El derbi entre el Calamocha y el Utrillas ha acabado en tablas
Tablas en el derbi de Tercera
Calamocha y Utrillas empatan a uno en un disputado partido en Jumaya
El derbi turolense de la Tercera División acabó en tablas. El empate a uno con el que se cerró el encuentro entre el Calamocha CF y el CD Utrillas respetó el juego y las oportunidades de los dos equipos, que lo dieron todo sobre el terreno de juego en un encuentro sin un claro dominador y en el que se despilfarró cuerpo a cuerpo.
No escatimaron ni uno ni otro a la hora de alinear efectivos y los dos conjuntos saltaron al césped de Jumaya cargados de trilita. La trascendencia de un choque de este calibre en el que a la urgencia por sumar se añadía el atractivo de ser un derby turolense ayudó a despejar las dudas sobre la evolución de las molestias que pudieran arrastrar los jugadores de las dos escuadras y tanto Humberto Arto como Pitu Lerga pudieron elegir entre su arsenal.
La primera ocasión del partido llegó apenas un minuto después de haber echado a rodar la pelota con un pase en profundidad que peleó Ángel Hernández en el área con Pablo Utrilla pero que no encontró la trascendencia del gol.
El partido arrancó realmente abierto sin que ninguno de los dos contendientes llegase a controlar el tempo del juego, caracterizado por un rosario de llegadas a ambas áreas sin que ninguna de ellas hubiera llegado a convertirse en una verdadera ocasión de gol. La tensión y el respeto al rival estaban patentes e cada jugada y en las instrucciones que desde sus respectivos banquillos los entrenadores espetaban a sus jugadores.
El orden defensivo del Utrillas era compensado en el campo contrario con un contundente cuerpo a cuerpo. Así se abortó una rápida transición que dejo a Adrián Hernández en boca de gol y que solo con la contundencia del defensa y la expeditividad de Dela se pudo desarticular.
Sin embargo, conforme iban cayendo los minutos el Calamocha de Humberto Arto fue ganando profundidad.
Navarro por la izquierda y Otín por la derecha construían con criterio los ataques más peligrosos de los del Jiloca, aunque las manos de Tavares y la labor incansable de la zaga estaban pudiendo desarticular los ataques colorados.
El Calamocha tiró de galones y supo controlar, más que menos, el tempo del juego en la recta final de la primera mitad ganando profundidad y generando ocasiones con más voluntad que acierto. Los colorados tuvieron una de las mejores oportunidades de la primera en un cabezazo de Gomes a saque de esquina que atrapó Tavares cuando se cumplía la media hora de juego.
Mientras, Lerga había apostado por la corpulencia de Ángel Hernández para desestabilizar la defensa a fuerza de galopadas y contragolpes.
El derby fue ganando en contacto físico conforme iban consumiéndose los minutos y la tensión hacía que saltasen chispas en cada acción.
Los de Arto buscaban irse al descanso por delante en el marcador y apostaron por adelantar sus filas amontonando efectivos arriba, confiando en encontrar una fisura en el sistema visitante.
La afición minera, que ayer se congregó en las gradas de Jumaya, protestó enérgicamente la decisión del colegiado de anular un gol a saque de esquina en uno de los mejores momentos del club utrillense, que le puso chile al final del tiempo reglamentario.
Los últimos instantes fueron agónicos con una sucesión de acciones an las dos áreas, aunque la que más presión tuvo que soportar fue la de Unai, que toda vez repuesto de sus molestias musculares, supo mantener a cero el marcador pese a las diabluras que trataba de enlazar el Utrillas para abrir el luminoso. El colegiado señaló el camino de los vestuario son que ningún gol hubiera subido al marcador.
Y si la primera mitad fue trepidante, el arranque de la segunda no lo fue menos. Los dos contendientes salieron decididos a decantar el encuentro a su favor y las dos escuadras se volcaron en busca del primer tanto del partido poniendo a prueba las manos de los dos guardametas, que tuvieron que esforza separa alejar la pelota de las mallas de sus respectivas porterías.
El Utrillas buscó abrir su juego y eso se tradujo en un mayor número de espacios que aprovecho el Calamocha para colgar un sin fin de pelotas en el área. Stocik y Marcos tuvieron trabajo para contener las incursiones en las que los colorados no aportaban tantos efectivos como para desbordar.
