Solitaria oreja de Sánchez Vara en Andorra con Javier Castaño sustituyendo a Chacón

Con algo menos de media plaza en tarde soleada, se lidiaron toros salmantinos de Hermanos Cambronell, que sustituyeron a los de la ganadería titular de Lagunajanda, correctos de presentación, sosos y faltos de bravura.

A las 17.28 horas de la tarde, el torero portugués Diego Peseiro, de blanco y oro, tomó la alternativa con el toro Cableado, sardo salpicado y bragado, marcado con el 12 en su costillar. Peseiro quiso agradar con alguna tanda estimable por la derecha y cuando le pudo, el toro se aquerenció en tablas. Mató de estocada entera, tuvo leve petición y dio una vuelta al ruedo como nuevo matador de toros.

Sánchez Vara, de caña y oro, tuvo que tirar de su larga experiencia para poder cortar la única oreja del festejo ante otro toro falto de bravura. En la segunda tanda, el toro cantó la gallina y quiso irse a tablas, pero el alcarreño supo sacarle todo lo que tenía al de Cambronell.

Javier Castaño, de azul oscuro y oro, que hacía su presentación en esta plaza, sacó a relucir su toreo clásico ante otro animal rajado, que puso en apuros al banderillero en el tercio de banderillas, tirándole al suelo y poniéndole los pitones en el cuello y la tragedia voló sobre el coso andorrano, quedando al final solo en un susto.

Castaño mató de pinchazo hondo, pero el animal tardó en caer y de poder obtener premio, su labor fue correspondida por palmas del respetable.

En cuarto lugar, salió otro toro abanto al que Sánchez Vara paró por verónicas rematadas con media verónica. El tercio de banderillas fue de lo más vistoso de la tarde y Vara invitó al nuevo matador a poner banderillas. Peseiro clavó al violín y el alcarreño no se quedó atrás con otro similar. El toro tenía poco recorrido y el torero de Guadalajara tuvo que poner de su parte para que la faena tuviera interés. A mitad de faena, el público empezó a pedir música, pero, incomprensiblemente, la banda se había ido de la plaza de toros. Mató de pinchazo y estocada y la faena fue silenciada.

El quinto toro fue el animal más fuerte de la corrida y el veterano torero leonés tuvo que hacer todo para sacarle lo que tenía al de Hermanos Cambronell. Lo finiquitó de pinchazo y el tercero de su cuadrilla se enredó con la puntilla, por lo que su labor fue silenciada.

Reseñar que en la lidia de este toro, su otro banderillero lidiador, al poner su primer par de banderillas, fue empalado por el muslo izquierdo tirándole al suelo, donde afortunadamente no pasó nada más.

Para cerrar el festejo, saltó a la arena un toro castaño, al que Peseiro toreó a la verónica con rodilla en tierra, consiguiendo levantar de sus asientos al tendido andorrano.

Brindó su faena al público, destacando las ganas del nuevo matador, a base de toreo de cercanías y desplantes. Lo pasaportó de dos pinchazos y estocada entera y el respetable lo premió con una vuelta al ruedo.