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Ignacio Martínez Mendizábal, paleoantropólogo: “Pensar que algo de los neandertales queda en nosotros es una cosa muy hermosa” Ignacio Martínez Mendizábal, paleoantropólogo: “Pensar que algo de los neandertales queda en nosotros es una cosa muy hermosa”
Ignacio Martínez en el Campus de Teruel

Ignacio Martínez Mendizábal, paleoantropólogo: “Pensar que algo de los neandertales queda en nosotros es una cosa muy hermosa”

“La investigación ha avanzado y se ha visto que eran muy parecidos a nosotros en cuestiones intelectuales”
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El paleoantropólogo y miembro del equipo que recibió el Premio Príncipe de Asturias por las investigaciones sobre evolución humana de Atapuerca, Ignacio Martínez Mendizábal, participó recientemente en las I Jornadas de Investigación Transdisciplinar organizadas por la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Zaragoza en el Campus de Teruel, en las que habló de los últimos hallazgos que se han hecho sobre los neandertales y su capacidad de hablar.

-No sé muy bien cómo hacerle la pregunta. ¿Han sobrevivido, o hemos sobrevivido los neandertales?

-Esa pregunta es muy buena. Hemos sobrevivido los neandertales, aunque en realidad se han extinguido, pero es cierto que para gozo nuestro las poblaciones europeas y asiáticas tenemos un 3% en promedio de sangre neandertal en nuestras venas, o sea que todavía queda algo de ellos en nosotros, pero no es mucho. Es muy poquito lo que queda en nosotros de ellos, en realidad somos Homo sapiens como éramos hace 100.000 años, pero bueno,  pensar que algo de los neandertales queda en nosotros es una cosa muy hermosa.

-¿De qué forma nos afecta ese 3% de neandertal que tenemos? Si nos afecta en algo.

-Es lo que se está estudiando e investigando ahora y hay muchos artículos sobre eso, porque lo que se busca son esos genes que tenemos de los neandertales en qué pueden afectarnos o no; y como de lo que más sabemos es de la genética de las enfermedades, pues todo está relacionado con eso y periódicamente sale que tenemos un gen de los neandertales que nos hace más resistentes o al revés, más vulnerables a alguna enfermedad. Pero ahí hay un sesgo porque lo que mejor conocemos es la genética de las enfermedades, y es lo que estamos mirando.

-¿Podría haber algo más?

-Si quieres, y diciéndotelo en un tono menos científico, a mí me parece a nivel personal que es muy hermoso tener esta idea de que una pequeña parte nuestra es neandertal. Es muy poético, muy hippie, de que no hubo una extinción. Así no resulta tan cruel sino un poquito más romántico.

-Porque además la idea que se tenía era que fuimos nosotros los que los extinguimos.

-Sí, y no se sabe. Nadie ha viajado a la prehistoria y ha vuelto para contarlo. Lo que tenemos sobre la prehistoria son pocos datos, solo huesos rotos y viejos, y piedras talladas. Lo que hacemos de generación en generación es interpretar esos datos a la luz del pensamiento dominante. Esto pasa mucho en todas las ciencias. Hay una ideología de la época que, quieras o no, te influye. No es solo eso, vamos teniendo cada vez más datos que van acotando lo que es posible y no, y durante mucho tiempo se pensó que los neandertales era la época del colonialismo en Europa, de que había unas poblaciones humanas superiores a otras, y eso se trasladó a la prehistoria y se pensaba que los Homo sapiens teníamos que haber sido superiores a los neandertales. Y encima hay una coincidencia temporal entre que los neandertales declinan y aparecemos nosotros.

-¿Tan diferentes éramos?

-La investigación ha avanzado y se ha visto que los neandertales eran muy parecidos a nosotros, sobre todo en cuestiones intelectuales; que se pensaba que eran inferiores y ahora sabemos que no era así, con lo cual se ha eliminado eso de que nos los cargamos o competimos con ellos en superioridad y les ganamos. Hoy en día se barajan dos cosas nuevas en las hipótesis sobre la extinción de los neandertales, una es el clima, porque en el momento en que se produce su desaparición y nuestra llegada es el de un cambio climático muy fuerte en Europa en el que retrocede mucho el bosque. Nosotros éramos más de campo abierto y eso nos favorece, pero los neandertales parece que estaban más adaptados a cazar y coger recursos en el bosque, y eso pudo influir. Y el último grito en esto, que yo me apunto a eso, es que quizás ni les llegamos a extinguir, sino que sencillamente los diluimos, es decir, que llegó una población como la nuestra, que hibridaba con ellos, que eran menos y nosotros muchos más. Yo creo que los diluimos al hibridar con ellos y por eso seguimos teniendo un poquito de neandertal.

-También hay una imagen romántica de que ellos que vivían más en comunión con la naturaleza que nosotros.

-Eso es el mito del buen salvaje. Es una cuestión de la ideología dominante, porque hubo un tiempo en el que se los imaginaba como muy simiescos y brutales, e incluso hay películas de miedo. Pero fundamentalmente creo que serían como somos nosotros en la forma de sentir, pensar y relacionarse.

-¿Qué ha aportado Atapuerca a su conocimiento?

-La Sima de los Huesos muchísimo. No son neandertales estrictamente. La Sima de los Huesos tiene 430.000 años y los neandertales aparecieron hace 200.000. Es decir, en tiempo hay más distancia entre ellos que de los neandertales a nosotros, pero son sus antepasados y nos dicen muchas cosas. Lo que nos ha hecho ver es que eran muy humanos, que era gente que se ocupaba de los desvalidos, de sus muertos, y que eran capaces de organizarse para cazar. Y en eso, los descubrimientos de la Sima de los Huesos han sido fundamentales.

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