Imagen del partido disputado este sábado en el Pabellón de Los Planos
Tercera derrota consecutiva de Pamesa Teruel, que no puede con un Léleman muy superior (1-3)
El cuadro naranja se llevó el primer set, pero los valencianos remontaron y se hicieron con los tres restantes
Regresaba Pamesa al calor del hogar, a Los Planos, tras las dos derrotas consecutivas que sufrió en los dos anteriores encuentros de Superliga, sendos desplazamientos a Baleares y a Canarias de donde no pudo amarrar un solo punto. Y tampoco lo ha logrado esta tarde de sábado en el partido solidario, el abrazo deportivo que Teruel le ha dado a Valencia en solidaridad por los afectados de la gota fría de hace algo más de dos semanas. Visitaban los representantes levantinos del vóley nacional, UPV Leleman. Proyecto grande el de este año. Arrancaron con pereza, bien es verdad. Pero en cuanto se ajustaron, ya no hubo partido.
De primeras, cabe decir que Pamesa tiene un severo problema en la fase de elaboración de las jugadas. En la colocación, para ser más exactos. Se observó con claridad ya en el último set, con Valencia paladeando la victoria, dejando pasar tiempo y puntos para terminar el envite. Con 13 a 21 en contra, Guillem Pont salta a pista. De repente, la pelota vuela metro y medio más alta y a bastante más velocidad. Por arte de magia, Pamesa remonta cinco puntos consecutivos y se coloca 18 a 21. No hubo más, porque la desventaja era demasiada.
Pero el fenómeno sorprendió por oposición a lo visto hasta entonces. En cuanto Léleman comprendió que podía ser agresivo en bloqueo y adelantar líneas en defensa, a medida que vio venir que cada ataque turolense iba perdiendo fuelle y precisión en cada uno de sus toques, no tardó ni hora y media en liquidar el choque con tres sets consecutivos en los que Pamesa no fue capaz siquiera de levantar alguna voz. Al nal, un set a tres. Se llevó Teruel la manga inicial, y desde entonces, 56 a 75.
Un parcial de 7 a 1 a lomos de estos turnos de saque colocó el primer parcial en franquía para los locales, ante los que tampoco pareció Valencia animoso en la reacción. Dejó ir el primer set, desde luego, el hepteto levantino. 25 a 21 ante la alegría de la parroquia naranja, buena respuesta la suya en el día organizado por el club como solidario, en homenaje y en favor de los afectados por la gota fría sufrida en tierras valencianas. A partir de ese momento, se jugó a lo que quiso Conqueridor.
Tras el primer tiempo muerto del argentino mediada esta segunda manga, intercambio de puntos y de golpes entre unos y otros para que, ya con 14-19 en el marcador, tratase de reaccionar Pamesa a los mandos de Ferrández tanto bajo la red como en el saque. En realidad, la resistencia naranja a partir del segundo parcial fue cosa casi exclusiva de Vildósola, Ferrández y Petar. La reaparición de Scarpa conrmó mejoría en la recepción, pero también la necesidad de que haya colocadores con más enjundia que hagan crecer el ataque turolense.
Este sábado no fue el día. Se acercó Pamesa lo suciente para que UPV solicitara un tiempo muerto que, a la postre, fue decisivo para el empate en el marcador. El 19 a 23 fue preludio de un 20 a 25 que colocaba la igualada, abría un nuevo partido pero, sobre todo, daría paso a un dominio incontestable; los otros dos sets se cerrarían con mayor ventaja valenciana.
Con 15 a 22 y la marea naranja sin parar de animar al equipo, ni un reproche, los últimos puntos del set lo cerrarían con un 17 a 25 sintomático de lo que había en la pista. El canto del cisne de Pamesa en el duelo de ayer en Los Planos terminó en el cuarto set en cuanto los problemas de colocación del sexteto mudéjar se hicieron ya demasiado visibles. Petar pudo colocar un 5-4 que sería a la postre la última ventaja que disfrutaría Teruel en el choque. Pero un parcial de 1 a 6 en contra supuso una losa demasiado pesada, que pudo ser incluso hasta sangrante de no ser por la entrada en pista de Pont para enseñar al pabellón y a quien corresponda que es importante saber llevar el esférico a las zonas donde el remate hace más daño.
Colocó al equipo 18 a 21. Se retiró, y un parcial denitivo de 1 a 4 mandó los tres puntos a tierras valencianas. Así confirmó Léleman quiénes son los que mandan en esta nueva etapa de la Superliga, en la que Pamesa está, de momento, en la clase media. Alta o baja, va a depender mucho de cómo salga de los próximos partidos, el primero de ellos el miércoles ante Palma, con una plaza para la Copa del Rey ya en disputa de verdad.
De primeras, cabe decir que Pamesa tiene un severo problema en la fase de elaboración de las jugadas. En la colocación, para ser más exactos. Se observó con claridad ya en el último set, con Valencia paladeando la victoria, dejando pasar tiempo y puntos para terminar el envite. Con 13 a 21 en contra, Guillem Pont salta a pista. De repente, la pelota vuela metro y medio más alta y a bastante más velocidad. Por arte de magia, Pamesa remonta cinco puntos consecutivos y se coloca 18 a 21. No hubo más, porque la desventaja era demasiada.
