Síguenos
Vicente Redón, artesano: “Se han perdido muchos usos  de la palma y el esparto por culpa de los materiales plásticos” Vicente Redón, artesano: “Se han perdido muchos usos  de la palma y el esparto por culpa de los materiales plásticos”
Vicente Redón confecciona con esparto una bandeja para la ropa de plancha en el mercado de Rubielos. Javier Escriche

Vicente Redón, artesano: “Se han perdido muchos usos de la palma y el esparto por culpa de los materiales plásticos”

El artesano de Peñíscola confecciona diversos enseres con fibras naturales en el mercado de Rubielos de Mora
banner click 244 banner 244

Vicente Redón ha dedicado toda su vida a confeccionar de manera artesanal en Peñíscola todo tipo de enseres a partir de fibras naturales como el esparto, la palma y el mimbre. Desde hace unos años, muestra su trabajo en ferias y mercados, como el que se ha celebrado durante la trigésimo quinta edición del Fin de Semana Medieval de Rubielos de Mora y en que han participado 80 establecimientos comerciales.

Redón aprendió el oficio de cestero de sus padres y abuelos y ahora se lo ha enseñado a su hijo Javier, que lo visita a diario en la casa familiar y que le acompaña en la elaboración de los productos y en los mercados donde los venden.

-¿De quién aprendió el oficio de cestero?

-Esto viene de la tradición de los viejos, osea, de los abuelos y de los padres. En casa siempre nos hemos dedicado a la artesanía del esparto y la palma. Antiguamente, estábamos fijos en casa, no salíamos del pueblo. Pero ahora llevamos unos cuantos años que vamos a ferias de artesanía, mercados medievales y eventos de tradición popular, donde realizamos una muestra de los trabajos en vivo. Los asistentes aprenden cuáles son las materias primas y qué se confecciona con ellas, para qué servían antiguamente y su uso actual. ¡Muchos se asombran de que todavía haya cosas que se elaboran con las propias manos!

-¿Con qué materiales trabaja y dónde los consigue?

-Trabajamos la palma, el esparto y también el mimbre, por lo menos para las cestas de los rebollones. En Peñíscola conseguimos la palma, mientras que el esparto nos lo traen de Murcia y el mimbre, de la provincia de Cuenca. El esparto y el mimbre nunca se han cultivado en nuestro pueblo; no sé por qué, pero no hay.

-¿Qué es lo que más compra la gente?

-Prácticamente, de todo, porque igual compran esterillas para el suelo que leñeros, cestas para el robellón que cosas de decoración.

-¿Ha habido cambios en la demanda con el devenir de los años, sobre todo por la extensión del uso del plástico?

-Antiguamente, los materiales naturales se gastaban para todo, tanto para el campo como para la casa. Cuando hacían la construcción, también usaban los cestos para subir y bajar los ladrillos, por ejemplo. Pero desde que vino el plástico, esto desapareció y casi quedaron como objetos de artesanía. Realmente, se han perdido muchos usos por culpa del plástico, claro.

-De esta forma, mantienen vivas las costumbres y la cultura popular, y conservan la tradición de un pueblo para las futuras generaciones. ¿Usted tiene sucesor? ¿Alguien va a heredar el oficio?

-El hijo que está ahí, que se llama Javier. Durante la semana, viene a casa, me ayuda y echamos la tarde mientras hacemos algunas cosas.

-La confección artesanal de todos los artículos que vende es muy laboriosa. La clientela, ¿realmente aprecia el trabajo que realiza?

-Sí, lo aprecia. Es una cosa laboriosa, pero al final ves que la gente lo aprecia. Además, te queda la satisfacción de que empiezas a trabajar desde cero con un manojo de esparto y terminas haciendo un capazo o un leñero. Al final, ves el resultado.

-¿Qué objetos son los que más le gusta hacer?

-Pues realmente, del trabajo me gusta todo. Creamos piezas únicas y a medida, totalmente funcionales en la actualidad, de forma artesana, empleando materiales naturales y sostenibles con el entorno. Me dedico a hacer lo mismo de siempre y algunas reproducciones de objetos antiguos. Lo que pasa es que hay días en lo que a lo mejor, en una feria por ejemplo, me he quedado sin alguno de ellos. Al mercado del Fin de Semana Medieval de Rubielos de Mora trajimos ocho bandejas para ropa de plancha, y se vendieron prácticamente todas el primer día, así que me ha tocado hacer más para reponer.

-¿Cuántos años hace que participa en el mercado medieval de Rubielos de Mora?

-Por lo menos hemos estado ocho años. Con la pandemia, dejamos de venir y ahora vengo con mi hijo, pero nos han cambiado la ubicación.

-Usted que acude a más ferias y mercados, ¿qué le parece éste?

-Es una cosa que me encanta. Hay algunos de ellos que son “medievales”, pero en los que nada más hay dos personas artesanas. Y cuando ves a una persona que trabaja en directo como nosotros, sabes que es un producto artesano, que los produce ella misma y que no es de sabe Dios dónde. Además aquí todos los vecinos participan, todos colaboran. Ves a la gente vestida de medieval y eso es lo bonito que tiene el mercado.

El redactor recomienda