Diez y pico de la noche. Los críos duermen, el calor aprieta sin piedad. Las aspas del ventilador tan solo despiden un aire tibio y desganado que no logra disolver la pesadez del ambiente. ¡Mi reino por un aparato de aire acondicionado! Enciendo la tele y avanzo rápido por los distintos canales en busca de algo que merezca la pena: Masterchef, Iker Jiménez, una telenovela turca, Carmen Porter... ¡Joder, este matrimonio se ha hecho con el monopolio de Mediaset! Paso a las plataformas y, como siempre, me bloqueo en los menús principales ante la abrumadora oferta. Por un instante, muy breve eso sí, recuerdo con nostalgia la vida sencilla con tan solo dos canales de TV. Al entrar en Amazon Prime se me ilumina el mundo, la imagen aparece ante mí como una tabla de salvación. Es un viejo conocido, hemos pasado muchas horas juntos; le he visto sufrir, amar, reír (bueno, esto último no mucho, la verdad). Es una de las mejores series de televisión de los últimos años y una baza segura para sobrellevar estas noches de calor e insomnio. Con todos ustedes, Harry Bosch.
Tras la séptima temporada, estrenada en 2021, el personaje regresa a Amazon con un spin-off de la serie original titulado Bosch: Legacy. En esta nueva etapa, Harry (Titus Welliver) ya no tiene placa, ha abandonado el departamento de policía de Los Ángeles y ejerce como investigador privado junto a la abogada Honey Chandler (Mimi Rogers), curiosamente, su antagonista durante toda la serie anterior. En paralelo, tenemos a Maddie (Madison Lintz), hija de Bosch, dispuesta a seguir los pasos de su padre como policía.
Sé lo que estarán pensando: una serie con ese recorrido y tantas temporadas, ¡qué pereza! Tranquilos, si no conocen al personaje y les apetece acercarse a él, sin duda Bosch: Legacy es un buen punto de partida, no les defraudará y saldrán satisfechos del encuentro. Sin embargo, en mi afán evangelizador, siempre en busca de nuevas almas para la causa, no puedo dejar de recomendarles que se pongan cómodos, bajen las luces y comiencen por la primera temporada de la serie original.
Los orígenes del héroe
Bosch nace primero como personaje literario de la mano de Michael Connelly, un antiguo periodista de sucesos que se pasa a la escritura de novelas policiacas fascinado por la obra de Raymond Chandler. Hyeronimus ‘Harry’ Bosch, como el pintor El Bosco, es un sabueso clásico dentro de la literatura negra, un tipo atormentado que vive inmerso en la violencia de las calles de Los Ángeles, un escenario muy cercano a la visión del infierno que el artista flamenco reflejó en obras como El jardín de las delicias. Este policía, dotado de un sentido firme de la justicia y una honradez extrema, se encuentra a medio camino entre Harry “el sucio” y Lew Archer, la inmortal creación de uno de los grandes del género, Ross MacDonald. Su paso por orfanatos y residencias juveniles tras el terrible asesinato de su madre (guiño a la tragedia personal de otro escritor noir, James Ellroy) son sucesos que marcarán el carácter áspero y hermético del protagonista.
Si tras zamparse todo Bosch les quedan ganas de más Connelly, están de enhorabuena. Netflix estrenó el pasado mes la adaptación de otra de las creaciones del autor, El abogado del Lincoln, un thriller judicial que adapta la segunda de las aventuras literarias del letrado Mickey Haller (la primera fue en el cine, El inocente, con el rostro de Matthew McConaughey). A mi juicio, no alcanza el nivel de la producción de Amazon, pero les aseguro que es mucho más reconfortante y menos tóxica que la última hora del culebrón Shakira-Piqué.