Empezando el día con energía, café en mano. Mejorar mi portugués leyendo los ingredientes de los cereales ya es cosa del pasado. Ahora, mientras me sacudo las legañas y recuerdo mi nombre, dispongo de una pequeña pantalla de bolsillo que me cuenta, en confianza, por ser yo, cómo anda el mundo (como siempre, fatal). Que lo paren todo, noticia de última hora: “El peligro desconocido de las tostadas con tomate”, leo en un titular.
Rehabilitado y desenganchado de las madalenas y los sobaos desde hace años, pensaba yo, iluso, empezar el día por el buen camino. Se ve que no. El traidor, por azucarado, resulta ser el pan blanco, color que, curiosamente, hace mejores migas con el pescado que con los súbditos del cereal. A ver quién le explica esto a Jesús para que se organice con los panes y los peces. Con las dietas del siglo XXI no hay milagro que valga.
La alternativa, me cuentan, es el pan integral, también íntegro por no esconder sustancias de esas que te matan a la chita callando. Al menos, por ahora. Seguro el artículo está escrito con la mejor intención, y las advertencias del catedrático en cuestión fundamentadas en estudios rigurosos. No obstante, estas categóricas sentencias sobre panes, carnes rojas y sucedáneos siempre le despiertan a uno esta injusta pregunta: ¿Acaso estoy haciendo todo mal? Injusta porque, ahogados por sueldos escasos y jornadas laborales interminables, no vivimos en una sociedad que nos conceda el tiempo y los recursos que deberíamos destinar al cuidado de nuestro bienestar. Injusta, también, por no devolver a la otra parte de la transacción, la industria alimentaria o del sector que corresponda, la pregunta: ¿y qué estás haciendo tú para ofrecerme algo distinto?
Es así, a través de estas sibilinas dinámicas, como se asienta la responsabilización del individuo en problemas colectivos. Aun siendo la acción de cada uno importante, por aquello del granito de arena, solo sirve para la autoflagelación si es el único foco de cambio. Cuando sube el precio de la luz, debes montarte una rave con tu lavadora a las dos de la mañana. Ante el planeta ardiendo e inundado por la crisis climática, los plásticos al amarillo y los mojitos sin pajita. Han abierto un McDonald’s en Alpedrete de Arriba, pero la obesidad infantil la solucionaremos cambiando el pan blanco del desayuno por una rebanada integral.