Arto estrenó el carrusel de cambios dando entrada a Falo y a Fuertes al cumplirse la hora de juego para insuflar aire fresco en su ataque, algo romo tras la reanudación. También aprovechó Lerga para hacer lo propio y dio entrada a Matar para poner pimienta en su ataque.
Ángel Hernández tuvo el gol en la punta de la bota en un balón suelto dentro del área pequeña tras una jugada de estrategia y varios rebotes pero delantero no acertó a empujarla más allá de la línea de gol.
El rechace de la zaga dejó la pelota franca a Falo para tratar de construir una contra de la nada, pero los defensas mineros lograron rodearle y abortar esa respuesta.
Y en mitad de esa avalancha de ocasiones que había desatado el Utrillas, López encontró el camino de la portería aprovechando un pase a la frontal del área para encañonar sin piedad y estrenar el marcador.
Al Calamocha le entraron las urgencias y con no mucho tiempo para reaccionar los hombres del Jiloca se volcaron sobre el área de Unai, que no dudó en atrapar con solvencia un saque de esquina desmontando la primera ocasión de peligro real tras el tanto de su compañero.
Con el marcador a favor, Lerga inyectó gasolina a su delantera y dio entrada a Paki entre una sonora ovación de sus incondicionales con 20 minutos por delante para inventarse alguna diablura.
A punto estuvo de empatar el Calamocha cuando Pellejero encontró la pelota en una contra que le dejó solo ante Tavares, pero el guardameta logró atajar el disparo raso del calamochino.
La rabia de los locales les dio nitroglicerina en las piernas camino del área. Así llevaron el peligro a la frontal donde Gazzoni derribó a Fuertes dentro del área. El colegiado señaló los once metros y Víctor García disparó raso y con intención para igualar el partido.
Si el partido había estado dividido, los últimos diez minutos fueron un verdadero corre calles. Y en ese río revuelto se encontró el Calamocha más cómodo que su contrincante, sabiendo llevar más peligro al área de Tavares.
Los últimos minutos fueron de sufrimiento para el Utrillas que en lugar de celebrar una victoria (la que habría sido su primer triunfo de la temporada) acabó pidiendo la hora para aferrarse al punto de las tablas.
Y eso que Paki tuvo el segundo en la punta de las botas después de que Matar regalase un pase de oro a Tena y este cruzase al área a la que llegó el delantero minero a la carrera. Solo tenía habría tenido que empujarla pero no alcanzó a tocarla en la que fue la última acción de peligro de la tarde en Jumaya.
No escatimaron ni uno ni otro a la hora de alinear efectivos y los dos conjuntos saltaron al césped de Jumaya cargados de trilita. La trascendencia de un choque de este calibre en el que a la urgencia por sumar se añadía el atractivo de ser un derby turolense ayudó a despejar las dudas sobre la evolución de las molestias que pudieran arrastrar los jugadores de las dos escuadras y tanto Humberto Arto como Pitu Lerga pudieron elegir entre su arsenal.
La primera ocasión del partido llegó apenas un minuto después de haber echado a rodar la pelota con un pase en profundidad que peleó Ángel Hernández en el área con Pablo Utrilla pero que no encontró la trascendencia del gol.
El partido arrancó realmente abierto sin que ninguno de los dos contendientes llegase a controlar el tempo del juego, caracterizado por un rosario de llegadas a ambas áreas sin que ninguna de ellas hubiera llegado a convertirse en una verdadera ocasión de gol. La tensión y el respeto al rival estaban patentes e cada jugada y en las instrucciones que desde sus respectivos banquillos los entrenadores espetaban a sus jugadores.
El orden defensivo del Utrillas era compensado en el campo contrario con un contundente cuerpo a cuerpo. Así se abortó una rápida transición que dejo a Adrián Hernández en boca de gol y que solo con la contundencia del defensa y la expeditividad de Dela se pudo desarticular.
Sin embargo, conforme iban cayendo los minutos el Calamocha de Humberto Arto fue ganando profundidad.
Navarro por la izquierda y Otín por la derecha construían con criterio los ataques más peligrosos de los del Jiloca, aunque las manos de Tavares y la labor incansable de la zaga estaban pudiendo desarticular los ataques colorados.
El Calamocha tiró de galones y supo controlar, más que menos, el tempo del juego en la recta final de la primera mitad ganando profundidad y generando ocasiones con más voluntad que acierto. Los colorados tuvieron una de las mejores oportunidades de la primera en un cabezazo de Gomes a saque de esquina que atrapó Tavares cuando se cumplía la media hora de juego.
