Lunes, 26 de septiembre. Divisas
Hay días que todo parece interesante. Hoy es uno de ellos. Leo en The Guardian una noticia del sábado pasado donde se explica que la revolución anunciada sobre las ayudas a la agricultura tras el Brexit se está desvaneciendo. En un principio, el gobierno británico había pensado vincular los pagos a una serie de medidas para mejorar la biodiversidad. De hecho, ya estaba en marcha un programa y muchas explotaciones habían cambiado los métodos de trabajo para adaptarse a la nueva realidad. Sin embargo, el nuevo ejecutivo de Liz Truss está valorando volver a los subsidios basados en la superficie cultivada, como se hace en la Unión Europea y como se repartía el dinero hasta la huida airada del Reino Unido. Como siempre, hay voces a favor y en contra. Los beneficios a la naturaleza suponen, casi siempre, menos kilos de alimento. Y un portavoz del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales da pistas de qué sucederá pronto: “Para impulsar la economía rural, la producción de alimentos y nuestra seguridad alimentaria, seguiremos apoyando a los agricultores y a los gestores de tierra mediante la revisión de la normativa agraria, el impulso de la inversión y la innovación en el sector”. Fue bonito mientras duró.
Por otro lado, leo en el cubano Granma que la isla ha votado “¡Sí!” en el referéndum para aprobar el nuevo Código de las Familias. Granma califica el texto como “profundamente revolucionario” porque se ha votado para reconocer a “quienes alguna vez han sido discriminados en razón de su diferencia, por las familias que se apartan de lo tradicional”. Vamos, que se legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo. También se ha elegido dar la bendición a “las maternidades y paternidades no realizadas”. Es decir, se reconoce la gestación subrogada. Eso sí, lo llaman gestación solidaria, que siempre queda más políticamente correcto. La Cuba comunista convierte en realidad el sueño liberal de Ciudadanos. Granma afirma que la ley es muy garantizadora porque deberá ser entre personas unidas por vínculos familiares, “consanguíneos o afectivos”, o “una amiga muy cercana”; además, el embarazo tendrá que tener el visto bueno judicial. Yo veo que hecha la ley, hecha la trampa. ¡Bienvenidas las divisas gracias al nuevo Código de las Familias!
Martes, 27 de septiembre. ¡Bum!
Radek Sikorski es un diputado conservador polaco en el Parlamento Europeo y antes había sido ministro de Defensa o de Asuntos Exteriores en su país. Vamos, que no es un donnadie y no puede considerarse un pipiolo inexperto. Radek acaba de publicar un tuit de lo más críptico, a raíz de las explosiones en los gasoductos Nordstream: “Gracias, Estados Unidos”. ¡Bum! Han pasado 24 horas desde el escape masivo de gas en el mar Báltico y solo veo cortinas de humo sobre el asunto. Para resolver el misterio, me parece que lo más conveniente será aplicar la máxima de seguir el rastro del dinero.
Miércoles, 28 de septiembre. Teletrabajo
Vaya jaleo que se ha montado en el Congreso de los Diputados. Diario de Teruel publica en internet un avance donde anuncia que la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, “defiende que los funcionarios en zonas despobladas desempeñen hasta un 90% de teletrabajo al mes”. El titular recoge las palabras textuales de la ministra: “Hemos incorporado dentro de este proyecto de teletrabajo, el que se pueda desempeñar un 90% de este servicio en teletrabajo en cómputo mensual para aquellos trabajadores para aquellas zonas en donde haya puestos de difícil cobertura o zonas de riesgo de despoblación”. A continuación, María Jesús ha asegurado que alguien que viva en un pueblo podrá desempeñar su cometido desde casa. En las dos direcciones, vamos. Pero el lío estaba montado. El asunto ha surgido a raíz de una interpelación de Tomás Guitarte, diputado de Teruel Existe, al Gobierno para que el personal de la Administración General del Estado teletrabaje desde los pueblos. Teruel Existe ha tenido que desgañitarse después dando explicaciones para desmarcarse de las palabras de María Jesús y que no le acusen de agente a favor de la despoblación.
