtuvo una segunda licenciatura en Madrid, esta vez en Filosofía y Letras. A partir de ahora, inició su periplo por la docencia empezando en la Universidad de Zaragoza como auxiliar de clases prácticas de Derecho Internacional y Derecho Administrativo en los cursos 1939-41, pero lo suyo era la enseñanza de las letras entre los jóvenes, no de las leyes
Así que, como profesora interina, inició sus clases en el Instituto de Educación Secundaria de Calatayud y cinco años más tarde, en 1944, obtuvo por oposición la plaza de adjunta de Lengua Griega en el Instituto de Teruel donde permanecerá como profesora durante seis años, hasta 1950, y donde también estuvo encargada de la cátedra de Filosofía y Psicología de la escuela Normal.
Por su parte, Pilar Narvión tuvo un contacto muy directo y temprano con la prensa a través de su tío de Alcañiz, el periodista Mariano Romance, al que ella le dedica numerosos elogios en las entrevistas que mantuvo con el periodista turolense Juan Carlos Soriano: “Mi tío Mariano Romance fue el creador de la mitad de los periódicos que se publicaron en el Bajo Aragón a lo largo del siglo XX, editaba por entonces uno que se llamaba “Amanecer” (1933) y tenía la redacción en la plaza de Cabañeros”.
El infatigable Mariano Romance Roda, prototipo del periodista dedicado en cuerpo y alma al oficio, anteriormente había publicado y dirigido “La Voz de Alcañiz” (1928-1930) y más tarde fundó y dirigió “El Regional” (Alcañiz, 1935-1936), “periódico independiente”, ni portavoz ni órgano de partido alguno. Fueron empresas que le condujeron prácticamente a la ruina porque quiso mantener el equilibrio político e insistir en la independencia de sus diarios en un momento histórico como la II República donde era difícil mantener la neutralidad.
Pilar continuaba deshaciéndose en elogios hacia su tío: “Era digno sucesor de Nipho, aquel polígrafo alcañizano del siglo XVIII que con sus papeles periódicos, como se decía entonces, fue el introductor en España del periodismo diario. Recuerdo que con siete años iba a ayudar a mi tío. Yo era su único redactor…Bueno, si es que podía llamárseme redactora, porque mi trabajo consistía en dictar el nombre de todos y cada uno de los suscriptores y él escribía las fajas para mandarles el periódico. (…) Pero no sólo hacía trabajos de redacción, también debuté como reportera. Mi tío me mandaba a la fonda de los Morera para que le informara sobre las personas que llegaban y se marchaban de Alcañiz. En la parte baja de la fonda paraba el autobús que comunicaba el centro urbano con la estación de ferrocarril, que está bastante lejos del pueblo…” Ella se dedicaba a apuntar el nombre de todas las personas que venían o se iban de Alcañiz que luego aparecían en el periódico de Romance.
Posteriormente empezaría sus estudios en la Escuela de Periodismo de Madrid donde se graduó. Al finalizar la carrera se incorporó al periódico “Pueblo” allá por los años 50. Fue la primera mujer de la redacción y aunque empezó como cronista de sociedad –la única salida que brindaba este oficio a las mujeres en los años de posguerra-, muy pronto trascendió aquellos artículos donde hablaba de las marquesas y de los señoritos.
Narvión fue corresponsal en Roma durante dos años (1956-1958), momento que coincidió con la firma del Tratado constitutivo del Mercado Común y el de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA o Euratom) en la ciudad. En 1958 la trasladaron a París, y fue ella quien relató la proclamación de la Quinta República y quien narró de primera mano el Mayo Francés o las consecuencias que tuvo la guerra de Argelia en Francia. En 1973 volvió a España y una vez aquí, su pluma fue testigo del asesinato de Carrero Blanco y un par de años después, de la muerte de Franco. Desde el final de las Cortes franquistas y hasta el triunfo del PSOE en 1982, Narvión vivió y contó la Transición española desde primera línea, inclusive el 23-F, único momento de su carrera en el que reconoció haber sentido miedo.
Sara Maynar debió de viajar fuera de España tanto o más que Pilar Narvión porque, como experta esperantista, asistió a numerosos congresos, entre ellos uno en Japón, y estableció importantes contactos internacionales entre colegas seguidores de la lengua universal.
Pero no solo eso, en Alcañiz y fuera del horario escolar, impartió clases gratuitas de esperanto a los y las jóvenes. Tal fue su dedicación a esta tarea que, desde Zaragoza, un buen número de miembros de “Frateco”, la principal asociación esperantista de esta ciudad, se desplazaron a Alcañiz para homenajear a Sara por su labor en favor del esperanto.
Volviendo al encuentro de marzo de 1974, Sara Maynar, entonces teniente-alcalde del Ayuntamiento de Alcañiz, actuó como anfitriona de Pilar y ambas se fundieron en un abrazo, reconociéndose mutuamente la valía y la personalidad. Sara falleció en Burbáguena (Teruel) en cuya residencia de mayores compartió los últimos días con su hermana, mientras que Pilar lo hizo en Madrid.
- Temas turolenses lunes, 24 de mayo de 2021
Isabel de Borbón, ‘La Chata’, de viaje por Teruel
- Temas turolenses lunes, 13 de marzo de 2023
El encuentro de Sara y Pilar, dos alcañizanas de renombre (I)
- Temas turolenses miércoles, 26 de mayo de 2021
Vicens, Iranzo y las bibliotecas de Teruel (I)
- Temas turolenses lunes, 12 de septiembre de 2022
Carbonell, amigo, hace dos años