Pero el fenómeno sorprendió por oposición a lo visto hasta entonces. En cuanto Léleman comprendió que podía ser agresivo en bloqueo y adelantar líneas en defensa, a medida que vio venir que cada ataque turolense iba perdiendo fuelle y precisión en cada uno de sus toques, no tardó ni hora y media en liquidar el choque con tres sets consecutivos en los que Pamesa no fue capaz siquiera de levantar alguna voz. Al nal, un set a tres. Se llevó Teruel la manga inicial, y desde entonces, 56 a 75.
Buen saque inicial
De segundas, es imperativo afirmar que Valencia tiene un físico imponente. Ha armado un bloque que es, sobre todo, aguerrido e intenso. De pierna rápida y brazo duro. Pamesa pudo esquivarlo en la primera manga porque caminó sorprendentemente no al saque. En realidad, el cuadro naranja se limitó a permanecer junto, dar buena respuesta en recepción a los saques levantinos y sacar con ereza y malicia a los puntos propios. Aún así Léleman se colocó con 14 a 17, momento en el que Muraco paró, reorganizó líneas, y puso a Urchevich, Vildósola y Ferrández juntos para el saque. Hubo éxito.Un parcial de 7 a 1 a lomos de estos turnos de saque colocó el primer parcial en franquía para los locales, ante los que tampoco pareció Valencia animoso en la reacción. Dejó ir el primer set, desde luego, el hepteto levantino. 25 a 21 ante la alegría de la parroquia naranja, buena respuesta la suya en el día organizado por el club como solidario, en homenaje y en favor de los afectados por la gota fría sufrida en tierras valencianas. A partir de ese momento, se jugó a lo que quiso Conqueridor.
Rápido empate
Y querer, lo que se dice querer, Valencia quiso rápido, corto y fuerte. Desde el saque, también, y a lomos de ese martillo brasileño apodado Pernambuco a quien los puntos se le salen de las muñecas. Aguantó Pamesa el primer tercio de la manga, pero una vez que Léleman abrió brecha con el 7-10 las cosas empezaron a torcerse, ya denitivamente como se constataría más adelante. Fueron los primeros momentos en los que Teruel debilitó su ataque, arrugó salto y brazo, y dio opción a sus rivales a adelantar bloqueos y recepciones para doblar la resistencia local.Tras el primer tiempo muerto del argentino mediada esta segunda manga, intercambio de puntos y de golpes entre unos y otros para que, ya con 14-19 en el marcador, tratase de reaccionar Pamesa a los mandos de Ferrández tanto bajo la red como en el saque. En realidad, la resistencia naranja a partir del segundo parcial fue cosa casi exclusiva de Vildósola, Ferrández y Petar. La reaparición de Scarpa conrmó mejoría en la recepción, pero también la necesidad de que haya colocadores con más enjundia que hagan crecer el ataque turolense.
Este sábado no fue el día. Se acercó Pamesa lo suciente para que UPV solicitara un tiempo muerto que, a la postre, fue decisivo para el empate en el marcador. El 19 a 23 fue preludio de un 20 a 25 que colocaba la igualada, abría un nuevo partido pero, sobre todo, daría paso a un dominio incontestable; los otros dos sets se cerrarían con mayor ventaja valenciana.
Tercer set fulgurante
En la tercera manga, incluso fue más rápida la progresión levantina. Colocación rápida y alta, brazo arriba y fuerza en la ejecución... Si Manacor sacó a Pamesa de la pista a base de saque, a Valencia le bastó con estar juntos en el bloqueo y serios en el remate. No sacaron bien los visitantes, no les hizo mucha falta. Al 6-10 del tercer periodo sucedieron otros dos tiempos muertos de Muraco para tratar de frenar la sangría, pero con 11 a 16 se observaba ya un intercambio de puntos relajado y estable en el que ya sólo Hristoskov aguantaba con la bandera en pie.Con 15 a 22 y la marea naranja sin parar de animar al equipo, ni un reproche, los últimos puntos del set lo cerrarían con un 17 a 25 sintomático de lo que había en la pista. El canto del cisne de Pamesa en el duelo de ayer en Los Planos terminó en el cuarto set en cuanto los problemas de colocación del sexteto mudéjar se hicieron ya demasiado visibles. Petar pudo colocar un 5-4 que sería a la postre la última ventaja que disfrutaría Teruel en el choque. Pero un parcial de 1 a 6 en contra supuso una losa demasiado pesada, que pudo ser incluso hasta sangrante de no ser por la entrada en pista de Pont para enseñar al pabellón y a quien corresponda que es importante saber llevar el esférico a las zonas donde el remate hace más daño.
Colocó al equipo 18 a 21. Se retiró, y un parcial denitivo de 1 a 4 mandó los tres puntos a tierras valencianas. Así confirmó Léleman quiénes son los que mandan en esta nueva etapa de la Superliga, en la que Pamesa está, de momento, en la clase media. Alta o baja, va a depender mucho de cómo salga de los próximos partidos, el primero de ellos el miércoles ante Palma, con una plaza para la Copa del Rey ya en disputa de verdad.
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