Triunfo con suficiencia del CD Teruel en su partido ante el Utebo en Pinilla (1-0)
Un gol de Peru Ruiz a la hora del choque deja los puntos en casa en un partido en el que el once rojillo pudo golearEl CD Teruel repitió por tercera vez su versión madura y solvente, dejó por segunda vez consecutiva su portería a cero y, además, este domingo ante el Utebo acompañó su oficio con un fútbol vertical y agradable que le sirvió para amarrar una nueva victoria, también segunda seguida, que le impulsa en la tabla clasificatoria. Y, de paso, confirma el salto de nivel, el escalón subido por el once de Unai Mendia en las últimas tres semanas. Dice el entrenador guipuzcoano que el equipo juega en un estándar más o menos alto desde hace ya bastante más tiempo. En bonito quizá sí. En bueno, y en serio, el crecimiento actual es evidente.
En la fría tarde dominical de Pinilla, al comienzo, respeto máximo. Lo dibujó Mendia en el once inicial, en el que de inicio se levantó la columna vertebral de este Teruel ya más hecho a esta categoría. Taliby, otra vez en su versión sensata, dejaba a Cabetas liderar una zaga en la que Iván parece que será su lugarteniente, con Serrano en la zurda y Val, de regreso tras sanción y lesión, en diestra. El centro del campo, cosa de Marí, Fruniz y Le Normand, aposentaba un tridente atacante en el que Peru y Moha recibieron la compañía de Febas; le tiene Unai fe al ilerdense, eso y que el vasco decidió guardarse pólvora en el banquillo, con Jorge a la espera de su turno y Parra de regreso a la citación después de dos largos meses. Le salió bien el plan.
Ese respeto inicial duró lo que tardó el Utebo en despertarse, un par de buenas salidas de Jorge Adán en raso para tratar de proyectar a Ballarín desde su banda. Una de ellas dejó solo a Fustos delante de Taliby, pero marró el control clave. Se quedaron en avisos, y se activó entonces el Teruel, que ofreció a su parroquia un cuarto de hora de buen fútbol y acercamientos suficientes como para dejar el marcador inaugurado antes. Empujado por la versión base de Cabetas, nunca debajo del notable, y la mejor de López, rápido y listo al corte y la anticipación, lo demás era negociado de Marí, Moha y Febas. El error de Fustos fue seguido de inmediato por un buen centro de Serrano que Le Normand pifió de cabeza, y en el posterior robo a la presión de la salida del Utebo, Peru tuvo su primera, desde la corona del área, arriba por poco.
Ya se superaban los veinte primeros minutos cuando dos saques de esquina colocaron a Val en posición de disparo, alto, y a López en pico de área chica para dejar que se luciera González, el dueño del arco barbo, con rechace posterior que se le fue a Peru encima del larguero. Pero la primera grande sucedió entre ambas, una contra bien llevada por Febas que dejó sólo a Moha en el área. Escoró demasiado su control, pero tuvo calidad y tino el hispanomarroquí para recortar la marca de Guti y fusilar al portero, segunda buena parada la suya. Aún habría otra más de Moha, ya camino de la media hora, demasiado cruzado su centro chut. Para entonces, el 1-0 no habría sido un tanteo extraño.
El desafío de Iván López
Se le ocurrió entonces al entrenador visitante, Juan Carlos Beltrán, despojar a Cabetas de la marca de su punta Fustos, anulado por el central zaragozano. Se fue a buscar a López, opositando para mejores destinos. Anunció un par de llegadas desde esa banda izquierda, con Diego Suárez como arquitecto y Jaime Barrero como pensador, en un campo además que conoce y en el que dejó buenos días de fútbol. Pero el central madrileño, lejos de acularse, aceptó del duelo y se levantó. Su ejercicio de superación insufló nueva motivación a Marí y a Cabetas. Y activó a Fruniz, que reventó el cuentakilómetros. No hubo más Utebo.
Así que el Teruel volvió a empujarse cinco metros más adelante, y de nuevo rozó el gol. Lo tuvo Febas, a diez del descanso, a pase de Moha, inspirado e incisivo. Golpeó el leridano en semifallo, al arquero. Las últimas andanadas de los zaragozanos hacia el marco de Taliby en la primera parte obtendrían cumplida respuesta del once mudéjar, para dejar en el intermedio el resultado inicial, empate a cero con el que los barbos estaban bastante más satisfechos que los rojillos.
