Andorra se dotará de una ordenanza municipal de ruidos a instancias del Justicia

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Andorra acordó la redacción de una ordenanza en materia de ruidos y contaminación acústica en respuesta a la sugerencia planteada por el Lugarteniente del Justicia de Aragón, Javier Hernández, después de que este recogiera una queja presentada por un vecino del pueblo.

El acuerdo de gobierno recoge cada una de las recomendaciones planteadas desde la institución aragonesa, de manera que, además de ordenar la redacción de una ordenanza, el consistorio formará a los agentes de la Policía Local y les dotará de las herramientas adecuadas para que puedan realizar mediciones de decibelios (dBA) en el casco urbano de Andorra.

El texto de la Junta de Gobierno del 13 de abril también recoge que, “en la medida de nuestras posibilidades, se organizarán eventos festivos lo más lejos posible de las zonas residenciales”, comentó el alcalde en funciones, Joaquín Bielsa. Esta cuestión, también figuraba, junto a todas las anteriores, en la sugerencia que trasladó el Lugarteniente del Justicia de Aragón en una reciente resolución.

El regidor no pudo precisar los plazos en los que la ordenanza estará redactada, puesto que “queda un mes y medio para el cambio de Corporación y es un tiempo muy limitado”. No obstante, subrayó que “al tratarse de un acuerdo de la Junta de Gobierno, entendemos que la Corporación saliente atenderá la decisión que se ha adoptado y seguirá adelante con la redacción del texto”, enfatizó.

Bielsa señaló que Andorra cuenta con una mínima regulación en materia de ruidos, y que la intención es “completarla y mejorarla”.

Sugerencia

La sugerencia del Lugarteniente del Justicia se produjo como consecuencia de una queja presentada ante la institución por un vecino en septiembre del año pasado con motivo de una fiesta en el pabellón municipal los días 27 de agosto y 3 de septiembre, en los que el vecindario sufrió “un ruido persistente que alcanzaba valores superiores a los 30 decibelios (dBA) en el exterior” de la zona residencial, según el querellante. La situación en la que se vio afectado el vecino no se vio minorada, según denunció, ni cerrando y bajando ventanas y persianas ni recurriendo a protección auditiva.

El afectado argumentó situación de “indefensión” tras haber comprobado que “no existe en el municipio de Andorra ninguna ordenanza municipal relativa a emisiones acústicas, ni se ha establecido ningún mapa de ruido en el municipio”. Además, denunció que tampoco hay “servicio de la Policía Local en horario nocturno, salvo en muy escasas excepciones, no consta en el servicio ninguna solicitud de permiso de ninguna entidad para la actuación causante del ruido en las fechas señaladas” y, además,  criticó que “la Policía Local no dispone de recursos para evaluar el nivel de ruido de las emisiones acústicas”.

Atendiendo a esta queja, la sugerencia de la institución instaba al consistorio a la elaboración de una ordenanza de ruidos y a que se dotara a los miembros de la Policía Local de Andorra de las formación necesaria y de los medios técnicos oportunos para que puedan llevar las mediciones de ruidos correspondientes. Asimismo, añadía que el Ayuntamiento debe “evitar la celebración de eventos que, por molestias debidas al ruido, alteren el pacífico descanso de los vecinos y, para casos como el que es objeto de queja, se valore la posibilidad de ubicar este tipo de actos nocturnos en otra zona de la localidad que se encuentre más alejada de la zona residencial”.

La propuesta remitida por el Lugarteniente del Justicia al consistorio se produjo después de haber mantenido una comunicación “diligente’ con éste durante la cual se aclaró que las dos fiestas organizadas en el pabellón se correspondían con actos previos a las Fiestas patronales, que tienen lugar la segunda semana de septiembre.