El debate popular se ha centrado, de nuevo, en las pésimas telecomunicaciones de nuestra provincia. Y, mira, me cansa. Es falso que no se pueda teletrabajar desde la gran mayoría de los pueblos de Teruel. A mí, las quejas ya me suenan a excusas de mal pagador y a justificación de quienes o no se mudarían a un pueblo ni pagándoles o, viviendo en la España rural, no acaban de entender la mentalidad reinante en la sociedad contemporánea.
Jueves, 29 de septiembre. Progresividad
María Jesús vuelve a estar en boca de todo el mundo. España creará un “impuesto de solidaridad”. Solidaridad. Puede que no haya una palabra más prostituida en el diccionario. Bueno, quizás libertad. Si Cuba se inventa la “gestación solidaria”, España concibe el “impuesto solidario” temporal para no reconocer que el marco tributario es una porquería y que quien más tiene siempre acaba pagando menos gracias a la ingeniería fiscal. ¿Alguien recuerda el principio de progresividad del artículo 31.1 de la Constitución española? Dice: “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”. De hecho, hay gente que solo tiene en mente la coletilla “alcance confiscatorio” cuando le toca apoquinar cualquier minucia.
Viernes, 30 de septiembre. Apadrinar
Le ha salido un competidor fuerte a Apadrina un Olivo, en Oliete. No, no es Apadrina una Vaca, en la cercana localidad de Alcorisa. Se trata de Apadrina una Olivera, en Alcalà de Xivert, en la provincia de Castellón, donde tienen una plantación de escasos años. Eso sí, mientras que los olietanos recurren a la solidaridad, los castellonenses van más al negocio. De hecho, la mayor parte de padrinos y madrinas, clientes al fin y al cabo, son de Alemania. Oigo en àPunt que, por 90 euros al año, te envían a casa ocho litros de aceite ecológico en latas con el nombre de tu olivo impreso en la etiqueta. Apelan al pago justo, directo al productor, de un producto agrícola.
Sábado, 1 de octubre. Prémium
Tom C. Avendaño escribe en Icon, el suplemento de las nuevas masculinidades en El País, sobre el nuevo libro de Natalia Junquera, que va de un joven gallego, triunfador en su pueblo y fracasado en Argentina. “Esta rotunda vuelta a lo rural podría ser la última expresión del neocostumbrismo con el que la cultura española lleva años tonteando, de Paquita Salas a Tangana”, escribe Tom. A ver, Tom: que no pasamos el día comiendo torreznos ni pegándonos lingotazos de Larios. También nos gustan las ginebras prémium. Y Tanganas hay más en Fuenlabrada que en Monreal del Campo. Neocostumbrismo es maquinarnos una vida rural irreal desde la ciudad, cuando vivimos en el cosmopolitismo.
Domingo, 2 de octubre. Sapos
Si ya estuviera lista la aplicación Aldealista, pasaría el día buscando nuevo pueblo. Aldealista es una iniciativa para que te enamores de pueblos remotos. El funcionamiento es como el de Tinder y la idea es hacer visible los pueblos invisibles. Pues, al final, como en Tinder, seguro que hay más sapos que príncipes.
La imagen de la semana / Cabinas
Nos reímos cuando le damos a un chavalín un teléfono de disco y no sabe cómo usarlo. Pues dentro de poco, esta estampa será un raro recuerdo del pasado y nos reiremos cuando un chavalín del futuro se pregunte cómo se guardaba ese teléfono en el bolsillo. Lo mejor sería preservar todas las cabinas como un elemento patrimonial, como hicimos con los toros de Osborne. Aunque teniendo en cuenta que la juventud cree que siempre fueron estatuas…
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