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Juan Cañada, cooperante: “Cuando voy a África, no voy a implantar mis ideas ni ser el jefe de un proyecto, solo a colaborar” Juan Cañada, cooperante: “Cuando voy a África, no voy a implantar mis ideas ni ser el jefe de un proyecto, solo a colaborar”
Juan Cañada en una calle de Teruel durante uno de los periodos de receso

Juan Cañada, cooperante: “Cuando voy a África, no voy a implantar mis ideas ni ser el jefe de un proyecto, solo a colaborar”

“Considero que el desarrollo de los países tiene un gran pilar, la educación. Sin educación no hay desarrollo”
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Juan Cañada es un cooperante que desarrolla buena parte de su trabajo entre Kenia y el Congo. Con proyectos de educación y sanidad, pero siempre para el beneficio y progreso de esas tierras.

-¿Qué significa cooperación al desarrollo?

-Cooperación al desarrollo es la posibilidad que tenemos los occidentales de colaborar con personas y proyectos de países del tercer mundo o países en situación de pobreza que requieren de nuestra colaboración. Cuando voy a África, no voy a implantar mis ideas ni voy a ser el jefe de un proyecto, sino que yo colaboro con proyectos que ellos están iniciando allí. A iniciarlos, pero los protagonistas del desarrollo tienen que ser la propia población local.

-¿Qué tipo de proyectos?

-Lo principal que yo desarrollo es el tema educativo, especialmente en los niños. Considero que el desarrollo de los países tiene un gran pilar, que es la educación. Sin educación no hay desarrollo.

-¿Hay también proyectos sanitarios?

-En Kenia sí. Lo que estoy haciendo en Kenia es en los slums de Biwandan y Mukuru, que es temas de formación a mujeres para temas de saneamiento, de primeros auxilios, de cómo se atiende a los bebés, y luego en concreto, ya cosas más puntuales, como el de Precious Munjiri. Esta es una niña que tiene el corazón roto y que estoy buscando fondos para poderla operar en Nairobi.

-Recientemente recibió un premio sobre cooperación. ¿En qué consiste?¿Qué significa?

-Hice un trabajo previo de todo un barrio. Uno de los barrios marginales de Nairobi, concretamente en un instituto de formación profesional que se dedica al tema de la automoción. Se dedican sobre todo a enseñar a muchachos de familias muy humildes. Se dedican a dar formación profesional en la rama de mecánica. El problema que tienen desde hace unos años es que, cuando acaban los estudios de formación profesional, no tienen muchas facilidades para encontrar trabajo. Desde el propio instituto se ha favorecido que ellos mismos sean los que constituyan cooperativas laborales para que ellos mismos monten su empresa y sean los protagonistas de este tipo de emprendimiento. He colaborado en ellos con temas formativos, con temas de acompañamiento. Y ahora están montando dos cooperativas más. Se trata de que ellos sean los gerentes, los propietarios, los dueños y los trabajadores de su propio negocio. Eso es una cooperativa.

-¿Qué papel juegan las mujeres en todo esto?

-En estas cooperativas, en el tema de automoción, las estudiantes que hay, que son muy poquitas, ya que en Kenia la mayor parte de las personas que se dedican al tema de la automoción son varones. Pero sí que estoy desarrollando otros proyectos relacionados con mujeres. Mujeres en situación de abandono, situación de extrema pobreza, para que ellas mismas monten sus propias cooperativas textiles. Y la idea es precisamente esa, que estas mujeres constituyan su cooperativa laboral, su cooperativa textil. Y el primer trabajo va a ser la confección de los uniformes de los colegios en los que tienen a sus hijos. Vamos a contratar a una profesora que les enseñe cómo funcionan estas máquinas; cómo se hacen los patrones. Y que luego esto tenga un efecto multiplicador. Con estos pequeños impulsos, de lo que se trata es de que ellas sean las protagonistas de su desarrollo y del bienestar de sus familias. Porque en ocasiones los maridos las abandonan, quedan en situación muy desprotegida. Mi idea es montar microproyectos. El premio que me dieron, los 400€, son cuatro máquinas de coser. Les prometí que todo lo que consiguiera iba a ser para ellos .

-Por otro lado ¿Cómo está el trabajo de investigación sobre Sanz Gadea?

-Sí, Sanz Gadea es un turolense que para mí ha sido un descubrimiento completo. He leído su biografía, su trabajo y que estuvo cuatro años sucesivos nominado para los premios Nobel de la Paz. El ayuntamiento de Kisangani le ofreció poner su nombre de la avenida más importante y él dijo que no era merecedor de ello. Y pidió que la avenida de Sanz Gadea fuera avenida de España, en recuerdo de todos los españoles médicos, voluntarios y cooperantes que habían asistido. Ahora dentro de muy poco, vamos a hacer un homenaje, vamos a poner una placa en recuerdo del doctor Sanz Gadea en el lugar en el que nació, en el hotel antiguo Hotel Turia. Será con la colaboración del Ayuntamiento, la Fundación Princesa de Asturias, el Colegio de Médicos y la Fundación Amigos de Monkole.

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