Empuje barbo... Y gol local
Un par de voces de Juan Carlos Beltrán en la primera parte desde su banquillo ya dejaban claro que el partido visitante no era del gusto de ese Utebo que no entiende el fútbol sin el balón en su poder y hacia el marco rival. Se debió cortar la tensión en el vestuario visitante, y a la reanudación el once utebero salió en tromba, a la vieja escuela. Un córner en el 46 al que siguió un disparo lejano puso en apuros a Taliby. Pero, desde luego, en ésas el Teruel no se descompone. Parece, incluso, que a veces le gusta al once mudéjar verse un poco más agazapado, en busca de los espacios. A la espalda se le quedó una buena a Peru, que no atinó.
Esa capacidad que tiene el Teruel de meter más miedo precisamente cuando le quieren asustar abrió otro cuarto de hora de nueva oleada atacante y ofensiva del equipo local. En pelota parada, desde el golpeo de Theo para el remate de Iván López. En transición por banda, una doble oleada entre Fruniz y Moha que terminó con un centro del vasco al que Peru respondía con un remate picado que sacó Meseguer bajo palos; vivió ayer un partido exigido el central alcañizano. Salió indemne, aún fue capaz de molestar para evitar el tanto del ariete vasco en otro servicio de Moha, ya cumplida la hora de partido.
Pero ni el bajoaragonés, ni el resto de meritorios del Utebo, pudieron ya postergar lo inevitable. Fue ya con Jorge Domínguez en el campo; no había estado mal Febas, ni mucho menos, pero Unai apostó por imprimir físico y velocidad con el navarro en banda izquierda. Tardó apenas un minuto en dejar su sello, en una buena combinación con Le Normand en la que cabe empezar a destacar el gusto por las superioridades con apoyo de pivote ofensivo que el Teruel trabaja con cada vez más regularidad en sus aproximaciones por banda. En oleadas, vertiginoso. El servicio de Jorge, malicioso, encontró a Peru con la caña preparada en el área pequeña. Aquí ya no falló, y el primero apareció en el luminoso. Sería el decisivo.
Pero en absoluto sería la última oportunidad que dispondría el CD Teruel en un partido en el que volvería a generar, como ocurrió en el día ante el Tudelano, no menos de media docena de ocasiones claras, diáfanas, para dejar sentenciado el duelo antes de los minutos finales y sin necesidad de sufrimiento alguno. No es que se sufriera ante el Utebo, pero sí que es cierto que las anteriores experiencias, los empates in extremis ante Ejea o ante Eibar B, planteaban interrogantes a los que el equipo, sobre el césped, en realidad no tuvo necesidad ninguna de responder.
Fin de partido tranquilo
Verdad es que en el cuadro de Beltrán cogió el balón en la última fase del duelo. No tuvo muy claro, sin embargo, qué es lo que hacer con él. Al contrario, se le vio preclaro al conjunto mudéjar, algo más cerca de su área, pero con buena salida desde la pista de despegue de Jorge, que sacó faltas, tarjetas y contragolpes de los rivales para, por ejemplo, hacer que quedara muerta una pelota en la frontal del área que Fruniz descerrajó fuera por poco. Tampoco dejó de percutir Moha por su derecha, y un robo suyo con posterior centro se paseó de lado a lado del área. Aún más, de Peru a servicio de Fruniz para rozar el definitivo dos a cero... Ciertamente gozó de ocasiones el Teruel para decorar mejor el electrónico.
Aún así, el sufrimiento del final del partido, realmente, fue cosa de un par de balones ya directos del Utebo en los últimos compases del duelo. Hubo susto, sí, con un disparo lejano de Marín que se marchó fuera, lamiendo el palo de Taliby. Pero también lo tuvo el Teruel para cerrar el choque. No hizo falta; al final, eficaz desempeño colectivo del equipo de Unai Mendia, que venció con justicia, con marcador incluso corto, a uno de los grandes de este grupo 2 de Segunda RFEF, el Utebo.
La victoria del Teruel le coloca, tras quince jornadas, con 21 puntos en la tabla, séptimo y con tres ya sólo de desventaja respecto a la quinta plaza, zona de promoción de ascenso, que ocupa la SD Logroñés. El próximo partido de los turolenses, de nuevo en Pinilla y de nuevo derbi aragonés, les enfrentará al Deportivo Aragón con el objetivo de sumar un nuevo triunfo que confirme la escalada de un equipo que es más sereno, ha desterrado el error de su juego, y sigue sin renunciar al ataque para ofrecer a la parroquia partidos entretenidos... Aún reñidos con el gol. Eso sí, sin encajar, con una que entre es suficiente.
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