Francisco Tartaj muestra su primer libro junto a un expositor de réplicas de coches
Francisco Tartaj, aficionado al motor y escritor: “Empecé a indagar y sacamos la verdadera historia de la llegada de los tractores al pueblo”
El autor presenta el sábado 25 su primer libro sobre la mecanización agrícola en Luco de Jiloca
No tiene una escudería en el garaje de su casa aunque su pasión ha sido siempre el mundo del motor. Pero del motor de proximidad. Francisco Tartaj, vecino vacacional de Luco de Jiloca, presenta el sábado 25 de mayo su ópera prima, Una historia de motor (1958-2024) 66 Años de tractor en Luco de Jiloca, y lo hace en un evento, Lucomóvil, creado alrededor de este estudio.
-¿Cómo surge la idea de escribir este libro?
-Yo he sido siempre un apasionado del mundo del motor. Me ha gustado todo, pero sobre todo estéticamente. No entiendo de motores ni entiendo de mecánica, pero sí que estéticamente me ha gustado muchísimo. Y luego, siempre he tenido una facilidad para recordar todo ese tipo de cosas como motores y vehículos, coches y tractores, que han pasado por el pueblo. Siempre he tenido una facilidad tremenda. Y llegó un momento en el que necesitaba saber el origen del tractor.
Empecé a indagar en el pueblo con las personas que están todavía vivas y que conocían la historia, pero no la tenían muy clara. No sabían cuál había sido el primer tractor ni cuál había sido lo siguiente. Y yo empecé a preguntar y luego indagué en el archivo municipal de Calamocha y en otros sitios. Por ahí empecé a indagar y ya sacamos la verdadera historia de los tractores en el pueblo.
-¿Qué conclusiones ha podido sacar de la llegada del primer tractor a Luco?
-Había gente del pueblo con parientes que tenía algún tractor o que los había visto trabajar o en ferias como la de Zaragoza, Madrid o Calatayud. Incluso en Calamocha. Entonces, como ya eran conocedores, decidieron comprar porque era gente emprendedora. Apostaron por comprar y casi en todos los casos fueron los familiares los que les enseñaron a manejarlo o a adaptar a los aperos al tractor o a como funcionaban.
-La llegada de estos primeros vehículos debió ser una revolución en el pueblo.
-Me imagino que sí. Un testigo vivo me decía que cuando vio el primer tractor de un pariente suyo trabajando, decía que se quedaba asombrado porque él estaba trabajando con las caballerías y veía que el tractor era muy pequeño pero que adelantaba muchísimo más. Al año siguiente, se compraron el tractor de esta familia. Y desde entonces, imagino que la proliferación de este tipo de vehículos fue muy grande.
Luego, lo único que ha habido ha sido la renovación de tractores porque el espacio físico, la tierra, es la que hay y las fincas son las que son. Entonces, llegó el momento en el que se compraron (un tractor) las personas que los necesitaban y, luego, lo único que ha habido ha sido renovación de flota, no ha habido cambio, no ha habido nuevas incorporaciones por nuevos agricultores. Hay agricultores que todavía tienen dos o tres tractores, porque tienen uno grande, uno pequeño. Algunos de los viejos los han mantenido por ese motivo, porque les hacen otras faenas menores en el campo.
-El sábado presentará su libro en Luco de Jiloca y alrededor de la presentación se ha organizado una feria de vehículos antiguos. ¿Qué se va a poder ver en esa cita?
-Vas a poder contemplar tractores, el más antiguo va a ser un Lance 38, del año 1958, algunos del 66, del 71. Entre los coches vamos a poder ver un Seat-600 del año 72, que es el más viejo, y también algún coche deportivo, vamos a ver vehículos todoterreno, y una pequeña variedad de motos de los años 63 a 66 y 67, además de una pequeña exposición de ciclomotores, de los que algunos están aún en uso. Lo curioso de todo esto es que todos estos vehículos dependen de gente de Luco.
A raíz de la muestra la gente sí que ha mostrado interés por intentar renovar los vehículos antiguos, por intentar ponerlos en marcha y arreglarlos, limpiarlos o hacer una revisión... Aquí no teníamos aquí conciencia (de lo que teníamos) porque había espacio físico para guardarlos. Lo normal siempre ha sido que cuando comprabas un coche nuevo, dabas a cambio el anterior y aquí pues en los tractores más o menos ha pasado siempre así, pero algunos casos pues los han mantenido ahí.
-Hace poco hubo una Concentración de Tractores Antiguos en Alfambra. ¿Se está llenando el calendario de este tipo de citas?
-Hay muchísimos museos en los que se guardan todos los coches, motos, tractores antiguos. Hay tractores impresionantes. Yo he estado, por ejemplo, en el Museo de Lérida que tiene también una colección impresionante de tractores, de coches de más de 100 años, motos... A mí me parece impresionante. En Alcañiz también han tenido siempre una tradición de motor tremenda.Hace pocos años estaba de moda el tunning y ahora está de moda pues la restauración de vehículos antiguos.