Mientras, Lerga había apostado por la corpulencia de Ángel Hernández para desestabilizar la defensa a fuerza de galopadas y contragolpes.
El derby fue ganando en contacto físico conforme iban consumiéndose los minutos y la tensión hacía que saltasen chispas en cada acción.
Los de Arto buscaban irse al descanso por delante en el marcador y apostaron por adelantar sus filas amontonando efectivos arriba, confiando en encontrar una fisura en el sistema visitante.
La afición minera, que ayer se congregó en las gradas de Jumaya, protestó enérgicamente la decisión del colegiado de anular un gol a saque de esquina en uno de los mejores momentos del club utrillense, que le puso chile al final del tiempo reglamentario.
Los últimos instantes fueron agónicos con una sucesión de acciones an las dos áreas, aunque la que más presión tuvo que soportar fue la de Unai, que toda vez repuesto de sus molestias musculares, supo mantener a cero el marcador pese a las diabluras que trataba de enlazar el Utrillas para abrir el luminoso. El colegiado señaló el camino de los vestuario son que ningún gol hubiera subido al marcador.
Y si la primera mitad fue trepidante, el arranque de la segunda no lo fue menos. Los dos contendientes salieron decididos a decantar el encuentro a su favor y las dos escuadras se volcaron en busca del primer tanto del partido poniendo a prueba las manos de los dos guardametas, que tuvieron que esforza separa alejar la pelota de las mallas de sus respectivas porterías.
El Utrillas buscó abrir su juego y eso se tradujo en un mayor número de espacios que aprovecho el Calamocha para colgar un sin fin de pelotas en el área. Stocik y Marcos tuvieron trabajo para contener las incursiones en las que los colorados no aportaban tantos efectivos como para desbordar.
Arto estrenó el carrusel de cambios dando entrada a Falo y a Fuertes al cumplirse la hora de juego para insuflar aire fresco en su ataque, algo romo tras la reanudación. También aprovechó Lerga para hacer lo propio y dio entrada a Matar para poner pimienta en su ataque.
Ángel Hernández tuvo el gol en la punta de la bota en un balón suelto dentro del área pequeña tras una jugada de estrategia y varios rebotes pero delantero no acertó a empujarla más allá de la línea de gol.
El rechace de la zaga dejó la pelota franca a Falo para tratar de construir una contra de la nada, pero los defensas mineros lograron rodearle y abortar esa respuesta.
Y en mitad de esa avalancha de ocasiones que había desatado el Utrillas, López encontró el camino de la portería aprovechando un pase a la frontal del área para encañonar sin piedad y estrenar el marcador.
Al Calamocha le entraron las urgencias y con no mucho tiempo para reaccionar los hombres del Jiloca se volcaron sobre el área de Unai, que no dudó en atrapar con solvencia un saque de esquina desmontando la primera ocasión de peligro real tras el tanto de su compañero.
Con el marcador a favor, Lerga inyectó gasolina a su delantera y dio entrada a Paki entre una sonora ovación de sus incondicionales con 20 minutos por delante para inventarse alguna diablura.
A punto estuvo de empatar el Calamocha cuando Pellejero encontró la pelota en una contra que le dejó solo ante Tavares, pero el guardameta logró atajar el disparo raso del calamochino.
La rabia de los locales les dio nitroglicerina en las piernas camino del área. Así llevaron el peligro a la frontal donde Gazzoni derribó a Fuertes dentro del área. El colegiado señaló los once metros y Víctor García disparó raso y con intención para igualar el partido.
Si el partido había estado dividido, los últimos diez minutos fueron un verdadero corre calles. Y en ese río revuelto se encontró el Calamocha más cómodo que su contrincante, sabiendo llevar más peligro al área de Tavares.
Los últimos minutos fueron de sufrimiento para el Utrillas que en lugar de celebrar una victoria (la que habría sido su primer triunfo de la temporada) acabó pidiendo la hora para aferrarse al punto de las tablas.
Y eso que Paki tuvo el segundo en la punta de las botas después de que Matar regalase un pase de oro a Tena y este cruzase al área a la que llegó el delantero minero a la carrera. Solo tenía habría tenido que empujarla pero no alcanzó a tocarla en la que fue la última acción de peligro de la tarde en Jumaya.
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