Los creativos publicitarios que idean campañas para nuestra tierra están sembrados últimamente. Después del casposo anuncio de Jamoooooón de Teruel, llega “Llenos de orgullo, llénate de Aragón”.
“La cultura, el dinamismo y la vida”, empieza diciendo el anuncio mientras se ve una antigua aula de escuela llena de polvo y con la pizarra tapada, y el brazo de una mujer ataviada con un grueso jersey de lana abriendo un portón de madera. Continúa escuchándose entonces: “Aragón, lleno de oportunidades para quedarse en el territorio, prosperar y labrarse un futuro” y se ve cómo alguien subraya con una tiza la palabra “la valiente” dentro de una frase que reza “la valiente rebelión del pueblo madrileño”. Se vuelve a ver la misma aula de antes para pasar al plano de un horno de leña apagado y con el portón de metal abierto. “Porque aquí, vamos de propio”, se puede oír mientras unas manos amasan unos panes que entran al horno y salen horneados al instante.
Sigue la voz diciendo, textualmente: “Para los que están aquí no se vayan…”, es decir que se han comido un “que” pero nadie se ha dado cuenta. “Para que los que vengan de fuera se queden…”, continúa mientras vemos otra vez a alguien abriendo un portón antiguo de madera y quitando una sábana llena de polvo que tapa un yunque de forja. A renglón seguido vemos cómo se calienta una barra de hierro y se le da forma a martillazos al tiempo que se escucha: “¡Llénate de un mundo de posibilidades!”
Y, ojo, porque el siguiente plano es un tractor con tres décadas a sus espaldas, que también destapan, ponen en marcha y que termina arando un campo al amanecer. En ese momento, la voz robotizada emplaza al espectador a venir a nuestra tierra con semejante eslógan: “Llénate de un mundo lleno de posibilidades, de caminos por recorrer, en una tierra de raíces sólidas y en la que vivir. Llenos de orgullo, llénate de Aragón.” Sin un ápice de rubor, y para que se vea quién paga el anuncio, aparece el escudo del Gobierno de Aragón mientras se recalca que la campaña es de la Dirección General de Despoblación.
He querido escribir todo el texto del spot para que sean ustedes mismos los que juzguen si la redacción y la sintaxis puede ser más nefasta. ¿Hay que llenarse o estamos llenos? ¿Hay que ir de propio para labrarse un futuro? ¿Las raíces sólidas de la tierra es la tierra en la que hay que vivir? En fin…
En el plano meramente audiovisual, ni que decir tiene que los planos que van apareciendo no tienen orden, ni ritmo. Los elementos se van sucediendo sin que tenga lógica alguna lo que estamos viendo con lo que estamos escuchando. Es por no hablar del filtro con brillantitos voladores simulando ser polvo que han colocado únicamente cuando vemos el tractor tapado por una gran sábana. ¿Pero quién narices ha montado este anuncio? ¿Un preescolar con una aplicación en su móvil de edición de vídeo?
Si analizamos el concepto de la campaña es cuando la cosa ya se convierte en una ofensa a la inteligencia. ¿Qué pretende supuestamente la Dirección General de Despoblación con este spot? Entiendo que atraer a gente de fuera al medio rural para que se establezcan allí y generar riqueza. Pues bien, lo que se nos presenta es un aula de los años 50, una forja, un horno de leña y un tractor matriculado hace más de 25 años. Eso estaría muy bien para una campaña de turismo rural que nos invite a reencontrarse con nuestros ancestros, o algo parecido. Pero si alguien está pensando en irse a vivir a un pueblo, desde luego, ésta no es la forma de convencerlo.
Vamos, que el anuncio es malo de narices. Desde el PSOE no han tardado en criticarlo con toda la razón del mundo, pero van y ponen el foco en que si el aula elegida (que está en un museo de Huesca) es de la época franquista y que si se “adoctrinaba” y que si tal y pascual. En vez de preguntar cuánto ha costado este anuncio, quién lo ha aprobado y cómo no está en su casa en vez de cobrando del erario público. Por su parte, Vox defendiéndose atacando al parlamentario socialista que criticó la campaña en rueda de prensa y asegurando que los referentes culturales del PSOE son Los Simpsons.
Si es que claro… con lo que tenemos pisando moqueta Aragón, ¿qué podemos esperar? Es alucinante la falta de profesionalidad de los políticos que encargan algo así y le dan el visto bueno. Y la falta de capacidad de crítica de la oposición que únicamente busca el sesgo ideológico del adversario. Para hacer el ridículo de esta manera, casi mejor que no venga nadie a nuestra tierra. Más vale que las vergüenzas nos sonrojen sólo a unos pocos.