-¿Este es su primer libro?
-Sí. Yo en ningún momento pensaba escribir nada. Esto es mi afición, pero ocurre que llega un momento en el que tienes mucha información y mucha de esa información es del pueblo. Y toda esa información del pueblo, yo no quiero mantenerla para mí solo. Tenía la necesidad de difundirla y de ahí surgió la idea del libro.
-¿Cómo surge la idea de escribir este libro?
-Yo he sido siempre un apasionado del mundo del motor. Me ha gustado todo, pero sobre todo estéticamente. No entiendo de motores ni entiendo de mecánica, pero sí que estéticamente me ha gustado muchísimo. Y luego, siempre he tenido una facilidad para recordar todo ese tipo de cosas como motores y vehículos, coches y tractores, que han pasado por el pueblo. Siempre he tenido una facilidad tremenda. Y llegó un momento en el que necesitaba saber el origen del tractor.
Empecé a indagar en el pueblo con las personas que están todavía vivas y que conocían la historia, pero no la tenían muy clara. No sabían cuál había sido el primer tractor ni cuál había sido lo siguiente. Y yo empecé a preguntar y luego indagué en el archivo municipal de Calamocha y en otros sitios. Por ahí empecé a indagar y ya sacamos la verdadera historia de los tractores en el pueblo.
-¿Qué conclusiones ha podido sacar de la llegada del primer tractor a Luco?
-Había gente del pueblo con parientes que tenía algún tractor o que los había visto trabajar o en ferias como la de Zaragoza, Madrid o Calatayud. Incluso en Calamocha. Entonces, como ya eran conocedores, decidieron comprar porque era gente emprendedora. Apostaron por comprar y casi en todos los casos fueron los familiares los que les enseñaron a manejarlo o a adaptar a los aperos al tractor o a como funcionaban.
-La llegada de estos primeros vehículos debió ser una revolución en el pueblo.
-Me imagino que sí. Un testigo vivo me decía que cuando vio el primer tractor de un pariente suyo trabajando, decía que se quedaba asombrado porque él estaba trabajando con las caballerías y veía que el tractor era muy pequeño pero que adelantaba muchísimo más. Al año siguiente, se compraron el tractor de esta familia. Y desde entonces, imagino que la proliferación de este tipo de vehículos fue muy grande.
Luego, lo único que ha habido ha sido la renovación de tractores porque el espacio físico, la tierra, es la que hay y las fincas son las que son. Entonces, llegó el momento en el que se compraron (un tractor) las personas que los necesitaban y, luego, lo único que ha habido ha sido renovación de flota, no ha habido cambio, no ha habido nuevas incorporaciones por nuevos agricultores. Hay agricultores que todavía tienen dos o tres tractores, porque tienen uno grande, uno pequeño. Algunos de los viejos los han mantenido por ese motivo, porque les hacen otras faenas menores en el campo.
-El sábado presentará su libro en Luco de Jiloca y alrededor de la presentación se ha organizado una feria de vehículos antiguos. ¿Qué se va a poder ver en esa cita?
-Vas a poder contemplar tractores, el más antiguo va a ser un Lance 38, del año 1958, algunos del 66, del 71. Entre los coches vamos a poder ver un Seat-600 del año 72, que es el más viejo, y también algún coche deportivo, vamos a ver vehículos todoterreno, y una pequeña variedad de motos de los años 63 a 66 y 67, además de una pequeña exposición de ciclomotores, de los que algunos están aún en uso. Lo curioso de todo esto es que todos estos vehículos dependen de gente de Luco.
A raíz de la muestra la gente sí que ha mostrado interés por intentar renovar los vehículos antiguos, por intentar ponerlos en marcha y arreglarlos, limpiarlos o hacer una revisión... Aquí no teníamos aquí conciencia (de lo que teníamos) porque había espacio físico para guardarlos. Lo normal siempre ha sido que cuando comprabas un coche nuevo, dabas a cambio el anterior y aquí pues en los tractores más o menos ha pasado siempre así, pero algunos casos pues los han mantenido ahí.
-Hace poco hubo una Concentración de Tractores Antiguos en Alfambra. ¿Se está llenando el calendario de este tipo de citas?
-Hay muchísimos museos en los que se guardan todos los coches, motos, tractores antiguos. Hay tractores impresionantes. Yo he estado, por ejemplo, en el Museo de Lérida que tiene también una colección impresionante de tractores, de coches de más de 100 años, motos... A mí me parece impresionante. En Alcañiz también han tenido siempre una tradición de motor tremenda.Hace pocos años estaba de moda el tunning y ahora está de moda pues la restauración de vehículos antiguos.
-¿Este es su primer libro?
-Sí. Yo en ningún momento pensaba escribir nada. Esto es mi afición, pero ocurre que llega un momento en el que tienes mucha información y mucha de esa información es del pueblo. Y toda esa información del pueblo, yo no quiero mantenerla para mí solo. Tenía la necesidad de difundirla y de ahí surgió la idea del libro.
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