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Silvia Castel, artista ganadora del IV Premio Salvador Victoria: “La obra hace referencia a  esos paisajes y espacios a los que no hacemos caso nunca” Silvia Castel, artista ganadora del IV Premio Salvador Victoria: “La obra hace referencia a  esos paisajes y espacios a los que no hacemos caso nunca”
Silvia Castel, con el diploma del Premio Salvador Victoria en Albentosa

Silvia Castel, artista ganadora del IV Premio Salvador Victoria: “La obra hace referencia a esos paisajes y espacios a los que no hacemos caso nunca”

La zaragozana logró el primer premio del IV Salvador Victoria con su grabado ‘Entre la razón y la duda’
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José Luis Rubio

La artista zaragozana Silvia Castel apostó por la técnica de grabado para ganar la cuarta edición del Premio Salvador Victoria.

-Con el primer premio en la mano, ¿recuerda cómo tomó la decisión de participar en el concurso Salvador Victoria?

-La verdad es que sé del esfuerzo que se está haciendo aquí por organizar este tipo de actos culturales, que me parecen muy importantes, y la manera en la que yo podía participar y aportar, pues era presentando una obra al certamen. Los años anteriores no había podido, y en esta convocatoria, sí que presente.

-¿Cómo conoció el concurso?

-Por redes sociales, sobre todo. También conozco un poco a gente de este mundillo y cuando sale en redes sociales rápidamente se difunde.

-Hábleme de la obra con la que participó en el concurso.

-Es una xilografía sobre una plancha de madera. Lo que se hace es trabajar la madera y luego se saca la copia. Realmente, no se trabaja sobre la obra final, sino sobre la matriz. Es cierto que tradicionalmente las herramientas típicas para trabajar las xilografías son las gubias, pero esta obra no está trabajada con gubia, sino con herramienta eléctrica, es decir, Dremel, taladros y demás herramientas de este tipo porque me daba un poco el efecto que yo quería y la grafía que a mí me interesaba. Está compuesta por dos piezas, es un díptico, y hace referencia a ese tipo de paisajes y espacios a los que normalmente no hacemos caso nunca.

-¿Por qué esos paisajes abandonados de las cunetas de las carreteras?¿Qué le provocan para recrearlos en su obra?

-Normalmente son espacios de los que ya se ha hablado y que otros artistas han trabajado y han escrito sobre ellos. Son espacios a los que no prestamos nunca atención, son espacios como residuales. ¿Por qué? Pues porque no dan ningún rédito económico es la verdad. Suelen estar en los márgenes de las carreteras, o entre la ciudad y el campo, en zonas deshabitadas y abandonadas, pero son espacios muy necesarios también. Y muy vivos, aunque no lo parezca, porque son zonas que se van desarrollando a su libre albedrío, sin la intervención humana, al menos sin una intervención planteada previamente.

­-Su trabajo Entre la razón y la duda ¿forma parte de una colección más amplia? ¿es un tema referente en su producción?

-Es un motivo recurrente de tu producción. El paisaje, el territorio, el entorno para mí es una fuente de inspiración también. Concretamente, este forma parte de un proyecto que engloba otros grabados de gran formato y otras pinturas que se llamaban por los márgenes no son hermosos.

-¿Se trata de espacios reales o imaginarios?

-Este, en concreto, no es que sea un espacio concreto real. Yo me he paseado por muchos de estos descampados y la imagen es distinta, no es un espacio concreto, pero sí existen esos espacios, claro que existen. No, no es uno concreto. Esto no es el punto kilométrico de no sé qué carretera. Son una serie de edificaciones que estaban totalmente abandonadas ya desde ahí jugando con todo eso ya hice la composición.

-Cuando trabaja en la preparación de los bocetos, ¿qué pensamientos brotan en su cabeza? ¿imagina historias o trata de descubrir su pasado?

-Lo primero que te pasa cuando trabajas una obra de este tipo, y más en un grabado, es que hay que estar un poco atento porque claro, tú trabajas a la inversa. O sea, tú no trabajas la obra en todas las técnicas de grabado, salvo en alguna, tú trabajas la imagen invertida. Entonces, claro, puede ocurrir que acabes la pieza y que no sea lo que tú esperas. Y luego hay que contar también que la madera es algo vivo y que tiene unas vetas que en un momento dado pueden ir bien al trabajo o pueden no ir bien. Muchas cosas las ves cuando ya está terminado, vas haciendo pruebas pero principalmente cuando trabajas es decir bueno a ver qué tal va a quedar, no la ves hasta el final la obra.

-¿El resto de la colección a la que pertenece este grabado es también de grandes dimensiones o en varias piezas?

-El resto de la colección de grabados de este proyecto son piezas más grandes que esta. Algunas tienen más de dos metros por dos y pico, y están formadas por varios módulos. Esta es una de las que a mí me gustaba, creo que es emblemática de esta serie, y también se adaptaba a las dimensiones que se exigían aquí, pero las otras suelen ser más grandes.

-Decía que, además del grabado, también trabaja otras técnicas.

- Sí, normalmente grabado y pintura son las técnicas en las que me manejo más­.

-¿Participar con un grabado fue una apuesta arriesgada?

-La verdad es que lo pensé mucho, pero sobre todo me decidí porque es una pieza que a mí me gustaba, así que la monté para que se pudiera colgar y ver en condiciones. Aposté por ella y ya está. Las cosas salen bien o no, y solamente estar aquí expuesta con las obras que he visto ya es un premio.

-La selección de las 25 obras finalistas resulta algo ecléctica.

- En muchos certámenes se está haciendo también. Son certámenes de arte donde no se especifica que sea una técnica concreta. Y la verdad es que a mí eso me gusta. Es verdad que quizá es más difícil para el jurado, pero me gustan este tipo de apuestas.

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