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Vicente Redón, artesano: “Se han perdido muchos usos  de la palma y el esparto por culpa de los materiales plásticos” Vicente Redón, artesano: “Se han perdido muchos usos  de la palma y el esparto por culpa de los materiales plásticos”
Vicente Redón confecciona con esparto una bandeja para la ropa de plancha en el mercado de Rubielos. Javier Escriche

Vicente Redón, artesano: “Se han perdido muchos usos de la palma y el esparto por culpa de los materiales plásticos”

El artesano de Peñíscola confecciona diversos enseres con fibras naturales en el mercado de Rubielos de Mora
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Vicente Redón ha dedicado toda su vida a confeccionar de manera artesanal en Peñíscola todo tipo de enseres a partir de fibras naturales como el esparto, la palma y el mimbre. Desde hace unos años, muestra su trabajo en ferias y mercados, como el que se ha celebrado durante la trigésimo quinta edición del Fin de Semana Medieval de Rubielos de Mora y en que han participado 80 establecimientos comerciales.

Redón aprendió el oficio de cestero de sus padres y abuelos y ahora se lo ha enseñado a su hijo Javier, que lo visita a diario en la casa familiar y que le acompaña en la elaboración de los productos y en los mercados donde los venden.

-¿De quién aprendió el oficio de cestero?

-Esto viene de la tradición de los viejos, osea, de los abuelos y de los padres. En casa siempre nos hemos dedicado a la artesanía del esparto y la palma. Antiguamente, estábamos fijos en casa, no salíamos del pueblo. Pero ahora llevamos unos cuantos años que vamos a ferias de artesanía, mercados medievales y eventos de tradición popular, donde realizamos una muestra de los trabajos en vivo. Los asistentes aprenden cuáles son las materias primas y qué se confecciona con ellas, para qué servían antiguamente y su uso actual. ¡Muchos se asombran de que todavía haya cosas que se elaboran con las propias manos!

-¿Con qué materiales trabaja y dónde los consigue?

-Trabajamos la palma, el esparto y también el mimbre, por lo menos para las cestas de los rebollones. En Peñíscola conseguimos la palma, mientras que el esparto nos lo traen de Murcia y el mimbre, de la provincia de Cuenca. El esparto y el mimbre nunca se han cultivado en nuestro pueblo; no sé por qué, pero no hay.

-¿Qué es lo que más compra la gente?

-Prácticamente, de todo, porque igual compran esterillas para el suelo que leñeros, cestas para el robellón que cosas de decoración.

-¿Ha habido cambios en la demanda con el devenir de los años, sobre todo por la extensión del uso del plástico?

-Antiguamente, los materiales naturales se gastaban para todo, tanto para el campo como para la casa. Cuando hacían la construcción, también usaban los cestos para subir y bajar los ladrillos, por ejemplo. Pero desde que vino el plástico, esto desapareció y casi quedaron como objetos de artesanía. Realmente, se han perdido muchos usos por culpa del plástico, claro.

-De esta forma, mantienen vivas las costumbres y la cultura popular, y conservan la tradición de un pueblo para las futuras generaciones. ¿Usted tiene sucesor? ¿Alguien va a heredar el oficio?

-El hijo que está ahí, que se llama Javier. Durante la semana, viene a casa, me ayuda y echamos la tarde mientras hacemos algunas cosas.

-La confección artesanal de todos los artículos que vende es muy laboriosa. La clientela, ¿realmente aprecia el trabajo que realiza?

-Sí, lo aprecia. Es una cosa laboriosa, pero al final ves que la gente lo aprecia. Además, te queda la satisfacción de que empiezas a trabajar desde cero con un manojo de esparto y terminas haciendo un capazo o un leñero. Al final, ves el resultado.

-¿Qué objetos son los que más le gusta hacer?

-Pues realmente, del trabajo me gusta todo. Creamos piezas únicas y a medida, totalmente funcionales en la actualidad, de forma artesana, empleando materiales naturales y sostenibles con el entorno. Me dedico a hacer lo mismo de siempre y algunas reproducciones de objetos antiguos. Lo que pasa es que hay días en lo que a lo mejor, en una feria por ejemplo, me he quedado sin alguno de ellos. Al mercado del Fin de Semana Medieval de Rubielos de Mora trajimos ocho bandejas para ropa de plancha, y se vendieron prácticamente todas el primer día, así que me ha tocado hacer más para reponer.

-¿Cuántos años hace que participa en el mercado medieval de Rubielos de Mora?

-Por lo menos hemos estado ocho años. Con la pandemia, dejamos de venir y ahora vengo con mi hijo, pero nos han cambiado la ubicación.

-Usted que acude a más ferias y mercados, ¿qué le parece éste?

-Es una cosa que me encanta. Hay algunos de ellos que son “medievales”, pero en los que nada más hay dos personas artesanas. Y cuando ves a una persona que trabaja en directo como nosotros, sabes que es un producto artesano, que los produce ella misma y que no es de sabe Dios dónde. Además aquí todos los vecinos participan, todos colaboran. Ves a la gente vestida de medieval y eso es lo bonito que tiene el mercado.

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